Distracciones y maniobras incorrectas causan tres de cada cuatro accidentes de tráfico
Esta es una de las conclusiones del informe presentado hoy sobre ‘La toma de decisiones en la conducción’, elaborado por Línea Directa Aseguradora en colaboración con el Instituto de Investigación en Tráfico y Seguridad Vial (Intras) de la Universidad de Valencia, tras analizar 174.000 accidentes.
El director corporativo de Línea Directa, Francisco Valencia, ha señalado que ‘el 82 % de las personas que mueren o resultan heridas graves se debe a que toman malas decisiones al volante’.
Por eso, ha destacado que en los últimos cuatro años casi 130.000 accidentes mortales se podrían haber evitado si los conductores hubieran sido capaces de valorar correctamente la situación’.
Valencia ha mostrado su preocupación por las consecuencias negativas del uso del SMS y del ‘whatsapp’ en la conducción, ya que en un 70 por ciento de los casos los conductores disminuyen significativamente el control de su coche al llevar a cabo esta práctica.
El experimento realizado al respecto, en el que han intervenido 34 sujetos de entre 18 y 24 años, revela que enviar mensajes a través del móvil supone perder el control lateral del coche en 4 metros y estar a un segundo de sufrir una salida de la vía.
Respecto a otras infracciones, el informe destaca que el 71 por ciento de los conductores accidentados que hicieron adelantamientos indebidos en las carreteras convencionales acabaron teniendo una colisión frontal.
Madrid, Galicia y Asturias son las regiones donde más accidentes se registran por infracciones, mientras que los conductores extremeños, castellano-manchegos y aragoneses son los que más se distraen al volante.
Según el estudio, los hombres de entre 18 y 24 años y los mayores de 65 son los conductores que cometen más distracciones e infracciones al volante, en la mayoría de los casos en autopistas y autovías.
Frente a ellos, las mujeres de entre 35 y 64 años con más de quince años de carné son las que toman mejores decisiones ante las situaciones de riesgo en el tráfico.
Conducir enfermos, cansados o con sueño afecta en igual medida a la toma de decisiones que el consumo de alcohol y drogas.