Aunque la última carrera del GP de Europa con sede en Valencia se celebró en 2012, fue en 2013 cuando el Gobierno valenciano liquidó con el patrón del Fórmula Uno, el británico Bernie Ecclestone, el contrato que aún contemplaba más carreras en el asfalto valenciano.
La actual crisis económica, los altos costes que supone albergar un gran premio de Fórmula Uno y la escasa rentabilidad directa que se obtuvo en Valencia de la carrera llevaron a la Generalitat a solicitar una modificación de las exigencias contractuales con la Formula One Management (FOM).
Con este panorama, y ante las noticias de las dificultades económicas por las que pasaba también el GP de España, que se disputa en Barcelona, el Consell propuso inicialmente a Ecclestone la alternancia anual entre Valencia y Barcelona para celebrar una carrera de Fórmula Uno en España.
Pese a no celebrarse ya en 2013 la carrera en Valencia bajo el pretexto del acuerdo de alternancia y contar con un pacto verbal con el Gobierno catalán, que contemplaba una carrera en Montmeló en años impares y una en Valencia en los pares, finalmente esta posibilidad no salió adelante y el Consell buscó una medida más drástica.
Así, el siguiente planteamiento de la Generalitat fue la cancelación del último año de contrato pendiente, el de 2014, pero bajo la condición de que no se ejecutase la penalización económica estipulada en el contrato, ya que era menos gravoso pagar el canon por celebrar la carrera que la multa por la anulación.
Sin que se haya hecho público el documento firmado del acuerdo, el pasado 4 de diciembre se hizo oficial la desaparición del Gran Premio de Europa en Valencia al no figurar en el calendario definitivo aprobado ese día en París por el Consejo de la Federación Internacional de Automovilismo (FIA).
Cronológicamente, la Fórmula Uno vio la luz en Valencia en 2008 y fue el brasileño Felipe Massa, al volante de su Ferrari, el que tuvo el honor de ser el primer ganador en el trazado urbano del Puerto valenciano. Junto a él estuvieron en el podio el británico Lewis Hamilton (McLaren) y el polaco Robert Kubica (BMW).
Los ganadores de las otras cuatro carreras disputada en el circuito urbano de Valencia fueron el brasileño Rubens Barrichello (Brawn GP) en 2009, el alemán Sebastian Vettel (Red Bull) en 2010 y 2011 y Fernando Alonso (Ferrari) en 2012.
En sus cincos años de historia la carrera sufrió un cambio en el calendario, ya que tras celebrarse sus dos primeras ediciones en el mes de agosto, el excesivo calor de este mes en Valencia y el intento de buscar un mayor número de público hicieron que la prueba se trasladase a junio en las tres siguientes.
Al margen de la polémica por el coste económico y de la conveniencia o no de que Valencia albergase una carrera, deportivamente la calidad del GP de Europa valenciano fue subiendo peldaños conforme avanzaban sus ediciones, hasta el punto de que la cita de 2012 fue una de las mejores y emocionantes de la temporada.
En esa carrera, Alonso, que había sido segundo en el GP de 2011, protagonizó una de las más brillantes y emotivas carreras de su trayectoria en la F-1, alzándose con la victoria tras partir desde la undécima plaza de la parrilla. En el podio, Alonso, en una imagen inusual, no pudo evitar las lágrimas.
Pero el aumento progresivo de la calidad no solo se produjo en el apartado deportivo; también en el organizativo, el GP de Europa mejoró con los años, y los pilotos, entre ellos Hamilton, reconocieron la labor de sus comisarios y operarios, al situarlos entre los más eficientes de entre todas las citas del calendario de la Fórmula Uno.