Las mejores carreras de la historia
Las competiciones automovilísticas surgieron poco después del nacimiento del propio automóvil. La competitividad humana, unida a la necesidad de los fabricantes de demostrar que su vehículo era el más rápido y fiable, propició que si bien el automóvil nació en 1886, cuando todavía no habían transcurrido ni dos décadas ya se celebraban las primeras carreras internacionales importantes. Eso sí, el concepto poco o nada tenía que ver con el actual, pues el riesgo, la alta dosis de aventura y el trazado eran diferían notablemente. También sus pilotos, que en su mayoría o bien eran adinerados personajes de la nobleza deseosos de emociones fuertes, o bien los propios constructores o mecánicos de las marcas.
Hay bastantes datos de la primera gran carrera europeoa, la París-Madrid de 1903, la cual suspendió el propio gobierno francés a mitad de su recorrido debido a los numerosos accidentes, entre ellos en el que falleció Marcel Renault, el hermano de Louis, el fundador de la conocida marca que lleva su apellido. Dada la peligrosidad de establecer competiciones automovilísticas en carretera abierta y entre dos puntos, pronto se comenzaron a construir los primeros circuitos destinados exclusivamente a las carreras, siendo el de Brooklands (Inglaterra) el primero, en 1907.
Tras esta breve introducción a los orígenes de las carreras de coches, muchos aficionados habrán debatido alguna vez entre amigos sobre cuales son las carreras más famosas del mundo, las más prestigiosas de la historia olas mejoresy más longevas. En Autocity hemos seleccionados “Las 10 mejores carreras de la historia”, valorando para ello su repercusión mediática, el prestigio que tienen entre las marcas y los pilotos, la tradición e historia que poseen algunas de las más longevas, etc.
Comenzamos este repaso a las diez competiciones automovilísticas más famosas en un pequeño país, en el cual tienen la suerte de contar con dos de las mejores carreras del mundo: El Rally de Monte Carlo y el Grand Prix de Mónaco. En 1911 se utilizó por primera vez la palabra “Rally” para denominar a una prueba. La meta se situaba en la ciudad de Monte Carlo y la salida en diferentes ciudades europeas, dependiendo de la procedencia de los pilotos. Era más aventura que carrera, y la nieve y el hielo suponían un duro escollo para los equipos de antaño. Tras las interrupciones de algunos años debido a las dos grandes guerras, en 1953 se incluyó en el Campeonato de Europa de Rallys y en 1973 –año en el que se creó el Campeonato Mundial de Rallys- se incluyó como prueba que abría el calendario. Desafortunadamente en entre 2009 y 2011 no fue puntuable para la máxima categoría WRC (sólo para el IRC), pero la lógica se ha impuesto y esta prueba ya centenaria volvió a ser la que abrió el mundial de rallys WRC 2012. Como era de esperar la ganó el francés Sebastian Loeb con su Citroen DS3 WRC. En la actualidad se celebra también el Rally de Monte Carlo Histórico para coches clásicos y bajo el formato de “regularidad”. Ambas citas son en enero, cuando la nieve suele ser protagonista y crea escenas épicas, como las que se viven en “la famosa noche del Col de Turini”.
El Grand Prix de Mónaco se celebró por primera vez en 1929, 21 años antes de que se crease el Campeonato del Mundo de Fórmula Uno. Tradicionalmente disputado en mayo, formó parte del mundial de F1 desde sus inicios, en 1950, cuando Juan Manuel Fangio impuso su Alfa Romeo en las calles del principado. Hoy día sigue siendo una carrera mítica, y la más preciada por los grandes pilotos, por su dificultad y prestigio. Por ejemplo, Fernando Alonso la ha ganado en dos ocasiones, Michael Schumacher en cinco y el gran Ayrton Senna en seis.
Cerca del principado, en Francia, se disputa desde 1923 la carrera de resistencia más famosa del mundo: Las 24 Horas de Le Mans. Puede que la disciplina actual no sea tan reconocida como los rallys o la F1, y que hoy día no sea tan valorada como en los años 50 y 60, cuando ganar en Le Mans era “lo más” para un piloto y una marca de automóviles. Eso sí, su historia está manchada de sangre, y así se recuerda la edición de 1955, cuando el Mercedes de Levegh salió despedido y alcanzó al público. Murieron el piloto y 82 espectadores. Sin duda es el mayor desastre en la historia del automovilismo. A pesar de ello la carrera continuó celebrándose, y hoy día sus medidas de seguridad nada tienen que ver con las de aquellos tiempos. Los Bentley de los años 20, los Alfa Romeo de los 30, los Jaguar de los 50, los Ferrari de los 60 y los Porsche de los 70 y 80 forjaron en Le Mans su fama; aunque en la actualidad Audi ha sido el dominador absoluto con excepción de 2009, año en el que ganó Peugeot y Marc Gené fue uno de sus pilotos.
