El rally comenzará el 5 de enero en Lima y, tras un prólogo de 15 kilómetros cronometrados, pondrá rumbo a Pisco, que acogerá la segunda etapa, con 242 kilómetros de especial entre dunas redondas y un recorrido propicio para la navegación.
Al día siguiente, la caravana llegará a Nazca tras una etapa con dificultad decreciente, con 80 kilómetros muy duros al principio y menos dificultad al final.
Una especial larga, de 300 kilómetros, llevará al Dakar hasta Arequipa, con dificultad creciente y un duro enlace, lo que provocará que los últimos participantes lleguen a la meta con la noche cerrada.
Por ello, los organizadores han previsto para el día siguiente una etapa más ligera, antes de que el 10 de enero retorne la dureza con una jornada entre Arica y Calama, con dos tramos cronometrados, muy arenoso el primero y más rodador el segundo.
Al día siguiente el rally entrará en Argentina, pasando por el punto más alto que nunca ha recorrido la carrera, a más de 4.000 kilómetros, una etapa en la que la dificultad estará muy repartida.
Los participantes en la categoría de motos tendrán su especial maratón y llegarán a un punto diferente de los de coches.
Dos especiales aguardan a los pilotos en la jornada siguiente, entre Salta y San Miguel de Tucumán, la primera más rodadora y arenosa la segunda, en vísperas de la jornada de descanso.
El rally vivirá al día siguiente la especial más larga, de casi 600 kilómetros, con llegada a Córdoba, antesala de una jornada muy técnica con final en La Rioja.
La etapa de Fiambala, lugar ya conocido por el Dakar, estará muy pendiente del clima, porque si se registran las duras temperaturas de las últimas ediciones puede marcar la carrera. En su primer año en América Latina, el rally conoció en esas pistas numerosos abandonos por culpa del calor.
La entrada del rally en Chile estará marcada por una nueva travesía de los Andes y la llegada al desierto de Atacama, donde los organizadores han buscado la mayor dificultad posible, con mucha arena y dunas en el recorrido.
Dos especiales al día siguiente, con meta en La Serena, pondrán fin a las dificultades del rally.
Quedará solo ya la especial de 15 kilómetros en Valparaíso y la llegada del ganador a Santiago de Chile, donde el podio estará instalado junto al Palacio de la Moneda.