Son muchas las cuentas que tienen que saldar el finlandés Mikko Hirvonen (nueva incorporación en Citroen), Ford y sus pilotos oficiales (el finés Jari-Matti Latvala y el noruego Petter Solberg) y Mini, con el español Dani Sordo y el francés Pierre Campana.
No será fácil para ninguno de ellos puesto que si la prueba monegasca se ha convertido en un mito y un referente en la especialidad es por la dificultad que entraña, con una climatología cambiante que esconde trampas en forma de humedades, nieve y placas de hielo detrás de cada curva.
Loeb ya sólo lucha contra su propia leyenda y el futuro. Ha conseguido lo que no ha logrado nadie a nivel internacional: ocho títulos de campeón en una de las máximas categorías del automovilismo internacional y lo ha hecho de forma consecutiva. Ahora busca ponerlo más difícil a quien en el futuro quiera superarle.
En Montecarlo ya ha conseguido cinco veces la victoria. Sabe leer las condiciones de la carrera y la carretera, y no suele fallar en la elección de neumáticos, algo de gran importancia en esta prueba.
Además, este año cambia el formato con el que se han disputado los rallys en los últimos tiempos y se disputará a lo largo de cinco días, con gran importancia de las etapas nocturnas, por lo que habrá más sorpresas sobre el asfalto.
En su equipo estrena director y compañero. Olivier Quesnel, con el que tuvo diversas disputas dejó su puesto a Yvan Matton, quien tiene que intentar revalidar el título de constructores que Citroen ha ganado de forma consecutiva en los últimos cuatro años.
Además, este año estrena ‘co-equipier’. Llega el finlandés Mikko Hirvonen, subcampeón de las últimas tres temporadas. Ganó la prueba inaugural los dos últimos años y ahora tiene que demostrar que no se han equivocado apostando por él. Aunque su función desde el inicio será la de llegar a la meta y sumar puntos para Citroen.
En Ford, donde hubo muchas dudas sobre su continuidad, tendrán que demostrar que pueden optar al título con el finlandés Jari-Matti Latvala, muy rápido sobre la pista aunque protagonista de demasiados accidentes, y el noruego Petter Solberg, veterano que siempre paga los pequeños errores que comete durante todo el año.
Y en Mini, Sordo tiene la responsabilidad de ser el único oficial estable. El segundo coche es para Campana, becado por la Federación Francesa y que tendrá a muchas aficionados en la cuneta animando.
Además, en la época de ajustes que vivimos, son muchos los pilotos que deben finalizar en la parte alta de la tabla para contentar a sus patrocinadores.
Es mucha la tensión con la que se inicia este campeonato entre los pilotos a lo que se suma el que llevan mucho tiempo sin competir, que no habrá opción a reengancharse en caso de abandono y las propias condiciones de la pista. Por todo esto se prevé un gran espectáculo, con sorpresas y cambios en la clasificación.
Además, el que la carrera se dispute en cinco días permitirá cambiar el vehículo según sea necesario cada día. Una mala elección en la puesta a punto no pesará tanto como en otras citas con más especiales cada día.
En total se disputarán 1.772,52 kilómetros de los que 433,36 serán cronometrados y divididos en 18 especiales.
Comenzará el miércoles con un total de 472,74 km de los que 134,70 serán cronometrados y repartidos en cuatro especiales para seguir el jueves con la etapa más larga: 441,36 km de los que 131,76 serán de velocidad repartidos en seis tramos
El viernes se harán 542,00 km de los que 77,30 serán contra el reloj repartidos en tres especiales; el viernes habrá 268,97 km de los que 84,44 serán cronometrados y repartidos en cuatro especiales. Para el domingo queda la Power Stage, televisada y con una bonificación de puntos para los tres mejores. En total serán 5,16 kilómetros cronometrados.