‘Es una vuelta muy corta y es muy difícil adelantar en Interlagos. Es siempre una carrera loca, larga, más de 70 vueltas, te pone mucha presión en el cuello por sus largas curvas a izquierdas. La fuerza centrífuga operan en una dirección poco familiar, en sentido contrario a las agujas del reloj’, explica en un comunicado de Red Bull.
Con respecto al récord de ocho victorias consecutivas en una sola temporada, conseguido el domingo pasado en Austin (EEUU), afirmó: ‘Es fenomenal, difícil de comprender. Es uno de esos récords que yo pensaba que iba a permanecer para siempre. Yo no me meto en el coche pensando en récords, sino para divertirme. Me encanta pilotar’.
‘Cada vuelta es diferente’, añadió, ‘y cada carrera es distinta y salir del coche completamente satisfecho, haber hecho un montón de vueltas buenas es una sensación grande que te queda. Si encima tienes éxito es ese pequeño extra que produce un sabor tan dulce, además de que recibes un bello trofeo y puedes rociar con champán’.