Volkswagen Beetle 1.6 TDI, rigor histórico
Ahora lo ha hecho con más rigor, en una tercera generación, mucho más fiel, en formas, al modelo original, que el predecesor. Y empieza la nueva historia con el propio nombre: Bettle, sin calificativos novedosos, para fijar sin confusiones que este Escarabajo es una evolución más apegada a la historia.
Hay que empezar este rigor histórico por el exterior, donde se han concretado una modificación sustancial de cotas, traducidas en 15 centímetros más de longitud y 8 de anchura; a cambio se rebaja la altura 1,2. Sobre la base de estas renovadas dimensiones se ha facilitado un maletero que gana 100 litros sobre el del New Beetle.
Aún con estos cambios, es difícil encuadrar al Bettle en un formato de segmento, pues ha retomado con bastante exactitud la filosofía del mito lanzado hace casi tres cuartas partes de siglo, de ahí que se quede en solitario en la oferta automovilística sin una competencia definida y directa.
Por delante, lateralmente y, sobre todo, por detrás, este Beetle evoca con mucha solvencia al primer Escarabajo. El frontal retoma un capó mas largo, extendido, y luego en su final, con pronunciada caída, así como un parabrisas inclinado y unos faros circulares de considerable diámetro, que hoy se adaptan a los tiempos con un semicírculo de luces LED de día.
La mirada lateral se posa sobre todo, en el arco que conforma la zona acristalada de las ventanillas entre los pilares A y C, la limpieza de las puertas, los pasos de rueda protuberantes y la talonera cromada, como recurso contemporáneo a la de goma del modelo clásico. Pero, por encima de todo, la vista se posa en unos tapacubos metálicos con el logotipo de la marca en el centro, casi idénticos, por no decir idénticos del todo, a los de la versión histórica. Esta concesión es opcional, pues dicho componente de serie adopta la forma más actual de las llantas multirradio.
Detrás, domina la caída diáfana del portón y una ventanilla trasera grande, en connivencia con unas defensas musculosas que dan a este Beetle una configuración más aguerrida y viril que la del modelo anterior. La apertura del portón se esconde en el logotipo de la marca y rompe la identidad de formas de la zona con la ausencia de aquel original pico en el centro, que servía de lámpara de iluminación a la matrícula.
Si la huella del gran Escarabajo está presente en esa visión exterior, dentro del coche también domina ese estilo ‘vintage’, fiel reflejo de que el fabricante de Wolfsburg ha jugado con un clasicismo modernista en esta tercera generación del modelo.
Una llamada de atención está en la fidelidad al modelo original que se detecta principalmente en el salpicadero, cuyo elemento más comprometido con ese pasado es una guantera que se abre de abajo a arriba como en el Escarabajo que aún se mantiene en la vista y en el recuerdo.
Los paneles del salpicadero están lacados en el color de la carrocería o en una imitación de fibra de carbono, en función del nivel de equipamiento. Hay mucho contenido ‘retro’ en esta zona, lo mismo que el retorno al recurso de las gomas enlazadas, como fórmula de agarradera para los pasajeros durante la marcha, situados a ambos lados entre filas.
El Beetle de ahora mismo juega a la plena actualidad con un volante de tres radios, de una concepción clásica, pero con la concesión de la zona plana en la parte de abajo. Los relojes son también modernos y con los dígitos grandes para facilitar su lectura. Las salidas de las tomas del aire acondicionado adoptan formas circulares a ambos lados del salpicadero y rectangulares en la parte central. Por cierto, el sistema es de doble regulación
La entrada al recinto se hace con suficiente comodidad, incluso a las plazas traseras, por el extendido movimiento de los asientos delanteros y el amplio marco de la puerta. Una vez dentro, el asiento del conductor ofrece una buena posición de conducción a la par que recoge a afirma bien la zona lumbar.
Una ganancia en longitud de 15 centímetros tiene que notarse por fuerza en capacidad y en la comodidad a bordo. La primera ya ha sido resaltada con el maletero, apto para el equipaje de un viaje largo y para objetos de ocio, si se quiere prescindir de la fila trasera de asientos, donde esa capacidad de carga con números por testigo, se eleva a 915 litros.
Asimismo, la separación entre filas deja en posición relajada y amplia a los ocupantes de atrás que, sobre eso, cuentan con que la altura hacia el techo, pese a su mínima reducción, permite sentarse perfectamente erguido.
Un rasgo de contemporaneidad mezclada con la tradición está en el equipo de sonido Fender, una marca de guitarras eléctricas evocadora de la edad de oro del rock and roll, época en la que el Beetle se convirtió en señuelo de una generación.
Los sentidos de la vista y el oído tienen que dejar ya paso a las percepciones mecánicas, concentradas en un motor ya pleno referente en el grupo: el 1.6 TDI de 105 CV, que ratifica esa suficiencia justa para una rodadura discretamente rápida.
