Deportivos italianos muy exclusivos
Todo aficionado al automóvil conoce muchos detalles de Ferrari, y en menor medida también de Maserati, Lamborghini, Alfa Romeo, etc. Pero hubo un tiempo –entre la segunda mitad de los 60 y la primera de los 70– en el que proliferaron los superdeportivos italianos de marcas minoritarias -hoy desaparecidas- que rivalizaron en belleza y prestaciones sin ningún tipo de complejo con los mejores modelos de la casa del cavallino. Aprovechando que muy pronto, el próximo 10 de mayo, la casa de subastas RM Auctions prepara una extraordinaria subasta de coches clásicos en Mónaco que reúne varios ejemplares de éstos, hemos querido repasar brevemente la historia de marcas como Iso Rivolta, Bizzarrini o De Tomaso; así como mostrar unas fotografías de los modelos perfectamente restaurados que se subastarán en Mónaco para deleite de todo amante de los coches que, más que coches, son obras de arte.
El modelo que abre este reportaje es un Bizzarrini 5300 GT Strada de 1968. Sobran los comentarios sobre la belleza de esta carrocería diseñada por Bertone, así como del extremo cuidado con el que fue rematado su interior, con unos detalles de buen gusto que nos transportan a una época dorada. Pero sí vamos a hablar un poco de la marca y de su creador: Giotto Bizzarrini, un ingeniero que inicialmente trabajo para Alfa Romeo y después para Ferrari, donde fue uno de los responsables del desarrollo del que para muchos es el mejor deportivo del mundo (el Ferrari 250 GTO). Giotto Bizzarrini discutió con Enzo Ferrari y se fue trabajar para su gran rival, Ferrucio Lamborghini, y tras ellos para la otra marca de la que hablaremos hoy: Iso Rivolta.
En 1964 funda Bizzarrini S.p.A. y construye unos pocos deportivos que hoy se cotizan como verdaderas piezas de museo. La obra cumbre de Bizzarrini para su propia marca fue el 5300 GT Strada que mostramos en estas fotografías. Se trata de un chasis que él mismo diseño y que cuenta con Bertone para las formas de la carrocería y con Chevrolet para suministrarle un motor V8 de 365 cv con el que podía alcanzar los 280 km/h y acelerar de 0 a 100 km/h en 5,5 segundos; unas prestaciones extraordinarias para hace más de 40 años. A pesar de haber fabricado joyas como ésta, la empresa sólo permaneció en activo 5 años, y en 1969 cerró sus puertas tras entrar en bancarrota.Preciosos y ligeros superdeportivos italianos con potentes motores americanos
En la marca Iso Rivolta el señor Bizzarrini fue uno de los principales protagonistas, y de hecho el mismo desarrollo sus principales modelos, comoel Iso Grifo que se puede ver en las fotos. La marca comenzó a fabricar coches deportivos a principios de los 60 de la mano de su creador Renzo Rivolta, quien había hecho mucho dinero fabricando motos y creando el Isseta que vendió a BMW. Tras su primer deportivo denominado Iso Rivolta “a secas” lanzó en 1963 el Iso Grifo, del cual construyó casi 500 unidades, las últimas con un motor 7.0 V8 de 406 cv proporcionado por Chevrolet. Renzo falleció en 1966, cuando sus automóviles gozaban del máximo explendor, y su hijo Piero (de 25 años) se hizo cargo de la marca hasta que en 1974 la llevó a la bancarrota.
Finalmente, la tercera de las marcas italianas que hoy tratamos la fundó un argentino, Alejandro de Tomaso. Se instaló como fabricante en Módena en el año 58, y aunque a día de hoy todavía hay planes de “resucitar” la marca tras haber invertido tanto grupos chinos como el propio ministerio de industria italiano, su época dorada fueron los años 70. Tras fabricar unas pocas unidades de su pequeño deportivo Vallelunga, De Tomaso se lanzó en 1968 con el Mangusta, un superdeportivo con motores Ford V8 de 4,7 y 5 litros de cilindrada de unos 300 cv de potencia. En total, y hasta su desaparición en 1971 se construyeron 401 unidades del Mangusta, la mayoría de ellas destinadas a Estados Unidos.De Tomaso es una marca italiana, aunque fundada por un argentino
Pero el modelo estrella de la marca es el Pantera. En concreto fue en 1970 cuando se presentó el modelo, y hasta la crisis del petróleo del 73 fue todo un éxito, pues vendió nada menos que 6.128 unidades, pero tras ello el resto de la década de los 70 y en los 80 De Tomaso seguía fabricando Panteras a un ritmo de unas 100 unidades anuales. Al igual que los Iso y Bizzarrini contaba con un gran motor americano, en este caso un V8 de Ford. Muchas unidades, como la que se subastará el próximo mes de mayo en Mónaco, se prepararon para la competición, debido a sus altísimas prestaciones.