Los mayores optan por el coche y son más multados por exceso de velocidad
Estas son algunas de las conclusiones de la encuesta que hoy han presentado el RACE y la compañía de seguros Liberty, realizada a más de 2.300 conductores mayores de 60 años y plasmada en el informe ‘Conductores senior y seguridad vial’.
Cada año mueren en las carreteras españolas alrededor de 500 personas mayores de 64 años, un segmento de la población que tiene la tasa de fallecidos por millón de habitantes más alta, que en el tramo de entre 75 y 84 años alcanza los 108 por millón de personas.
Los mayores representan en España el 17 % de la población española, el 12 % de los conductores y el 23 % de los fallecidos, y mientras la siniestralidad en las carreteras se ha reducido en el resto de la población en este colectivo se mantiene.
Dado que dentro de 40 años la tercera edad representará el 36 % de la población, los promotores de la encuesta han decidido llevar a cabo este estudio porque el envejecimiento de la población demandará sistemas de movilidad y servicios adaptados a sus necesidades.
Mientras tanto, las cifras cerradas de siniestralidad, correspondientes a 2011, reflejan que el 55 % de los mayores fallecidos en accidente eran peatones, el 14 % conductores y el 25 % pasajeros.
¿Qué demandan los mayores en materia de seguridad vial? Como conductores lo tienen claro y piden cursos de reciclaje para, entre otras cosas, actualizar las normas de tráfico e informarse de las nuevas tecnologías, ya que uno de cada tres tiene poco conocimiento o nada de dispositivos como los frenos ABS, el sistema ESP o el GPS.
También quieren que mejore la señalización para que sea más clara, se mejore la iluminación y se lleven a cabo programas de convivencia para el respeto de los usuarios mayores de las vías.
Y como peatones reivindican una mejora de los pasos de cebra, mayor tiempo para cruzar o la regulación de la circulación de bicicletas para las aceras.
Si se les pregunta por el medio de transporte que prefieren, los mayores de 80 años optan por seguir conduciendo su vehículo antes que usar el transporte público.
A partir de los 75 años se produce, además, una inflexión en sus hábitos y sitúan como primer motivo para coger el coche su uso para ir al médico o hacer la compra, desplazando así el ocio o el turismo al segundo lugar.
La prudencia aumenta con la edad y, por tanto, los ancianos son menos multados, pero cuando se les sanciona, en el 57 % de los casos el motivo fue el exceso de velocidad, por delante del estacionamiento prohibido (25 %).
Dos de cada tres mayores evitan conducir por la noche, al 63 % le molesta los cruces muy ocupados y la mitad reconoce perderse conduciendo más que antes.
El 68 % de los mayores conductores afirma tomar medicación, un porcentaje que aumenta a medida que se incrementa la edad, y uno de cada tres ni dispone de información de su médico o farmacéutico de los efectos de las medicinas en el manejo de vehículos.