Saab presenta en nuestro país la nueva gama, “amigable” con el medio ambiente, del 9-5 denominada BioPower. Un coche pensado para disfrutar plenamente de la conducción y del entorno que escojamos para practicarla.
Con esta versión la marca sueca pretende potenciar internacionalmente, lo que ha supuesto una gran revolución en su país de origen en los últimos años, una reducción sorprendente de las emisiones de dióxido de carbono que provienen de los combustibles fósiles -gasolina y diesel-, convirtiéndose en el vehículo ecológico que mayor ventas ha conseguido en Suecia. Para ello la administración pública ha puesto su granito de arena, permitiendo la exención de un 20 por ciento de impuestos para coches de empresas, entre otras medidas. Gracias a este nuevo nicho de mercado, las ventas de toda la gama Saab se han incrementado en un 6 por ciento respecto al año anterior.
Tal innovación une lo mejor de dos conceptos: las prestaciones del original motor gasolina turboalimentado, con unas emisiones fósiles muy contenidas de las que el combustible E85 (formado por un 85 por ciento de etanol y un 15 de gasolina para garantizar el arranque en frío) es responsable aportando un rendimiento que oscila entre 25 y 30 cv más.
Los motores son casí idénticos a los gasolina con ligeros cambios y podrán usar los dos combustibles –gasolina sin plomo 95 o etanol– indistintamente o mezclados, si la estación en la que paremos a repostar no tiene surtidor de E85. De momento los coches que funcionan con este nuevo combustible derivado del maiz, el trigo o la caña de azúcar sólo pueden repostar en los surtidores de la marca.
Los precios de estos modelos ecológicos, que estarán a la venta con el nuevo año, tendrán un incremento mínimo de unos 1.000 euros respecto de las versiones gasolina de la misma cilindrada. Desde 40.000 € aproximadamente.
Turbo respetuoso
Durante la presentación pasaron por nuestras manos las versiones 2.0t con caja de cambios automática, y 2.3t con cambio manual. En ambos el comportamiento es bueno y la comodidad su característica principal, con unas suspensiones bien calibradas, aunque sin aspiraciones claramente deportivas.
El propulsor más pequeño ofrece unas prestaciones más que dignas para una berlina del tamaño del 9-5, y el cambio automático en posición sport le hace muy aprovechable. En modo secuencial, con los pulsadores en el volante, obedece en todo momento.
Sin embargo, nos decantamos por la motorización 2.3t -no por el cambio manual- sino por una dosis extra de potencia y unos 310 Nm, nada despreciables, que aportan más garra a un conjunto de tales dimensiones. La única pega que encontramos es que el ruido del motor está más presente en el habitáculo que en la opción de cilindrada inferior.
Las prestaciones de estos 9-5 son de 180 cv para el 2.0t, que ofrece 280 Nm de par motor permitiéndole alcanzar los 100 km/h en 8,5 segundos. El 2.3t rinde 210 cv de potencia, y su aceleración de 0 a 100 es de 7,9 segundos, aumentando el par motor en 30 Nm más que su hermano pequeño. Ambos se pueden conducir con caja de cambios de cinco velocidades manual y automática.