Siete años llevaba Toyota sin exhibir en su gama un coche deportivo, el último fue el Toyota Celica, el coupé más vendido en la historia de la firma. Siete años dura ya la alianza entre el primer fabricante del mundo y la también japonesa Subaru. Y no han sido siete años pero sí que ha terminado por convertirse en un largo proceso mediático, de información ofrecida a cuentagotas, que nació en el Salón de Tokio de 2010 con el prototipo FT-86 y que termina ahora con la primera toma de contacto del Toyota GT86, un coupé deportivo hermano gemelo del Subaru BRZ y que desde julio estará disponible en los concesionarios por 29.990 euros.
Y el nuevo ‘juguetito’ es una máquina que evoca otros tiempos, con el Supra, el MR2 (con motor central), el AE86 y el Sports 800 en el recuerdo de los más mitómanos de la marca. Su figura compacta, con 4,24 metros de longitud, una batalla de 2,87 m y una altura de 1,28 m, apenas presenta detalles aerodinámicos colosales, más allá de una zaga culminada por un alerón trasero, que será de serie en toda la gama y que reduce el coeficiente de resistencia aerodinámica a 0,27.En el GT86 recoge el legado de deportivos de la marca con motor delantero y propulsión trasera
Para conseguir este número mágico, una fórmula que ha sido desarrollada a partir de cuatro factores clave: uno, el motor delantero bóxer de gasolina con propulsión a las ruedas traseras; dos, la aspiración natural atmosférica sin necesidad de turboalimentación; tres, el bajo centro de gravedad; y cuatro, un reparto de peso equilibrado y permanente a las ruedas delanteras y traseras del 53-47%.
Al final del desarrollo del coche, la preocupación principal de los ingenieros era no lastrar el peso del coche, que se queda en 1.239 kg. Resultando uno de los coupés más ligeros del mercado gracias, entre otros factores, a la implantación de unos pequeños neumáticos de 215/45 R17, idénticos a los montados en el Prius, y a un equipamiento que rehúye de cualquier ostentación.
En el interior del GT86 lo espartano –que no significa cutre- toma la palabra. Es un habitáculo que respira deportividad: todos los mandos tienen un tacto duro. El volante sin botones es pequeño, la palanca del cambio tiene recorridos muy directos y los asientos deportivos delanteros agarran estupendamente, pudiendo configurarte una posición muy baja, más cerca del asfalto. ¿De espacio? Delante es bastante amplio y detrás todo resulta más justo, penalizado por la prolongación del túnel de transmisión. Es un 2+2, homologado para cuatro pasajeros, pero realmente las dos plazas traseras sólo son aptas para dos niños (como curiosidad, el GT86 incluye anclajes Isofix para sillas de niños), dejando un maletero de 243 litros.Delante hay amplitud, detrás es justo incluso para dos niños y el maletero ofrece 243 litros
Toyota España ofrecerá el GT86 en un único nivel de acabado, denominado ‘Sport’, que incluye de serie, faros de xenón automáticos con alumbrado diurno mediante LED, climatizador bizona, pedales de aluminio, volante revestido en cuero regulable en altura y profundidad, el sistema de información ‘Toyota Touch’ y todas las ayudas electrónicas a la conducción como el diferencial autoblocante al eje trasero o el control crucero. Quedan en opción los asientos calefactados en piel/alcántara o el navegador para el GT86 manual, elementos de serie para el GT86 automático, cuyo precio es de 33.490 euros.
MOTOR BOXER DE 200 CV
Mecánicamente, el GT86 presume de motor bóxer de 2.000 cc –cilindros dispuestos horizontalmente- fabricado por Subaru en combinación perfecta con el nuevo sistema de inyección directa de gasolina D-4S desarrollado por Toyota. Como buen propulsor atmosférico suelta toda la adrenalina a más de 7.000 rpm –a 7.400 rpm se produce el corte de inyección-, cuando alcanza su potencia máxima de 200 cv. A medio régimen ya ofrece niveles de recuperación destacables y se empieza a sentir ese traqueteo tan especial de los motores bóxer, dejando cierta sensación de ahogo a bajo régimen, cuando el conductor en muchas situaciones estará obligado a anticiparse con el cambio manual de seis velocidades (la transmisión manual, también de seis recorridos, es de convertidor de par).
Mecánicamente, el GT86 presume de motor bóxer de 2.000 cc –cilindros dispuestos horizontalmente- fabricado por Subaru en combinación perfecta con el nuevo sistema de inyección directa de gasolina D-4S desarrollado por Toyota. Como buen propulsor atmosférico suelta toda la adrenalina a más de 7.000 rpm –a 7.400 rpm se produce el corte de inyección-, cuando alcanza su potencia máxima de 200 cv. A medio régimen ya ofrece niveles de recuperación destacables y se empieza a sentir ese traqueteo tan especial de los motores bóxer, dejando cierta sensación de ahogo a bajo régimen, cuando el conductor en muchas situaciones estará obligado a anticiparse con el cambio manual de seis velocidades (la transmisión manual, también de seis recorridos, es de convertidor de par).
No se puede hablar ni de un coche rapidísimo (226 km/h y 7,6 segundos de 0-100), ni siquiera de un coche radical (homologa un consumo de 7,8 l/100 km y reales es fácil dejar la media por debajo de los 9 litros). Pero es un coupé tremendamente ágil, con suspensiones endurecidas tipo McPherson delante y de doble triángulo detrás, que, unidas a la propulsión a las ruedas traseras y al tamaño estándar de sus neumáticos, le convierten en un ‘demonio’ en curva que tiende a derrapar, con pérdidas de tracción destacables en el eje trasero (sobrevirar) que le hacen todo un virtuoso del ‘drifting’ si desconectamos toda los controles. No se puede hablar de un coche rápido, ni siquiera radical, pero sí que es muy ágil y tremendamente divertido; es un placer para los sentidos
El pedal del acelerador es muy sensible al tacto, el del embrague, si el enfoque del coche es deportivo, resulta demasiado alto, y los frenos actúan de un modo demasiado progresivo, casi ‘sin mordiente’ en un primer recorrido, con lo que hay que andarse con ojo y saber muy bien dónde están los límites. Y para corregir cualquier exceso, las ayudas electrónicas pueden configurarse en tres modos: plenamente activados los controles de estabilidad y tracción, Sport y con todo desconectado.
Y después de este análisis, la pregunta es: ¿existe algún rival directo para este GT86 además de su gemelo BRZ de Subaru? Es complicado igualar la relación potencia/deportividad/precio del nuevo coupé de Toyota. Por sensaciones de conducción se acerca mucho al roadster Mazda MX-5. Por concepto, Audi TT, Peugeot RCZ y Volkswagen Scirocco podrían ser tres alternativas. Más alejados quedarían compactos más radicales, tipo Mazda 3 MPS, Volkswagen Golf R o Renault Megane RS (todos turboalimentados), aunque son los que ofrecen los precios más ajustados. Por su parte, los ‘reyes’ de la categoría son claramente más caros y también sus motores pueden ser mucho más potentes: Porsche Cayman, Nissan 370Z o BMW Z4