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Naturalmente ofrece varias modificaciones. Mide igual que sus hermanos pero su altura al suelo es inferior en 15 mm, lleva faldones laterales, tomas de aire mayores en el frontal, llantas de aleación de 15 pulgadas con neumáticos 185/55 VR y paragolpes de nuevo diseño con los antinieblas integrados. Todo esto le da una imagen más dinámica y musculosa que se completa con otras modificaciones de tipo cosmético como su calandra deportiva pintada en negro y con las siglas TS, un escape cromado y los faros delanteros algo oscurecidos.
Para adecuarlo a las nuevas prestaciones del motor de aleación biárbol 1.5 VVT-i de distribución variable, que rinde 106 CV con un par de 14,8 mkg a un régimen alto de 4.200 rpm (190 km/h y sólo 9 segundos de 0 a 100 km/h), se han rebajado las suspensiones 20 mm y los muelles son ahora un 30% más rígidos. También se ha reforzado la carrocería para lograr una mayor rigidez torsional, mientras que los frenos son 4 discos, ventilados los delanteros de 255 mm y macizos los traseros de 269 mm, asistidos con un ABS+EBD.
Comportamiento
Aunque su peso no es especialmente bajo (940 kg en vacío), su musculoso motor y una caja de cambios de 5 marchas de relaciones bien ajustadas para su carácter (de mando rápido y fácil de accionar), le confieren una respuesta muy ágil con un eje trasero muy noble y progresivo sobre asfalto seco y con un comportamiento en curva totalmente neutro. Es fácil alcanzar velocidades de crucero elevadas sin darnos cuenta, y es que este motor VVT-i empuja con mucha soltura y sin pereza. A la hora de detener todo este potencial, el sistema de frenado convenientemente ayudado por un juego de discos sobredimensionados no decepciona en absoluto e incluso frenando en curva el eje trasero se muestra progresivo con un límite alto al deslizamiento.