Ricciardo fue descalificado tras cruzar la meta en segunda posición de ese Gran Premio, el primero de la temporada, disputado el pasado 16 de marzo, por detrás del alemán Nico Rosberg (Mercedes).
Los comisarios de carrera de la Federación Internacional de Automovilismo (FIA) indicaron que el indicador de flujo de combustible instalado en cada monoplaza indicaba que el del australiano superó los 100 kilos por hora, límite impuesto esta temporada para reducir la potencia de los coches.
Ante la Corte de Apelación, el director técnico de Red Bull, Adrian Newey, aseguró que el coche no superó esa barrera y que hubo un problema en el detector de la FIA.
Los comisarios también aplicaron la circunstancia agravante de que el equipo no atendió a los avisos que le enviaron de que estaba superando el límite de flujo de combustible.
Newey señaló que trataron de hacerlo, pero eso les reducía el ritmo y sus propios indicadores señalaban que el flujo estaba por debajo de lo autorizado.
La Corte de Apelación continúa con la vista para estudiar este caso.