A la búsqueda de la ganga rodante
El coche de segunda mano o usado vive en esta crisis una particular primavera, uno de cuyos referentes es que este año ha concitado dos salones específicos de la muestra de su oferta: uno, la pasada primavera; otro, este otoño, que acaba de inaugurarse en los recintos feriales de IFEMA de Madrid y concluirá el próximo 24 de noviembre.
Los responsables de la institución ferial madrileña descartan que esta periodicidad de dos salones al año para este mercado se haga de forma permanente, por lo que dejan su frecuencia a los dictados del mercado, como ha sucedido este año, que consideran especial por el comportamiento del mercado.
Temáticas de varias ediciones anuales en IFEMA solo existen en la feria del regalo, en el Madrid Fashion Week (antigua pasarela Cibeles) y en las ferias de la moda, a celebrar en cada estación.
El director del Salón del Automóvil de Ocasión, tanto en primavera como en otoño, Alberto Díaz, dijo a EFE que la gestión de esta muestra es idéntica en una estación y en otra, pero en la actual se ha sometido a ciertos criterios estacionales que la hacen algo más reducida que la del pasado mes de mayo.
Por ejemplo, mientras en primavera se ofertaron 4.000 coches, en la actual se han reducido a 3.000, con el matiz de que en exposición en los pabellones se contabilizan un millar y los 2.000 restantes está esparcidos por distintos escenarios de IFEMA para acometer las necesarias reposiciones.
Si en el salón del Vehículo de Ocasión de primavera se consiguió vender un 68,9 % de la oferta expuesta, es decir unos 2.200 vehículos, y se facturó en torno a 40 millones de euros, con una total de visitantes de 43.000 personas, en el de otoño, a juicio de Díaz, estas cifras serán algo más reducidas, por el menor número de vehículos expuestos y una oferta descendente en este mercado, aunque puntualizó que el entorno de optimismo del consumidor es más favorable.
El salón está concebido exclusivamente para la venta, por lo que su filosofía huye de los conceptos emocionales de un salón del automóvil convencional.
Vendedores de los expositores consultados por EFE coinciden en que la inmensa mayoría de los clientes ya viene con una idea preconcebida del tipo de vehículo que desean.
Los expositores dan la oportunidad al cliente de probarlo ‘in situ’ por los exteriores del IFEMA y, cumplimentada la compra, deja la señal en el mismo expositor y aguarda un periodo de dos o tres días para su entrega definitiva en el concesionario correspondiente.
Junto al coche, el cliente puede acceder al paquete completo que implica el mecanismo de financiación y los seguros.
El precio es el principal motivo de atracción, de ahí que en casi todos los vehículos figure la tarifa en dimensiones y lugares perfectamente accesibles para el visitante y, en algunos casos, hasta se especifica la cuota mensual para hacer más fáciles las cuentas domésticas.
El salón acoge turismos de todos los segmentos, con una presencia muy significativa de marcas premium o de alta gama, pero que ponen a la venta, en su inmensa mayoría, los modelos de los segmentos más aceptados por la clientela, no las berlinas de lujo, aunque, por algunos ‘stands’ se han dejado ver modelos de Maserati, el Chevrolet Corvet, el Pontiac convertible y el Porshe Panamera.
La presencia importante de estos coches de alta gama hace que el precio medio de la oferta expuesta, según la asociación de vendedores Ganvam, la otra entidad organizadora del evento, se sitúe en el entorno de los 17.000 euros.
Para los organizadores, la gran fuerza de este salón estriba en una oferta interesante y muy mayoritaria de vehículos con una antigüedad no superior a tres años, aparte del factor confianza que imprime la revisión de los elementos esenciales del coche expuesto por una consultora independiente como Applus.
Entre los vendedores presentes hay muy buenas perspectiva en esta edición y, en el expositor de Marcedes-Benz aseguraron a EFE que en la primera media hora de apertura ya habían formalizado cinco operaciones de venta.
El presidente de Ganvam, Juan Antonio Sánchez Torres, expresó su optimismo respecto a este evento, al considerarlo el mejor de su tipo de los que se celebran en Europa, hasta el punto que especialistas de otros países negocian con IFEMA el modelo para trasladarlo a sus mercados.
Por Ángel Alonso