Tras vender más de 1,4 millones de unidades del primer Ka, Ford fabrica ya desde el pasado 15 de septiembre su nuevo Ka. La producción del modelo se comparte con el Fiat 500, en la planta polaca de Tychy, donde se tiene previsto sacar 240.000 unidades al año de ambos modelos, dividiendo los Ka y los 500 a partes iguales: 120.000 unidades anuales de cada modelo. Y es que un 80% de las piezas de ambos vehículos urbanos son iguales; aunque, eso sí, la puesta a punto de motor y suspensiones es diferente, y las carrocerías y salpicadero no se parecen en nada. Se trata por tanto de un buen ejemplo de compartir elementos internos y de dotar a cada vehículo con una personalidad bien diferenciada.
Los nuevos Ford Ka se darán a conocer la semana que viene con el estreno de la última película del agente 007 (Quantum of Solace), ya que la nueva chica Bond (Olga Kurylenko) conduce el pequeño vehículo de Ford. Poco después del estreno en la gran pantalla, los Ka comenzarán a llegar a los concesionarios de los 15 países europeos en los que está previsto que se comercialice. En España se calcula que para diciembre se podrán realizar las primeras compras, a unos precios que oscilan entre 10.600 y 12.200 euros.
Sorprendentemente para un coche de su clase, el nuevo Ford Ka no tendrá una versión de acceso económica, sino que todos los modelos irán asociados al completo nivel de acabados Titanium. A igualdad de equipamiento el Ka sale algo más barato que su hermano Fiat 500, y muy bien posicionado ante sus otros rivales: Renault Twingo, Kia Picanto, Toyota Aygo, Peugeot 107 o Citroen C1 entre otros. No obstante, estos últimos ofrecen versiones menos equipadas y por tanto con unos precios de salida más económicos.
El Ka es algo más pequeño y barato que el nuevo Fiesta, aunque ambos comparten rasgos estéticos. Con una longitud de 3,62 metros, una anchura de 1,67 metros y una altura de 1,50 metros, el nuevo Ka posee un habitáculo para cuatro pasajeros y un maletero de 224 litros (ampliables a 747 litros abatiendo los asientos). Ahora el Ka hace gala de un aspecto mucho más musculoso y emocional, aunque quizá no sea tan original como su predecesor. Además de su agraciada estética con unos abultados pasos de rueda e intensos colores de carrocería, el Ka agrada por su completo salpicadero, el cual se desmarca de la extrema sencillez de alguno de sus rivales y le confiere un aspecto de coche más grande.
Mecánicamente el Ford Ka contará con dos motores, el gasolina 1.2 de 69 cv y el diésel 1.3 TDCi de 75 cv. Las dos versiones ofrecen unas cifras de emisiones, aceleración y velocidad máxima casi calcadas, pues con ambos propulsores se baja de los 120 g/km de CO2, se alcanzan los 160 km/h y se tarda 13 segundos en pasar de 0 a 100 km/h. Sólo el consumo varía casi un litro a favor de diésel: 5,1 l/100 km de media el 1.2 y 4,2 l/100 km de media el 1.3 TDCi. Ambos van asociados obligatoriamente a una caja de cambios manual de cinco velocidades, y con el mismo acabado Titanium la diferencia de precio es de 1.600 euros (10.600 el gasolina y 12.200 el diésel).
En principio, por consumo, prestaciones y precio, puede parecer una elección difícil, pero tras haber realizado una toma de contacto con ambas motorizaciones, nos parece más recomendable el Ka de gasolina. La explicación es que pesa 115 kilos menos (940 kilos, frente a los 1.055 del diésel), su manejo es más suave, y en su entrega de potencia percibimos como sube de vueltas con mucha alegría; por lo que la conducción se hace muy agradable, más que en el Ka diésel.
Por último, su único nivel de equipamiento (Titanuim) ofrece de serie ABS, airbags frontales para conductor y pasajero, aire acondicionado, cierre centralizado con mando, ordenador de abordo y llantas de 15 pulgadas. Además, con los paquetes opcionales se puede completar todavía más el vehículo, añadiendo sistemas de conectividad como las entradas USB, climatizador, sensores de parking, ESP, airbags laterales e incluso llantas de aleación de hasta 16 pulgadas. Pero para añadir un toque de personalización, el cual valoran muchos jóvenes, se han ideado tres líneas de decoración: Digital Art, Grand Prix y Tattoo, cuyo coste oscilará entre 900 y 1.100 euros y mostramos en la galería de fotos del Ka personalizado.