Piñera presidió una ceremonia en la que también estuvo el director del Dakar, Etienne Lavigne, y los ministros de Economía, Félix de Vicente, y de Deportes, Gabriel Ruiz-Tagle.
El rally, que por sexta edición consecutiva se correrá en Latinoamérica, empezará el 3 de enero en la ciudad argentina de Rosario. Antes de ingresar a Chile, las motos y quads pasarán dos etapas por las regiones bolivianas de Oruro y Potosí.
‘Vamos a escribir un nuevo episodio el fascinante libro del Dakar y creo que va a ser realmente apasionante’, dijo Lavigne, quien aseguró que este Dakar ‘se anuncia más largo, más alto y más extremo’.
El mandatario chileno, en tanto, recordó que la historia del rally ‘está llena de emociones pero también de tragedias’ debido a su dureza.
Piñera aseguró que la carrera está asentada en América Latina, por lo que propuso cambiarle su tradicional nombre, Dakar, que alude al paso por África que tuvo el rally durante más de veinte años.
‘Ahora que ya estamos a punto de celebrar la sexta edición en nuestros territorios deberíamos pensar quizás en otro nombre: el rally del Pacifico, el rally del fin del mundo, el rally del desierto, el rally de los libertadores’, propuso el mandatario.
El director del rally, sin embargo, descartó de plano esa posibilidad. ‘Es la idea del señor presidente pero no la compartimos’, dijo Lavigne a los periodistas después de los discursos.
Piñera aseguró que Chile es una ‘parte fundamental’ del Dakar y expresó el compromiso del Gobierno para darle ‘la presencia y la difusión que se merece y necesita’.
El rally contará con más de 430 vehículos y más de 700 pilotos y copilotos de 50 nacionalidades diferentes, que recorrerán más de 9.000 kilómetros, de los cuales unos 5.000 serán cronometrados.