Solo un 38 por ciento de los autobuses escolares dispone de cinturones de seguridad
La Dirección General de Tráfico (DGT) ha puesto en marcha desde hoy y hasta el próximo domingo una campaña de vigilancia del transporte escolar.
Así, los agentes de la Guardia Civil intensificarán las inspecciones sobre esos vehículos y comprobarán que las autorizaciones y documentos sean los correctos para la prestación del servicio.
También verificarán que las condiciones técnicas y elementos de seguridad del vehículo sean los que exige la normativa y que el conductor cumpla los tiempos de conducción y descanso.
Medio millón de alumnos utiliza a diario uno de los 17.000 autobuses que realizan servicio de transporte escolar en España, una cifra que en términos anuales asciende a 280 millones de pasajeros.
Pese a ello, los datos de siniestralidad reflejan que es un sector seguro. Así, ni en 2010 ni en 2011 (últimos datos oficiales publicados, tanto en vía urbana como en interurbana) se produjo alguna víctima mortal entre los usuarios de autobuses escolares.
El 90 por ciento de los accidentes de este transporte tienen lugar en el momento de subir o bajar del vehículo o en los instantes inmediatos, aunque también se producen atropellos causados por una distracción del menor, del conductor o de los padres.
Por este motivo, la DGT aconseja tanto a los padres como a los monitores que les acompañan que recuerden a los menores comportamientos seguros.
Durante la campaña se prestará especial atención al uso del cinturón de seguridad en aquellos autobuses que lo tengan instalado, un elemento obligatorio para los vehículos matriculados a partir de octubre de 2007.
Según la Federación Española Empresarial del Transporte de Viajeros (Asintra), sólo dos de cada cinco autocares que realizan transporte escolar llevan instalados cinturones de seguridad.
Los estudios demuestran que un menor sin ningún tipo de retención multiplica por cinco las posibilidades de sufrir lesiones mortales y que nueve de cada diez lesiones infantiles graves o mortales podrían haberse evitado si se hubiera utilizado este tipo de dispositivo.
Por ello, durante al campaña se emitirá un mensaje en radio recordando a los padres que deben solicitar a los colegios autobuses con sistemas de retención.
La velocidad inadecuada y las distracciones son las principales causas de los accidentes en los que están implicados vehículos escolares.
Según diversos estudios, a 50 kilómetros por hora la posibilidad de que un niño sobreviva sin ninguna medida de seguridad es prácticamente nula y ni siquiera a poca velocidad está garantizada su supervivencia.
Desde comienzo de año, todos los camiones y autobuses nuevos de la UE deben contar con un sistema de frenado de emergencia (AEBS), que emplea sensores para medir la proximidad del vehículo precedente y detectar situaciones en las que pueda producirse una colisión.
El sistema avisa al conductor y activa el sistema de frenado para reducir la velocidad y evitar o mitigar la gravedad de la colisión.
Y para fomentar la movilidad sostenible desde edades tempranas, la DGT, en colaboración con los ayuntamientos, está incentivando la creación de caminos escolares seguros.
Se trata de diseñar itinerarios básicos de ida y vuelta al colegio dando prioridad al recorrido a pie, en bicicleta o en transporte público, dejando el vehículo privado para un uso subsidiario.
De hecho, un estudio de investigadores daneses demostró que la capacidad de los niños para concentrarse en la escuela es mayor si acuden al colegio andando o en bici.