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UN MONOVOLUMEN DIFERENTE
Suzuki se apunta a la moda de los monovolúmenes compactos con el Liana, un modelo medio (4,23 m de largo), con motor 1.6 de gasolina y posibilidad de tracción delantera o total 4WD, a un precio atractivo (2,6 millones de pesetas con esta última) y una línea moderna y personal.
Su línea es llamativa, muy limpia y penetrante, con sus faros triangulares y su toma de aire central con deflector, reforzada por la inferior del paragolpes, aunque su Cx no resulte muy brillante (0,37). Por detrás es también muy original, con los grupos ópticos verticales a media altura y la zona negra por debajo de la luneta del portón, que acoge las luces antiniebla y de marcha atrás.
Diseño
DISEÑO: MONOVOLUMEN COMPACTO
Pese a unas dimensiones ya no tan compactas, su discreta anchura (1,69 m) y su contenido peso (1.200 kg para el 4WD) confirman la voluntad de Suzuki de ofrecer un vehículo práctico y funcional sin dejar de asumir su carácter singular y deportivo como señas de identidad. Como el Baleno, cuenta con suspensión independiente a las 4 ruedas (Mac Pherson) y presenta un volumen interior muy aprovechado para 4 plazas, y ya menos para 5. El acabado es muy sobrio y sencillo, con un salpicadero muy original y una consola muy alta. La instrumentación de tipo digital queda justo delante del volante, que no se gradúa ni en altura ni en profundidad, aunque sí el asiento (en altura), con una posición de conducción muy correcta y ligeramente alta.
La parte inferior del salpicadero va tapizada a juego con los asientos, mientras que unos insertos de aluminio en los aireadores y los brazos del volante dan la nota deportiva. Quizá el deseo de aquilatar costos ha llevado a la marca a ajustar algunos detalles de equipamiento, echándose en falta no sólo algunos portaobjetos más (detrás por ejemplo carece de huecos en las puertas), sino algún detalle básico como el reloj, del que carece. En conjunto el diseño resulta acertado, aunque la calidad de algunos plásticos es mejorable.
La capacidad interior no está mal, pero la anchura trasera, de apenas 1,30 m, resulta insuficiente para tres plazas, aunque sea cómoda para dos (la propia marca, al ofrecer sólo dos apoyacabezas, así lo reconoce), con un discreto espacio para piernas, en función de la recortada batalla, y una mejor cota en altura. El respaldo posterior ofrece cuatro grados de inclinación, lo que permite aprovechar mejor el espacio del maletero, que según nuestros cálculos (la casa no indica volumen) se encuentra sobre los 330 litros hasta el cubreequipaje (en la posición más vertical) y cerca de 600 al techo. Bajo el mismo se aloja la rueda de repuesto, normal y no de emergencia. Con la banqueta trasera plegada (por mitades casi simétricas, 55/45) el volumen práctico real se acerca a los mil litros. Hay que destacar el bajo umbral de carga (apenas 63 cm de altura al suelo) gracias al notable entallado del portón en el paragolpes trasero, al que penetra profundamente.
Mecánica
MOTOR SILENCIOSO, PERO POCO ELASTICO
El motor, de gasolina (todo aluminio) es un 1.586 cc, con culata de 16 válvulas y distribución biárbol. De arquitectura ligeramente larga, da 103 CV con un par máximo de 14,8 mkg a 4.000 rpm. Monta camisas semihúmedas de bajo rozamiento, a fin de reducir el consumo, cifrado en 7,4 litros/100 km en el ciclo combinado europeo, con una velocidad máxima oficial de 170 km/h (que otras fuentes oficiales rebajan a 160 para el 4WD, sin datos de aceleración).
Con una unidad sin apenas rodaje (menos de 400 km al inicio de la prueba) y tracción total permanente (por un sistema de acoplamiento viscoso similar al del Ignis, que le hace funcionar de forma general como tracción delantera, repartiendo el par atrás sólo cuando patinan las ruedas delanteras) las prestaciones no han estado a la altura esperada: 162 km/h de velocidad punta y algo más de 35 segundos en el km desde parado, cubriendo el 0-100 km/h en más de 14 segundos.
El cambio manual de cinco relaciones no tira de unos desarrollos excesivamente largos, pero este 1.6 da el par demasiado arriba, lo que se traduce en unas recuperaciones bastante perezosas, sobre todo a coche cargado, que imponen un uso sistemático del cambio cuyo accionamiento resulta suave y preciso.
