Fotos de la prueba del Toyota Avensis Sedán 120D
Desde diciembre de 2011, Toyota comercializa una actualización de su sedán, el Avensis. El modelo japonés modifica algunos aspectos relacionados con el diseño de su habitáculo y carrocería, nuevos equipamientos, y novedades mecánicas.
En el frontal, el mayor cambio del nuevo Toyota Avensis está en los nuevos paragolpes, parrilla y faros, asemejándose al lenguaje de diseño que la marca japonesa ha implantado en otros modelos como los RAV4 y Auris.
El Toyota Avensis Sedán mantiene la longitud de antes, de 4,71 metros. Existe otra carrocería, denominada Cross Sport, o en otras palabras, el Avensis familiar que mide 4,78 metros de largo.
En los tras cuartos trasero, la mayor novedad son unas nuevas llantas, de 17′ en nuestra unidad de prueba, la tapa de maletero describiendo una línea más ascendente, y unas ópticas traseras que pueden ser de LED.
El portón trasero del Toyota Avensis adapta una nueva moldura cromada entre las ópticas traseras. La tapa del maletero -fácil de maniobrar con ella y que deja una boca de carga razonable- destapa un espacio de carga de 509 litros.
El motor diésel de acceso será el 2.0 D-4D de 124 cv (antes 126 cv), asegurándose un consumo mixto de 4,5 l/100 km, equivalente a unas emisiones de CO2 de 119 g/km para cumplir la normativa antigases Euro V, así como unas prestaciones suficientes para mover al Avensis, con más par motor (de 234 a 280 Nm) desde 1.400 rpm, una aceleración de 0 a 100 km/h de 9,8 segundos y una velocidad punta de 200 km/h.
Los remaches del interior y el empleo de materiales blandos mejoran la vida a bordo en este Toyota Avensis, incluso aportan cierto rango distintivo gracias a nuevos equipamientos de serie como el control crucero, volante forrado en cuero o el bluetooth.
El Toyota Avensis, con 4,70 metros de longitud, no destaca por tener uno de los habitáculos más amplios de la categoría, aunque en sus plazas traseras, salvo en la central, dos adultos podrán disfrutar de un mullido confortable, suficiente altura libre hasta el techo, y una correcta inclinación del respaldo. Lo peor, el espacio para estirar las piernas en caso de ocupantes muy grandes.