Nos ponemos al volante de una de las berlinas medias más aparentes y elegantes que hay hasta la fecha, el Ford Mondeo de tercera generación, con un diseño revisado a mediados de 2010 que llama poderosamente la atención, contando además con que se espera su renovación para finales de este año. Por ello la unidad que probamos es una de las más completas, interesantes y jugosas tanto por el conjunto de su motor como por su acabado alto de gama, exactamente del 2.0 TDCi de 163 cv combinado con cambio automático de doble embrague Powershift con el acabado más alto de gama Titanium S, es decir una berlina media con aires Premium que satisface a cualquiera con unas cualidades excelentes de confort y dinamismo.
a favor-Diseño familiar de corte deportivo-Motores diésel excelentes-Alto grado de conforten contra-Consumo real algo elevado-Cambio de doble embrague enfocado al confort
Esta versión de cinco puertas ya presenta los últimos retoques del diseño Kinetic Design muy atractivo a imagen y semejanza de los nuevos monovolúmenes de la marca como el S-Max, el Galaxy o incluso los más modernos C-Max, ya bastante visto hasta la fecha pero no por ello menos atractivo, destacando claramente frente a sus rivales del segmento de berlinas medias además con una envergadura mayor que aquellos y un despliegue de tecnología sorprendente. Supera en equipamiento claramente a modelos de su competencia como el atractivo Honda Accord, el exquisito Mazda6, el Opel Insignia o el Citroën C5 entre otros muchos.
Exterior e interior elegantes y bien terminados
Lo más llamativo del Mondeo sin duda es su afilado y atractivo diseño exterior para tratarse de una berlina de gran volumen, con unos rasgos muy atrevidos y detalles deportivos, con una línea general afilada y el lateral ascendente hacia la zaga. Nuestra versión de orientación deportiva Titanium S destaca con unas rasgadas ópticas horizontales oscurecidas muy atractivas con tecnología de iluminación bi-xenón subrayadas en la zona inferior por una tira de led´s de iluminación diurna que dan continuidad a las nervaduras en tensión del capó. Destacan asimismo dos rejillas de ventilación realizadas en negro brillante y con forma de nido de abeja, la superior con el logo en el centro y la inferior trapezoidal invertida de grandes dimensiones. La iluminación trasera queda a cargo de unos faros de tipo horizontal muy sugerentes con tecnología led mientras que la zaga está rematada con un paragolpes prominente con difusor. Todo el conjunto queda rematado por un marco de las ventanillas totalmente cromado y por unas preciosas llantas de aleación de 18 pulgadas con cinco brazos que forman puntas.La versión Titanium S tiene cantidad de equipamiento tecnológico de seguridad y confort, más que muchos rivales premium
Lo más llamativo del Mondeo sin duda es su afilado y atractivo diseño exterior para tratarse de una berlina de gran volumen, con unos rasgos muy atrevidos y detalles deportivos, con una línea general afilada y el lateral ascendente hacia la zaga. Nuestra versión de orientación deportiva Titanium S destaca con unas rasgadas ópticas horizontales oscurecidas muy atractivas con tecnología de iluminación bi-xenón subrayadas en la zona inferior por una tira de led´s de iluminación diurna que dan continuidad a las nervaduras en tensión del capó. Destacan asimismo dos rejillas de ventilación realizadas en negro brillante y con forma de nido de abeja, la superior con el logo en el centro y la inferior trapezoidal invertida de grandes dimensiones. La iluminación trasera queda a cargo de unos faros de tipo horizontal muy sugerentes con tecnología led mientras que la zaga está rematada con un paragolpes prominente con difusor. Todo el conjunto queda rematado por un marco de las ventanillas totalmente cromado y por unas preciosas llantas de aleación de 18 pulgadas con cinco brazos que forman puntas.La versión Titanium S tiene cantidad de equipamiento tecnológico de seguridad y confort, más que muchos rivales premium
La versión Titanium S hace todo un despliegue de elementos de alta calidad y de estilo deportivo resultando lo más completo que podemos encontrar en una gama casi Premium, ofreciendo un tremendo confort interior tanto al conductor como a los pasajeros. Nada más asomarnos al interior nos llaman la atención unos asientos deportivos de gran sujeción realizados en tapicería mixta de piel y alcántara negra rematados con costuras rojas que se extienden por la palanca del cambio, el volante, los paneles de puertas, el apoyabrazos central y las alfombrillas. En nuestra unidad están calefactados y ventilados, de forma opcional.
Todas las plazas son realmente muy amplias, destacando una fila trasera de grandes cotas que brinda a los pasajeros un confort excepcional y un grandísimo espacio para las piernas. Mucho más que la mayoría de sus rivales directos del segmento D, excepto el Superb. Aún con esto, el maletero también es impresionante, cubicando 540 litros de capacidad en el cofre, mientras que si abatimos los respaldos traseros en proporción 60/40 se pueden alcanzar los 1.448 litros diáfanos cargando hasta el techo.
El salpicadero está presentado de forma muy ordenada y realizado con unos materiales de primera calidad, protagonizado por una consola central fluida muy atractiva que alberga los sistemas multimedia, con una pantalla táctil de grandes dimensiones, y el sistema de climatización, así como el triple modo de adaptación del chasis al tipo de conducción. Destaca también el cuadro de mandos muy visual, con dos relojes analógicos, para el cuentavueltas y cuentakilómetros, así como una pantalla digital en el centro que muestra todos los datos de interés del ordenador a bordo y de la configuración del vehículo. Molduras en color negro brillante y símil carbono en esta versión deportiva que recorren todo el habitáculo aportan un toque muy elegante y dinámico. Además, la iluminación interior es toda de led.
