La marca japonesa Subaru, fabricante de automóviles exclusivos y elitistas bajo el amparo histórico de la compaa Fuji Heavy Industries, por fin se ha decidido a desarrollar el primer motor di?sel de su historia, cierto es que obligado por un mercado en el que la demanda de estos propulsores es abrumadora y la concienciación por el medioambiente es lo que prima, entrando así a competir con el resto de marcas japonesas y europeas Premium más comerciales. Con este fin, la marca japonesa además ha renovado recientemente casi toda su gama, comenzando por el pequeño Justy hasta el gran Tribeca, pasando por el compacto Impreza. Ahora llega el nuevo motor diésel que inicialmente albergarán la berlina Legacy y el todocamino Outback para completar una oferta muy interesante. Así plantarán cara desde el acabado básico a los modelos más Premium entre las berlinas, como el Volvo S60 2.4D, el Mercedes C200 CDI, el Audi A4 2.0 TDI, el BMW 318d, el Saab 9-3 TiD Linear Sport, el Honda Accord 2.2 I-CTDi Sport o el Toyota Avensis 2.2 D4-D Sol 4p, y entre los todocaminos Audi Allroad, BMW X3 2.0d o Volvo XC70 2.4D.
Con este nuevo motor diésel, a pesar de haber roto con su filosofía de fabricar únicamente motores gasolina, no han dejado de lado su inherente tradición de hacerlo en configuración bóxer de cilindros horizontalmente opuestos de tamaño muy reducido con las ventajas que eso conlleva de reducción de peso, nivel de vibraciones casi inexistente, aumento de la estabilidad por su ubicación más baja, y todo esto combinado con la tradicional tracción a las cuatro ruedas Symmetric AWD de Subaru que garantiza la máxima seguridad y capacidad de tracción. El resultado: la habitual conducción dinámica y deportiva de la marca combinada con el confort típico del Legacy y el Outback, obteniendo unos reducidos consumos y unas prestaciones superiores a las de la competencia.
Hablamos exactamente de un motor de cuatro cilindros de 2.0 litros de cilindrada en configuración bóxer con filtro de partículas DPF de serie denominado Bóxer Diésel, con inyección directa por common rail y asociado a un turbocompresor de tobera de admisión variable, con lo que desarrolla 150 cv a 3.600 rpm y un par motor de 350 Nm desde 1.800 rpm. Estas cifras le confieren unas prestaciones envidiables con un silencio de rodadura excelente, como hemos podido comprobar personalmente tanto en carretera como en ciudad. La aceleración es suave y la escalada de revoluciones progresiva aunque muy contundente. Asimismo, demuestra un gran respeto por el medioambiente con unas emisiones de 148 gr/km, una cifra muy ajustada para tratarse de un 2.0 litros con tracción integral. La única laguna que hemos encontrado es el cambio manual de 5 velocidades que ofrece, que no supone un problema en sí mismo porque va muy bien, pero toda la competencia ya ofrece 6 velocidades, que economizan el consumo y aumentan las capacidades dinámicas.
Para digerir toda esta tecnología y potencia diésel se han introducido cambios mecánicos específicos para los nuevos Legacy y Outback con motor diésel, como una nueva dirección asistida electrónica de gran suavidad y precisión, un nuevo volante motor de doble masa, cantidad de materiales aislantes de ruidos y vibraciones para un confort interior perfecto, así como una suspensión delantera más resistente para evitar rumorosidades incómodas. Gracias al sistema Asymmetric AWD el peso de la transmisión está completamente centrado entre los ejes, otorgándole un comportamiento muy dócil.
Pequeños detalles les diferencian del resto de la gama, como unas tapicerías y superficies exclusivas para la versión diésel, un nuevo sistema de climatización y los asientos calefactados, mientras que opcionalmente ofrecen acceso al interior sin llave y arranque mediante botón. Los equipamientos en los que se dividen el Legacy y Outback diésel son el Classic, Limited y Limited Plus, que desde el acabado básico incluye detalles de lujo como los faros de xenón, asientos eléctricos y calefactables, control de velocidad, llantas de 17 pulgadas, añadiéndose en los asientos de cuero y el techo solar en la versión Limited y dejando el navegador y el Smart Key para la versión más completa Limited Plus.
Los precios se colocan frente a la competencia en una posición privilegiada, dado el amplísimo equipamiento que llevan y las altas prestaciones generales:
Legacy Bóxer Diésel Classic: 27.300 euros.Legacy Bóxer Diésel Limited: 29.500 euros.Legacy Bóxer Diésel Limited Plus: 31.900 euros.Para el Wagon hay que sumar 1.500 euros en cualquiera de sus acabados.Outback Bóxer Diésel Classic: 30.300 euros.Outback Bóxer Diésel Limited: 32.800 euros.Outback Bóxer Diésel Limited Plus: 35.300 euros