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Angel Alonso – Madrid, 22 may
Tan distintos en su forma y, sin embargo,tan iguales en su filosofía; uno, el Yaris T Sport, evolucionado deun urbano hacia modos y maneras próximas a un GTi; otro, el Puma, uncoupé deportivo más radical.
Ese carácter deportivo de ambos, más disimulado por las formasexternas en el modelo japonés, y abierto por completo en el de lafirma estadounidense, es lo que hace que confluyan clientelassimilares en uno y otro.
Y parece claro que el perfil de ese cliente responde a unarquetipo juvenil, en el que la mujer está presente en un altoporcentaje, puesto que las formas de ambos modelos, aún tandistintas, encajan muy bien en lo que apuntan sus gustos.
CONCEPCION
Toyota no ha sido una firma que se haya distinguido especialmentepor un producto deportivo en sus gamas más ciudadanas, salvedadhecha del MR-2 y Celica. Su anunciada entrada en la Fórmula Uno lelleva a esta incursión como necesidad de promoción. El primerejemplo ha sido este Yaris T Sport. Y se anuncia que van a seguirmás en otras gamas como puede ser el Corolla o el Avensis.
Ford, por el contrario, posee una tradición indiscutible en elmundo de la competición que, desde décadas se ha trasladado a suproducto de calle. El Puma es un ejemplo más, pero en el resto degamas de calle siempre se ha incrustado una versión de altasprestaciones como reclamo de esa filosofía de la competición.
Por otra parte, si el modelo de Toyota se enfrenta a una profusacompetencia directa con las versiones deportivas de las berlinasurbanas, el Puma, por el contrario, pierde toda referenciacomparativa en el mercado español, desaparecido el Opel Tigra.
Diseño
DISEÑO
Las formas externas delimitan claramente el concepto de coche. Enambos se ha buscado y conseguido una agresividad de líneas, másforzadas, lógicamente, en el Yaris, que parte de un vehículo urbano.A esa ya citada leve reducción de altura se suma el recurso a’spoilers’ y faldones, colores vivos en toda la carrocería,parrillas espectaculares, llantas de aleación y tubos de escape degran diámetro.
El Ford Puma parte de un diseño original, bonito y en perfectaconsonancia con lo que es: un coupé deportivo. Tanto frontal comotrasera rezuman una personalidad de coche exclusivo, pero asequible.
Los dos modelos recurren en su interior a toda la parafernalia decoche deportivo, es decir tonos plateados en los relojes y testigosde instrumentación y al cuero como forro de volante y pomo depalanca de cambios. Nada nuevo bajo el sol.
La habitabilidad está más conseguida en el Yaris, por su propiaconfiguración de vehículo de cuatro plazas, pero la percepción enlas plazas delanteras en los dos es de comodidad, siempre con ladistinta perspectiva en altura que cada uno ofrece. Los asientosfijan bien la zona lumbar y la accesibilidad a la instrumentaciónestá conseguida.
Motores
MOTORES
A la hora de la conducción, cogido el volante y metidas lasprimeras velocidades, se percibe al momento que las diferenciasexternas entre ambos modelos, son eso, externas.
La motorización 1.5 de 106 CV del Yaris es algo más rígida, condesarrollos muy cortos y empujando siempre en alta. Precisa de lapalanca de cambio con cierta asiduidad, pero el sabor deportivo estáciertamente presente con unos recorridos muy cortos de la misma.
El nuevo motor 1.6 de 103 CV que equipa el Puma es mucho másbrioso y elástico. Coge desde abajo revoluciones y luego es muchomás el acelerador -con plena garantía de respuesta- que la palancade cambios quien ejecuta los distintos registros de velocidad. Enrecuperaciones está bastante por encima de su ‘competidor’.
El consumo es más contenido en el modelo japonés que, durante la prueba registró un gasto de ocho litros en los consabidos cien kilómetros de recorrido. El Puma eleva hasta diez su consumo, siempre que el pié sobre el acelerador no mantenga excesiva presión. En este aspecto, una conducción radicalmente deportiva está más penada que en el Yaris, mucho más uniforme en su gasto decarburante.
Comportamiento
COMPORTAMIENTO
Denominador común en ambos es un excelente aplomo. Estacaracterística tiene más mérito en el Yaris, por su configuración enaltura, que en el Puma, mucho más bajo y ancho y con el eje degravedad más centrado.
El trabajo de los ingenieros de Toyota se ha centrado en esteapartado con éxito en el buen trabajo de las suspensiones, algoduras, en la reducción sólo en dos centímetros de la altura,respecto a los otras versiones de la gama, y en un hábil juego decontrapesos.
Desde este punto de vista, al buen sabor de boca que deja siempreuna conducción deportiva moderada como la que ofrecen estos dosmodelos, se unen elementos de seguridad muy logrados (justo esmencionar también la muy buena rigidez estructural de los doscoches) y que permiten, con plena garantía, esfuerzos en recorridossinuosos sin la más mínima sensación de pérdida de control oadherencia.
Relativo a la seguridad es de destacar también una frenadaeficaz, tanto en Yaris como en Puma, ayudada por el sistemaantibloqueo de frenos y el sistema de control electrónico defrenada, si bien este elemento, cada vez más imprescindible, esopcional en el modelo de Ford.