Como decíamos el equipamiento de este Mondeo Titanium S es soberbio, difícilmente igualable por ningún otro contendiente del segmento de berlinas consideradas medias. Incorpora de serie elementos de seguridad inéditos para el modelo como la Alerta por Cambio Involuntario de Carril (Lane Departure Warning), Cambio Automático de Luces cortas y largas (Auto High Beam), Detección de los Ángulos Muertos (Blind Spot Information System), Cámara Trasera (Rear View Camera) o el Driver Alert, que detecta la fatiga del conductor. Nuestra Titanium S ofrece también amortiguación de dureza variable, faros bi-xenón con iluminación adaptativa, sistema de alerta de colisión frontal o ayuda al arranque en pendientes y como casi todos los coches ofrece control de estabilidad, 7 airbags, llantas de aleación, navegador y mandos de audio en el volante para manejar el sistema de audio Ford Premium Sound System de alta calidad con 10 altavoces.Probamos los motores más potentes en diésel, el 2.0 TDCi de 163 cv con cambio automático Powershift y el 2.2 TDCi de 200 cv. ¡Qué empuje!
Exquisito conjunto motor
El conjunto del motor y del cambio automático es otro de los elementos que más nos ha cautivado, con una capacidad de reacción inmediata ante cualquier sugerencia al acelerador al tiempo que con una suavidad general en marcha destacable. Nos gustan tanto las buenas prestaciones del motor 2.0 TDCi de 163 cv, como su gran suavidad de funcionamiento general y su nula rumorosidad. Este motor siempre tiene reservas de potencia. De hecho, con un peso de casi 1.600 kilos, acelera hasta los 100 km/h en 9,5 segundos alcanzando los 215 km/h de velocidad máxima. Por su parte, el cambio automático de doble embrague Powershift de 6 relaciones es también muy eficiente, llevando a cabo cambios intuitivos, aunque siempre más conservador en su comportamiento que un PDK de Porsche o un DSG de Volkswagen también de doble embrague. La mejora en consumos y emisiones de este motor es palpable desde el momento en que ya cumple la normativa Euro V, con cifras oficiales de unos escuetos 5,6 litros a los 100 km de consumo medio, aunque en la práctica nos ha resultado casi imposible bajarlos de 8 litros a los 100 km, y unas emisiones de 149 gr/km de CO2.
El conjunto del motor y del cambio automático es otro de los elementos que más nos ha cautivado, con una capacidad de reacción inmediata ante cualquier sugerencia al acelerador al tiempo que con una suavidad general en marcha destacable. Nos gustan tanto las buenas prestaciones del motor 2.0 TDCi de 163 cv, como su gran suavidad de funcionamiento general y su nula rumorosidad. Este motor siempre tiene reservas de potencia. De hecho, con un peso de casi 1.600 kilos, acelera hasta los 100 km/h en 9,5 segundos alcanzando los 215 km/h de velocidad máxima. Por su parte, el cambio automático de doble embrague Powershift de 6 relaciones es también muy eficiente, llevando a cabo cambios intuitivos, aunque siempre más conservador en su comportamiento que un PDK de Porsche o un DSG de Volkswagen también de doble embrague. La mejora en consumos y emisiones de este motor es palpable desde el momento en que ya cumple la normativa Euro V, con cifras oficiales de unos escuetos 5,6 litros a los 100 km de consumo medio, aunque en la práctica nos ha resultado casi imposible bajarlos de 8 litros a los 100 km, y unas emisiones de 149 gr/km de CO2.
El comportamiento se aprecia muy estable e incluso deportivo, motivado por un tacto de suspensión bastante firme en cualquiera de sus posiciones de conducción Comfort, Normal o Sport, siempre en busca de la mejor relación entre confort y dinamismo. La estabilidad es máxima incluso en conducción rápida por carreteras de curvas a pesar de su volumen y peso, y la dirección se muestra muy directa y muy fiable.
Versión familiar Sportbreak
También nos subimos a la versión familiar Sportbreak que presenta una zaga más poderosa y elevada con una carrocería más alargada para integrar un portón de maletero de grandes dimensiones que deja un espacio que alcanza los mismos 540 litros en el cofre y puede llegar hasta unos tremendos 1.728 litros cuando se abaten los respaldos traseros. El portón está decorado con un atractivo spoiler de grandes dimensiones que transmite sensaciones deportivas.
También nos subimos a la versión familiar Sportbreak que presenta una zaga más poderosa y elevada con una carrocería más alargada para integrar un portón de maletero de grandes dimensiones que deja un espacio que alcanza los mismos 540 litros en el cofre y puede llegar hasta unos tremendos 1.728 litros cuando se abaten los respaldos traseros. El portón está decorado con un atractivo spoiler de grandes dimensiones que transmite sensaciones deportivas.
Además, nuestra unidad recurre al motor diésel más potente de la gama, un 2.2 litros TDCi de 200 cv de potencia y un par motor de 420 Nm, con lo que logra que sus prestaciones sean algo más brillantes que su hermano pequeño acelerando hasta los 100 km/h en 8 segundos y alcanzando consumiendo tan sólo un poco más, con 6 litros a los 100 km homologados. Para la ocasión se combina con el cambio manual de 6 velocidades que reduce ligeramente el consumo y deja interactuar algo más con el cambio.
En definitiva, una berlina media con un precio muy inferior a los 40.000 euros, en cualquiera de los casos, con una apariencia y equipamiento propio de las berlinas de lujo de mayor renombre. Nada tiene que envidiar a las marcas premium.