Volkswagen Tiguan TSI
Entre el Golf y el Touareg
Volkswagen apostó decididamente por un segmento infalible como es el SUV y su decisión no ha podido ser más acertada. Tras el exitoso Touareg, la casa alemana ha sacado al mercado un 4×4 compacto para que su aventura continúe en la ciudad. Con evidentes reminiscencias de la generación Golf, el Volkswagen Tiguan aparece para ser competitivo en el camino y en el asfalto.
a favorSofisticación alemana.No se aprecian inercias.Comportamiento dinámico.en contraConsumo en ciclo urbano.Limitado fuera del asfalto.Maletero escaso.
De entrada, la marca de Wolfsburgo comercializa el Tiguan con dos motores sobrealimentados de alto rendimiento, que logran optimizar el consumo y las emisiones de CO2, con los que aspira a posicionarse en puestos de privilegio en un mercado poblado. Uno turbodiésel de 140 cv y el 1.4 TSI de 150 cv que pusimos a rodar en Autocity. Por precio (desde 30.920 €), se sitúa equidistante entre el más modesto Nissan Qashqai y el premium BMW X3, frente al que se ofrece como alternativa, aunque son los reputados Toyota Rav-4 y Honda CR-V los que tienen ya otro rival directo al que mirar cuando salgan a la carretera.
De línea robusta y elegante, la imagen del Volkswagen Tiguan consigue el visto bueno de los paladares más exigentes, así que las dudas pueden llegar, como es costumbre entre los SUV, en su comportamiento. Pues bien, sus ajustadas dimensiones para un todocamino- 4.430 mm de largo, 1.810 de ancho y 1.670 de alto- le permiten un comportamiento similar al de un turismo en carretera y una agilidad sorprendente en ciudad (en vacío no llega a los 1.600 kilos de peso). Además, la tracción total, sus 195 mm de distancia al suelo y un ángulo de ataque de 18 grados le hacen capaz de desenvolverse con soltura en terrenos rotos y caminos poco transitables.
El acabado más modesto resulta discreto, pero bien ajustado, como es norma en Volkswagen. Para la prueba, optamos por el equipamiento +Motion, plagado de elementos de confort para que te sientas como en casa en tu travesía diaria. Si eres fanático de la tradición Golf y te seduce la moda SUV, bucea en nuestra prueba y descubre un todocamino compacto, robusto, elegante y eficaz. ¿Listo para ir de safari por la ciudad?
Moderno y atractivo, el Volkswagen Tiguan encierra en sus compactas dimensiones (algo menos de 4,5 metros de largo, por 1,80 de ancho y 1,70 alto) el espíritu aventurero heredado del legendario Golf. La parrilla frontal cromada y el grupo óptico delantero estilizado aportan elegancia en una estética que se caracteriza por su contundencia. La línea de cintura bien marcada, unas llamativas llantas de 18′ y las barras laterales del techo, también cromadas, completan un ‘look’ que no deja indiferente y que gusta por su robustez y proporción.
Si por fuera engancha al primer vistazo, por dentro el Tiguan es la viva imagen de un Golf Plus, con sus cuatro rejillas dobles de ventilación como elemento más característico. La calidad alemana en los acabados rezuma de punta a punta, si bien el diseño del salpicadero peca de conservador y continuista.
La versión +Motion de nuestra prueba tiene un equipamiento completísimo. Seis airbags, faros antinieblas, freno de mano electrónico, control de estabilidad, sistema de fijación ‘isofix’, climatizador bizona, ‘autohold’ (sistema de ayuda para las salidas en rampa), sensor de luces y lluvia, radio-CD con MP3, volante multifunción, ordenador… y demás equipamiento de serie, se completa con faros bixenón, asientos de cuero con regulación eléctrica en el del piloto y calefactables los delanteros y control de velocidad. Un cóctel perfecto de ingredientes para hacer tus viajes más seguros y confortables.
