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EL ARMA INDESTRUCTIBLE
Santana inicia la comercialización de un todoterreno puro y duro destinado al trabajo, con motor Iveco y desarrollado íntegramente en la fábrica de Linares. Es decir, un coche 100% español. Sus pretensiones son claras: servir como ningún otro para el profesional que realiza su actividad en zonas abruptas. Durante su presentación a la prensa pudimos comprobar sus excelentes aptitudes campestres, y sorprendernos al ver como por las zonas que a priori se nos presentaban complicadas, el Aníbal las superaba sin aparente esfuerzo.
Está ya a la venta por un precio de 24.789 euros, algo menos de lo que cuesta un Land Rover Defender, único modelo del mercado al que se le puede comparar. Puede acomodar a nueve pasajeros, hasta 1.000 kilos de carga, sobrepasar los 140 km/h y llevar elementos como el aire acondicionado. El motor es un robusto cuatro cilindros de 2,8 litros turbodiesel con sistema common rail y 125 cv de potencia.
Enrique Marco, Autocity.
23 Octubre de 2002.
Impresiones
IMPRESIONES
Como se puede ver, salvo excepciones, los TT actuales han renegado a sus principios renunciando a fabricar vehículos fuertes y capaces para ‘subirse al tren de la moda’. Pues bien, el Aníbal es todo lo contrario, tanto por estética, como por técnica. Eso sí, se han añadido algunos elementos de confort como el aire acondicionado (opcional) y se ha contado con un potente motor turbodiesel con sistema ‘common rail’. Al acceder al puesto de conducción del Aníbal Santana parece que retrocedamos 20 años en la ‘máquina del tiempo’, pues tanto los acabados como la vista que se tiene desde el volante por encima del capó totalmente cuadrado, son propios de todoterrenos de décadas pasadas.
Comenzando con el motor, lo que Santana pretendía era buscar uno principalmente fiable, de bajo mantenimiento y con una potencia que le permitiera cargar grandes pesos y poder transportarlos hasta los destinos más abruptos. Para ello se ha contado con Iveco, y su 2.8 turbodiesel de cuatro cilindros, que en este caso desarrolla una potencia de 125 cv y un par de 275 Nm. La potencia no es espectacular, pero su respuesta resulta ser la adecuada para los trabajos forzados, ofreciendo lo mejor de sí a pocas revoluciones. De hecho, circulando por campo casi al ralentí podemos superar cualquier tipo de obstáculo. Ahora bien, por encima de las 3.000 rpm ya no tiene mucho sentido ‘estirar’ pues en ese momento el Aníbal ya ha dado lo mejor de sí. Su autonomía es de más de 1.000 km gracias su depósito de 100 litros.
El ‘esqueleto’ del Anibal es de los que ya no hay. No ofrece la comodidad en carretera de los TT actuales, pero sus dos largueros con travesaños de perfil rectangular, eje rígido y suspensiones de ballestas multihoja, le acreditan como el ‘campero’ más eficaz del mercado. Los recorridos de las suspensiones son, ni más ni menos, que de 52 cm en el eje delantero y de 54 cm en el trasero. Su caja de cambios cuenta con cinco velocidades y el sistema de transmisión es conectable a las cuatro ruedas mediante palanca, mientras que la reductora puede multiplicar por tres la fuerza del motor. Por último, sus capacidades físicas (ángulo de entrada: 50º; ángulo de salida: 30º; ángulo ventral: 152º y ángulo lateral 40º) hacen que por dónde pasa el Aníbal, otros 4×4 no puedan ‘ni asomarse’.
En carretera, si somos conscientes de lo que estamos conduciendo y no le exigimos la comodidad y el comportamiento de un TT moderno, podemos decir que se desenvuelve con dignidad. Y es que el Santana Aníbal es un producto totalmente definido. No se anda con medias tintas, es para lo que es (caminos, barro, trabajo duro…) y por ello ha centrado todo su desarrollo en conseguir los mejores resultados en este tipo de terrenos.