No es un motor de reacciones instantáneas. Aunque para facilitar un menor gasto de consumo, se deja llevar en un bajo régimen de giro, exigirle una recuperación rápida se hace premioso. El ideal es mantenerlo en el entorno de las 2.000 revoluciones para asegurarse la respuesta precisa solo con el acelerón sin reducciones previas de marcha. El comportamiento entre ese umbral y las 4.000 vueltas es muy notable y satisface el deseo de una conducción pseudo deportiva.
La fuerza del motor radica en un consumo muy bueno que, en una prueba amplia por medio urbano, y también por carretera, dejó el buen resultado de un poco más de 5,5 litros de promedio en los cien kilómetros, que se considera muy competitivo.
La caja manual de cinco velocidades (sería más adecuada una de seis) tiene un comportamiento irregular. De desarrollos limitados y algo rígidos en las relaciones cortas pasa a una gran elasticidad en la cuarta velocidad, que permite circular a 120 km/h por debajo de las 3.000 revoluciones. La quinta queda como mero, pero eficiente, recurso anticonsumo.
El Beetle, en términos generales, es muy bondadoso y noble en el rodaje. El chasis adopta una rigidez capaz de afrontar con plenas garantías trayectos difíciles y sinuosos con buena sensación de aplomo para el conductor. La suspensiones, levemente duras, facilitan los apoyos y unas trazadas que solo, y en muy contadas ocasiones, la construcción del tren trasero, mediante un eje rígido, aporta alguna que otra disfunción.
La dirección, muy directa, responde de inmediato a los movimientos del volante y los frenos cumplen con bastante decoro la función encomendada de parar el coche rápido y resistir la fatiga de uso.
El precio, comparado sobre una competencia heterogénea, más basada en el valor de reedición de clásico que de valor de segmento, no ayuda a un posicionamiento. No hay duda de que el Beetle tiene una cierta exclusividad que, en una marca como Volkswagen, no precisamente barata, tiene un plus de tarifa. Sobre ello, el inconveniente de un equipamiento de serie corto, en el que faltan, por citar un ejemplo, los automatismos de luces y limpiaparabrisas. Aún así, el coche tendrá sus adeptos. Su gran valor: el rigor con que se ha resucitado un mito.
CARACTERÍSTICAS TÉCNICAS
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Longitud 4,278 m
Anchura 1,808 m
Altura 1,488 m
Distancia entre ejes 2,537 m
Vía delantera 1,578 m
Vía trasera 1,544 m
Peso 1.361 kgs
Capacidad depósito 55 l.
Capacidad maletero 310/905 l.
Coef. aerodinámico N.D.
Posición motor Delantero, transversal
Alimentación Inyección directa diesel por
conducto común con turbo de
geometría variable e intercooler
Cilindros 4 en línea (16 válvulas)
Cilindrada 1.598 c.c.
Potencia máxima 105 CV a 4.400 r.p.m.
Par máximo 250 Nm entre 1.500 y 2.500 r.p.m.
Velocidad máxima 180 km/h
Aceleración 0-100 11,5 seg.
Consumo medio 4,5 l./100 kms
Emisiones CO2 118 g/km
Impuesto de Matriculación Exento
Dirección Electromecánica. Servoasistida
Diámetro de giro N.D.
Frenos Discos ventilados (DEL.)
Discos (TRAS.)
Suspensión delantera McPherson con resortes
helicoidales y amortiguadores
telescópicos
Suspensión trasera Eje rígido
Tracción Delantera
Neumáticos 215/60 R 16
Transmisión Manual de cinco velocidades
Equipamiento de serie ABS con EBD, sistema de control
de estabilidad, airbag frontales,
laterales y de cortina
Precio 22.710 euros
RESTO DE GAMA
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Versión Cilindrada Potencia PVP
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Gasolina:
Beetle 1.2 TSI Design 1.197 c.c. 105 CV 21.120
Beetle 1.4 TSI Design 1.390 c.c. 160 CV 24.090
Beetle 1.4 TSI Sport 1.390 c.c. 160 CV 24.320
Beetle 2.0 TSI Sport 1.984 c.c. 200 CV 28.460
Diesel:
Beetle 2.0 TDI Design 1.968 c.c. 140 CV 25.000
Beetle 2.0 TDI DSG Design 1.968 c.c. 140 CV 26.760
Beetle 2.0 TDI Sport 1.968 c.c. 140 CV 25.220
Beetle 2.0 TDI DSG Sport 1.968 c.c. 140 CV 26.980
COMPETENCIA DIRECTA
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Modelo Cilindrada Potencia PVP
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Citroen DS4 1.6 e-HDI 1.560 c.c. 112 CV 24.890
Mini Cooper 1.6 D 1.560 c.c. 112 CV 20.900
Angel Alonso