Nos vamos ahora a Italia, donde se celebraron dos míticas pruebas que hoy ya no se disputan como antaño, sino con nuevos formatos: la Targa Florio y la Mille Miglia. La primera de ellas, que también se conoció como Giro de Sicilia, fue a mediados del siglo pasado la más famosa de Europa junto a las 24 Horas de Le Mans y la Mille Miglia, y la última carrera que se corrió en carretera en una larga distancia (hasta 1977). Hoy día la historia de la Targa Florio continúa, pero algo “desinflada”, celebrándose un Rally que puntúa para el IRC y otro rally de coches clásicos. En cuanto a la Mille Miglia, la que hoy se celebra como evento del más alto nivel de coches clásicos rodeados de glamour, gozó entre 1927 y 1957 del mayor prestigio para marcas y pilotos, una carrera que recorría el bucle Brescia-Roma-Brescia con un total de mil millas (unos 1.600 km). La tragedia puso fin a esta prueba en el 57, cuando el piloto español Alfonso de Portago estrelló su Ferrari y causó la muerte de trece personas. Hoy día, desde 1977, se recuperó la Mille Miglia, aunque en un formato mucho más tranquilo, seguro y como evento de lujo para coleccionistas de codiciados automóviles de museo. La última cita europea que hemos seleccionado no podía ser otra que la que recala en Nurburgring (Alemania), por la relevancia de su circuito, apodado por el piloto de F1 Jackie Stewart como “el infierno verde”, aunque en esta ocasión sin darle un nombre como al resto de las diez pruebas seleccionadas, ya que gozan de fama tanto el GP de Alemania de F1, como los 1000 Km o las 24 Horas de Nurburgring. La primera carrera de coches, celebrada en 1927, se disputó en la sección norte del circuito (“Nordschleife”), de 22,8 km; y en 1951 entró a formar parte del Campeonato del Mundo de F1.
Salimos ya de Europa para pasar al otro gran foco de la historia del automóvil: Estados Unidos. Sobresale por encima de todas las carreras que ahí se celebran las 500 Millas de Indianápolis, en el estado de Indiana, cuyo origen se remonta a 1911 y que en la actualidad atrae a unas 400.000 personas a su circuito oval. Los monoplazas alcanzan velocidades cercanas a los 400 km/h y se producen espectaculares accidentes que afortunadamente, en los últimos tiempos, no suelen conllevar víctimas gracias a las medidas de seguridad tanto del circuito como de los monoplazas. Otra espectacular competición celebrada en USA, en el estado de Colorado, es la Pikes Peak International Hill Climb, la carrera de ascensión más escalofriante del mundo, también conocida como “La carrera hacia las nubes”. Se celebra en julio desde 1916 en una carretera –parte asfaltada y parte de tierra- de 20 kilómetros con 156 curvas y un desnivel de 1.453 metros (se parte a 2.866 metros sobre el nivel del mar y se finaliza a 4.301 metros). En esta carrera dieron sus últimos coletazos los monstrusos coches del Grupo B de rallys tras ser prohibidos, y ya con una reglamentación más libre se llegaron a ver preparaciones que rondaban los 1.000 cv de potencia. La imágenes de Walter Rohrl con el Audi Quattro S1 de 1987, de Ari Vatanen con el Peugeot 405 T16 de 1988 o, más recientemente, de Nobuhiro “Monster” Tajima con el prototipo Suzuki resultan sobrecogedoras.
Sin salir del continente americano nos vamos ahora a hablar de la Carrera Panamericana, disputada por primera vez en 1950 para celebrar la construcción de la carretera que iba desde Guatemala hasta USA atravesando México, de 3.000 km. Únicamente se corrieron cinco años como competición de velocidad, debido, como en el resto de las carreras de la época, a la tremenda peligrosidad y a los numerosos accidentes. No obstante, esos 5 años fue una meta importantísima para marcas como Ferrari, Porsche, Lancia, Mercedes o Pegaso, que acudían a la prueba mexicana de forma oficial y con sus mejores pilotos (Fangio o Taruffi inscribieron su nombre en lo más alto de la Panamericana). Hoy día, desde 1988, la Panamericana de celebra en formato de prueba para coches clásicos y goza de una excelente reputación.
Y finalizamos con la carrera más “joven” de las diez que hemos seleccionado: el Dakar. Iniciada en 1979 como París-Dakar esta carrera para coches todoterreno tenía en el desierto africano su principal aliciente, aunque tras las amenazas terroristas que propiciaron su suspensión en 2008, la considerada hoy día como “la carrera más dura del mundo” cambió de continente para desembarcar en Argentina, Perú y Chile. Y, de momento, aunque sigue conservando el nombre de Dakar, a corto plazo todo hace indicar que se seguirá corriendo en Sudamérica. Carlos Sainz, con el Volkswagen Race Touareg, en 2010, ha sido el único español en lograr el triunfo en coches.
Concluimos así el repaso a las que, a nuestro juicio, son las carreras automovilísticas más importantes del mundo. Unas continúan puntuando para los principales campeonatos de la actualidad, y otras ya sólo se disputan como pruebas para coches clásicos, pero sin duda todas ellas han escrito las páginas más gloriosas en la historia del automovilismo.