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CIUDADANO AHORRADOR
A los tres años de su aparición, al modelo más compacto de Toyota, el Yaris, le llega por fin una motorización diesel.
Finalmente aterriza en el Yaris (y Yaris Verso) un pequeño motor 1.4 litros diesel fabricado por Toyota enteramente en aluminio (bloque y culata) y que tiene su origen en el 1.5 gasolina empleado en el Yaris Verso, al que se le han añadido unas camisas reforzadas en los cilindros para adaptarlo. El empleo masivo del aluminio en el motor es el responsable de que sólo pese 99 kg, contribuyendo a que el vehículo alcance la tonelada escasa de peso.
Motor y equipamiento
MOTOR Y EQUIPAMIENTO
Este nuevo motor D-4D emplea una moderna inyección por common rail de segunda generación (pulveriza el combustible a una presión de 1.600 bar) con turbo e intercooler, que entrega una potencia de 75 CV. Pero es el elevado par, 17,3 mkg constante entre 2.000 y 2.800 rpm, el que consigue que la entrega de potencia resulte suave, enérgica y progresiva desde muy bajas revoluciones, acercando su utilización al de un motor gasolina. El trabajo realizado en el aligeramiento del motor y la gestión electrónica (de origen Bosch) son en parte los responsables de que los consumos sean realmente bajos, de lo mejor de su categoría.
A la venta desde este mes de enero, los precios se sitúan ligeramente por encima de los de la competencia, con unos precios de acceso de 12.100 y 14.300 euros (2.013.270 y 2.379.320 ptas.) para el Yaris D-4D Terra de 3 puertas y Yaris Verso D-4D Luna respectivamente, claro que sin aire acondicionado ni ABS, y un precio máximo de 16.770 euros (2.790.000 ptas.) para el Yaris Verso D-4D con acabado Sol, que incluye un amplio equipamiento de serie como los cuatro elevalunas eléctricos, el aire acondicionado y el ABS con distribuidor electrónico de la frenada EBD. Además del doble airbag delantero de serie en todas las versiones, existe la opción de airbag laterales en algunos acabados, además de la pintura metalizada, llantas de aleación, sistema de navegación, etc.
CONDUCCION
Ya en marcha pudimos apreciar el gran trabajo de insonorización realizado que asemeja el escaso sonido al de un motor gasolina de similar cilindrada. Apenas se perciben las vibraciones típicas de estos motores ni parece afectar la adopción de una cadena en la distribución (sin mantenimiento) en vez de la clásica correa dentada, teóricamente más silenciosa. Toyota además se ha preocupado de que visualmente no se aprecien los humos desprendidos por el escape, dando una imagen de diesel más limpio.
La dirección y el cambio son precisos y de manejo agradable. La estabilidad es intachable a pesar de su cómodo tarado de suspensiones y las relaciones del cambio resultan acertadas sin saltos significativos que empañen la buena marcha del coche, que empuja de forma progresiva desde muy pocas revoluciones.