Vettel, que a principios de mes cumplió 26 años y que la pasada temporada se convirtió en el tricampeón mundial más joven de la historia, avanza con paso firme en su afán de capturar su cuarta corona -en cuatro años- y hace tres domingos obtuvo, ante su público, en el Nürburgring, su cuarto triunfo del curso, después de los logrados en Malasia, Bahréin y Canadá.
Tras ganar el Gran Premio de Alemania, en el que se anotó su trigésima victoria en la categoría reina del automovilismo -por delante de los dos Lotus del finlandés Kimi Raikkonen y del francés Romain Grosjean; y de Alonso, que acabó cuarto-, el campeón de Heppenheim encabeza el Mundial con 157 puntos, 34 más que Fernando y con 41 sobre Kimi.
Motivo por el cuál, pase lo que pase este fin de semana en la pista de las afueras de la capital húngara, Vettel atravesará como líder el ecuador de un campeonato al que le quedarán dos carreras más en Europa -en Spa (Bélgica) y Monza (Italia)-, antes de abrir su segundo periplo asiático -con los Grandes Premios de Singapur, Corea del Sur, Japón, India y Abu Dhabi-, previo al cierre americano de Austin (Texas, EEUU) y Sao Paulo (Brasil), donde el 24 de noviembre se festejará al campeón de 2013.
De tal forma que si Alonso aspira a inscribir por tercera vez su nombre en el historial, deberá intentar acortar distancias en Hungría, donde en agosto de 2003 asombró al mundo al convertirse en el primer español -el único, hasta la fecha- y en el (entonces) piloto más joven (con 22 años y 26 días) en ganar un Gran Premio.
Desde esa jornada, en la que venció arrancando desde la ‘pole’ y tras doblar al entonces ‘intocable’ Michael Schumacher, el ‘hombre récord’ de la Fórmula Uno -ganador de siete Mundiales y 91 carreras para Alemania-, al que acabaría destronando dos años después, Alonso ha aumentado a 32 sus triunfos en la categoría reina.
El último de ellos, en mayo y en Barcelona, donde se anotó su segunda victoria del año, tras la de Shanghái (China). Logró la cuarta mejor marca histórica, rebasando al inglés Nigel Mansell. Por delante sólo tiene al ‘Kaiser’, al francés Alain Prost (51 veces vencedor) y al malogrado Ayrton Senna (con 41 victorias).
Pero por detrás y -nunca mejor dicho- en un cohete, se le acerca peligrosamente en esa relación histórica Vettel, el piloto que en 2008 ganó en Monza con un Toro Rosso, a los 21 años y 73 días, y que ha mejorado todos sus récords de precocidad. Cuyo apetito de triunfo le confiere rango de superdepredador.
La nave diseñada por el talentoso Adrian Newey apenas falla. Sebastian -que este año lo hizo por primera vez en Montreal y en su país, pero que aún no ha ganado en Hungría-, tampoco. Y Ferrari, la escudería más victoriosa de la F1, no se debe dormir: en el Mundial de constructores, liderado por Red Bull (ganadora los pasados tres años), es tercera, detrás de Mercedes y amenazada por Lotus.
Así que, para afrontar con garantías la segunda parte del Mundial, Alonso buscará su trigésima tercera victoria en el circuito -presente desde 1986- en el que logró la primera: una pista de 4.381 metros, lenta, exigente y virada, a la que el domingo está previsto que se den 70 vueltas, para completar 306,6 kilómetros.
Con dos zonas de DRS. En la que será difícil adelantar en seco -el año pasado hubo menos rebases aquí que en Mónaco-. Y en la que mañana, viernes, arrancarán los entrenamientos libres, que se completarán el sábado antes de la calificación, que ordenará la parrilla de la -presumiblemente calurosa- carrera dominical.
Donde el año pasado el inglés Lewis Hamilton (Mercedes) -cuarto en el Mundial, con 99 puntos- igualó los tres triunfos en Hungría de Senna, sólo superados por el ‘póquer’ del alemán Michael Schumacher.
Los neumáticos han sido continuo motivo de polémica en lo que va de temporada (con amenaza de plante en Alemania, incluido) y al Hungaroring, el suministrador único, Pirelli, trae compuestos blando (reconocible por la raya amarilla) y medio (blanca) de la nueva versión -con la construcción del año pasado, con carcasa de kevlar- que se probó la pasada semana en Silverstone (Inglaterra).
Donde rodaron, entre otros, los españoles Carlos Sainz hijo, con un Toro Rosso y un Red Bull; y Daniel Juncadella, que cedió el Williams a Pastor Maldonado, único venezolano que ganó un Gran Premio (España’12), que buscará estrenar su casillero en Hungría.
Al igual que el debutante mexicano Esteban Gutiérrez (Sauber). Su compatriota Sergio Pérez espera añadir puntos a los 16 que le colocan en el duodécimo puesto de la tabla, en un año malo para los intereses de McLaren. Paradójicamente, el equipo que más veces (once) ha ganado en el circuito de las afueras de Budapest.