Es un motor muy suave, que empieza a empujar a partir de 3.000 rpm sin mostrarse demasiado ruidoso hasta llegar a las 5.000 rpm y estirándose bien hasta las 6.000 (y eso que el escaso rodaje de la unidad de prueba le frenaba a ese régimen), pero con pocos bajos, exigiendo cambiar de marcha en cuanto desciende de las 2.500 rpm (y antes si va a media carga). En una unidad más rodada seguramente se mostrará más brillante y menos sediento, porque su apetito tampoco resulta nada contenido, en función de su altura y tracción total. El mínimo en carretera ha rozado los 7 litros/100 km, subiendo a 8,2 a 120/130 km/h en autovía y casi 11 en ciudad (este último registro es quizá el mejor de todos, logrado con un abundante uso del aire acondicionado).
Comportamiento
BUEN COMPORTAMIENTO
En cuanto a comportamiento, el Liana se muestra sencillo y fácil de conducir, con un discreto carácter subvirador y sin que el reparto de tracción en los fuertes apoyos en curva interfiera en la trazada. Sólo una amortiguación algo blanda (que ayudará en alguna discreta salida ‘off road’, aunque los neumáticos de serie de este 4WD no se presten nada a ellas) impide una mayor eficacia en conducción rápida, ya que el coche se acuesta con cierta facilidad y aunque los neumáticos de 195/55 HR 15 se aguantan mucho -en seco, que en mojado ya es otro cantar- no resulta muy tranquilizador entrar a todo trapo en una curva con la carrocería totalmente inclinada, sobre todo si la contracurva está próxima y la transferencia de masas obliga a cambiar de apoyo de golpe. De todas formas la tracción integral acrecienta su seguridad.
Tirando a blando y con recorridos de suspensión no muy cortos, se tiene comparativamente mejor sobre mal piso, siempre que no esté exageradamente degradado. Pese a las barras estabilizadoras en ambos ejes (la casa no indica medida, pero según la nuestra la delantera es de 22 mm y la trasera de menos de 18) el Liana balancea más de la cuenta, y en trazados rápidos, la dirección más bien lenta y el acentuado balanceo le quitan aplomo, junto a una batalla algo corta para su longitud total. Pero el conjunto resulta bastante satisfactorio, gracias a los dos ejes Mac Pherson independientes, con un eficaz guiado del posterior y a la tracción integral. Y más lo sería de montar otros neumáticos, ya que los Yokohama Advan de la unidad de prueba son manifiestamente mejorables, especialmente con lluvia.
Los frenos, con discos ventilados delanteros y tambores traseros, cumplen dignamente dado su no muy elevado peso, aunque si se les castiga continuadamente acaban acusando la fatiga. El ABS actúa bien, sin apenas interferencias parásitas con la tracción, aunque sobre mojado se anticipa quizá demasiado. Las llantas son de aleación, de 15 pulgadas en esta versión 4WD, calzadas con las citadas cubiertas Yokohama Advan en 195/55R15, una medida quizá algo excesiva, sobre todo por perfil, ya que a su tipo de suspensión le vendría mejor un perfil algo más alto (la monta estándar en tracción delantera es de 185/65R14).
Equipamiento
EQUIPAMIENTO: NOTABLE PARA EL PRECIO
En seguridad, el Liana cuenta con una elaborada estructura antichoque, con segmentos de absorción diferenciada de impactos, airbags frontales y laterales (estos últimos de serie en el 4WD) y anclajes de seguridad para asientos y cinturones.
En cuanto a equipamiento, incluye de serie además de la dirección asistida y el ABS, los elevalunaseléctricos delanteros, espejos exteriores también de ajuste eléctrico, inmovilizador antirrobo, anclajes Isofix traseros para una silla infantil, bandeja portaobjetos bajo el asiento del acompañante, etc, y en el 4WD, airbags laterales y llantas de aleación de 6×15 pulgadas. Hay sin embargo algunas lagunas (la citada del reloj, la falta de telemando de cierre, etc), pero el aire acondicionado también es de serie, lo que unido a la garantía de tres años convierte la oferta del Suzuki Liana en muy atractiva para un precio final de 2.625.000 pesetas, uno de los más ajustados -sino el que más- de nuestro mercado para un monovolumen compacto de tracción total.