No son unos vehículos muy demandados en España, pero los pick-ups tienen sus entusiastas, tanto entre clientes que practican deportes de acción (como, por ejemplo, el motocross) como por profesionales que necesitan llevar la carga separada del habitáculo. Son todoterrenos puros y duros, pero las últimas generaciones traen consigo unas comodidades, un equipamiento y una tecnología que poco o nada tiene que envidiar a la de los modernos SUV. El europeo Volkswagen Amarok llegó recientemente para luchar con los conocidos japoneses Nissan Navara, Toyota Hilux y Mitsubishi L200; pero desde este mes de abril un competitivo contendiente llega para animar el segmento: la nueva generación del Ford Ranger.
Ford ha puesto mucho empeño en lanzar un Ranger tremendamente competitivo en cualquier terreno y en cualquier mercado. La generación que desde este mes de abril está desembarcando en los concesionarios españoles se ha diseñado y desarrollado en Australia para 180 países, y no conserva absolutamente nada de la anterior generación. Es todo nuevo. Se trata de un modelo global cuyos primeros prototipos han sido probados durante un millón de kilómetros en lugares tan dispares como las autovías alemanas a alta velocidad o los desiertos, ríos y carreteras bacheadas de Sudáfrica, Suecia, Brasil, Tailandia y hasta 15 países en total. Con ello Ford se ha propuesto lanzar un todoterreno capaz de satisfacer las exigencias de todo tipo de clientes.
En España está ya disponible desde 22.450 euros, con tres tipos de chasis, dos motores, cuatro equipamientos, tracción 4×2 o 4×4 y cambio manual o automático. El acabado más sencillo está orientado a un uso prioritariamente profesional y es el que cuenta con los tres tipos de cabina (sencilla, super o doble) y la tracción a un solo eje; además de unos elementos de equipamiento bastante austeros y obligatoriamente cambio manual. Los niveles intermedios son todos de cabina doble, con tracción 4×4, cambio manual o automático, y el nuevo motor 2.2 TDCi de 150 cv de potencia y 375 Nm de par. El Ranger con dicha mecánica baja las emisiones de CO2 a 192 g/km y los consumos se fijan en 8,5 l/100 km de media. Finalmente, la versión deportiva Wildtrack (el modelo naranja de la fotografía) será el tope de gama, y contará con el nuevo motor diésel de cinco cilindros 3.2 de 200 cv de potencia y 470 Nm de par. Viene con cabina doble, tracción 4×4, llantas de 18 pulgadas y su cambio puede ser manual o automático, ambos de seis velocidades.
Estéticamente el nuevo Ranger se caracteriza por un frontal robusto (cromado en algunas versiones) y con pasos de rueda muy ensanchados, pero con un parabrisas más inclinado para darle un poco de deportividad. La trasera conserva las típicas formas cuadradas propias de la caja, cuya capacidad es de las mejores de la categoría. Y es que el nuevo Ford Ranger ha crecido respecto a su predecesor, y cuenta ahora con una longitud de 5,36 metros, una anchura de 1,85 metros y una altura de 1,81 metros. Más grande que su predecesor, el nuevo Ranger tiene una longitud de 5,36 metros.
Así las cosas, el nuevo Ford Ranger mejora su capacidad de carga (1.350 kilos) y su capacidad de remolque (3.350 kilos). En cuanto a su distancia libre al suelo, ésa es de 241 milímetros, lo que le posibilita vadear pasos de agua de 800 milímetros. Además del control electrónico de estabilidad cuenta con control de descensos y ayuda al arranque en pendiente, así como airbags laterales de tórax y de cabeza o el control del balanceo de remolque. De hecho, el Ford Ranger ha logrado la máxima puntuación en los test de seguridad EuroNCAP. Y en cuanto a tecnología, las versiones más completas podrán llevar pantalla a color de 12 cm con navegador, cámara de visión trasera, equipo de música con conectividad USB e iPod y con función de control por voz entre otras cosas.