Para el que necesite un comportamiento campero de su Tiguan, como elemento opcional Volkswagen incluye el llamado botón ‘off-road’, que permite adaptar las funciones del vehículo para la conducción en terrenos no asfaltados. Así, se activa el control de descenso de pendientes, se consigue una dosificación más precisa del par motor y una adaptación del ABS para optimizar la frenada.
Además, como otros elementos opcionales puedes incluir navegador con pantalla táctil, sistema ‘park assist’, con cámara de ayuda para mejorar la visibilidad trasera, y un impresionante techo practicable panorámico, para que disfrutes de tus travesías mirando al cielo. El cofre del maletero, de 470 litros, no es amplio, pero suficiente para el trasiego diario. Para emergencias, con los asientos abatidos se consiguen 1.510 litros de carga. ¿Nos vamos de viaje?
Domina el asfalto
Si el Volkswagen Tiguan atrae de un vistazo por su diseño y equipamiento, al volante se gana del todo la confianza del conductor. La firma de Wolfsburg arrancó su comercialización en España con dos motorizaciones. Una diésel 2.0 TDI de 140 cv y otra de gasolina, con un leve retoque en el motor 1.4 TSI que rinde 140 cv de potencia máxima en el Golf y que en el Tiguan alcanza los 150 cv a 5.800 rpm. Para la prueba, en Autocity llevamos al asfalto la versión de gasolina.
El propulsor, sobrealimentado con turbo y compresor, resulta suficiente para mover con soltura los más de 1.500 kilos de peso en vacío que arrastra el Tiguan y permite alcanzar una velocidad máxima de 192 km/h, con un tiempo digno para pasar de 0 a 100 km/h: 9,3 segundos. Es poco ruidoso y no excesivamente ‘gastón’ (Volkswagen anuncia un consumo en ciclo mixto de 8,4 litros cada 100 kilómetros), por lo que ya no hay excusa para llevar a nuestro garaje un SUV de gasolina.
Los reglajes, tanto del volante como del asiento, permiten encontrar sin problemas la mejor posición para emprender la marcha. Una vez sentado a los mandos, la altura ofrece una visibilidad casi inmejorable, como es norma en los vehículos de estética todoterreno. La suspensión es excelente y logra un equilibrio casi perfecto entre estabilidad y confort. La dirección, muy precisa, responde con presteza a cualquier indicación del conductor, que también tendrá la misma respuesta directa y exacta del pedal de freno. Menos agradable resulta la palanca de cambios, no por ergonomía, sino porque opone cierta resistencia a la hora de engranar las marchas.
Sobre el asfalto y en carretera, la conducción es muy similar a la de un turismo. A pesar de su altura (casi 1,70 metros), las inercias son irrelevantes y pisa con aplomo el asfalto. Tiene unas recuperaciones notables en quinta y sexta velocidad, por lo que los adelantamientos son relativamente cómodos en un coche cuya aspiración no es ofrecer sensación de vértigo, sino de agarre. Aunque no le falta empuje, a los que valoran el ahorro les agradará saber que con una conducción suave se logra ajustar el consumo extraurbano por debajo de los 8 litros.
En ciudad, sin embargo, provoca reacciones encontradas. Su tamaño y agilidad le permiten desenvolverse con naturalidad entre el tráfico y le señalan como un SUV ideal para el trasiego diario. Sin embargo, es algo perezoso en la arrancada ya que el turbo sopla a partir de medio régimen y el compresor no le proporciona el vigor que tendría un coche con un turbo mayor. Para los más exigentes, puede ser tedioso si los semáforos en rojo se cruzan en tu camino. Si te gusta exprimir las posibilidades del motor en marchas cortas, no es descabellado que el consumo se dispare por encima de los 13 litros en trayecto urbano.
El gran trabajo de la tracción 4Motion permite al Volkswagen Tiguan manejarse con soltura en terrenos con poca adherencia y sin asfaltar. Sin embargo, no es un vehículo para afrontar grandes dificultades, ya que no tiene reductora. Para tener control de descensos necesitaremos equipar nuestro Tiguan con un extra muy interesante: el botón ‘off-road’, que mejorará las prestaciones de nuestro coche lejos del asfalto.