Consejos para evitar accidentes de tráfico

La edad, las ingesta de alcohol, consumo de drogas o estar en tratamiento médico son factores que influyen notablemente en la forma de conducir. Los consejos que vamos a dar se basan en estudios científicos que pueden ayudar mucho a los conductores.
CONSEJOS
1. El 50 por ciento de los accidentes en intersecciones y el 30 por ciento de colisiones frontales podrían haberse evitado si el conductor hubiese percibido el peligro medio segundo antes.

2. Un estudio del LAB ha demostrado que el 74 por ciento de los accidentes mortales han tenido como causa la incapacidad del binomio conductor/vehículo para seguir correctamente las infraestructuras. Ese estudio añade que la tasa de uso de cinturón de seguridad en accidentes mortales era del 61 por ciento. Si la tasa hubiese sido del cien por cien, se habrían salvado 1.250 personas en Francia. Otros datos del LAB aseguran que más del 80 por ciento de los accidentes en carretera son debidos a errores en la conducción, a menudo por culpa de una mala percepción del peligro (50 %).

3. Un 70 por ciento de los conductores no explotan correctamente el potencial de frenado de su vehículo. Aunque accionan rápidamente el pedal de freno, lo hacen con presión insuficiente o durante un corto tiempo, disminuyendo el esfuerzo antes de la detención total del vehículo.

4. Tiempos mínimos para una frenada de emergencia: reacción del conductor, 0,8 segundos; tiempo de desplazamiento del pie para frenar, 0,3 segundos; tiempo de puesta en acción del frenado, 0, 4 segundos. Total: 1,5 segundos.

5. La constitución física y edad influyen en la resistencia ante un golpe. Por ejemplo: una persona de 30 años aguanta sin lesiones graves una presión máxima de 800 decanewton sobre su tórax, mientras que para una persona de 60 años la cifra se reduce a 450 decanewton.

6. Cuando se pasa de 150 a 170 km/h, estos 20 km/h representan tanta energía cinética como una aceleración de 0 a 80 km/h. A 70 km/h un choque será el doble de violento que si fuese a 50 km/h.

7. Los costes por lesiones en el cuello en el Reino Unido supusieron el pasado año más de medio billón de pesetas.

8. La hipovigilancia es la primera causa de mortalidad en autovías y autopistas. Si esto lo conjuntamos con alcohol, drogas o medicamentos, origina el 34 por ciento de accidentes mortales en este tipo de vías, muy por encima de la velocidad excesiva (18 por ciento) y los errores de conducción (2 por ciento).

9. Diferentes empresas francesas se han asociado para trabajar en un sistema de aviso visual o acústico para el conductor en caso de descenso del nivel de atención mínimo. Los primeros vehículos con este sistema montado de serie podrían circular ya en 2006.

10. Según la National Highway Traffic Safety Administration, de EE.UU, las distracciones de cualquier tipo suponen el 25 por ciento de los 6,3 millones de accidentes que se producen al año en Estados Unidos. Esta cifra está creciendo por el mal uso de los teléfonos móviles.

11. En 1999, el alcohol estuvo presente en el 38 por ciento de los accidentes mortales en Estados Unidos. Esta cifra es la más baja desde 1975.

12. Según un estudio de General Motors, el uso día y noche de las luces del automóvil evitaría el cinco por ciento de los accidentes graves y podría reducir en un nueve por ciento los atropellos a peatones.13. Dos tercios de los accidentes tienen lugar en trayectos habituales y conocidos, a menos de 15 kilómetros del domicilio. No debemos olvidar que los 25 últimos kilómetros de un largo viaje son los más peligrosos porque la llegada inminente a nuestro destino nos hace relajarnos, se tiende a ir más deprisa, se olvidan las distancias de seguridad…

14. La mitad de los accidentes de fin de semana implican sólo a un vehículo (el conductor pierde el control de su vehículo, se duerme…)

15. El 90 por ciento de las informaciones necesarias en la conducción pasan por los ojos.

16. Durante la noche, haga lo haga, la vigilancia estará en su nivel más bajo entre dos y cinco de la mañana. El otro pico de hipovigilancia fisiológica del cuerpo humano se sitúa entre las 13 y 15 horas.

17. El 55 por ciento de los automovilistas y acompañantes llevan el reposacabezas mal ajustado.

18. La correcta utilización del cinturón de seguridad permite dividir por dos el número de conductores muertos y por tres el de pasajeros fallecidos. Contrariamente a lo que algunos comentan, ‘el salir despedido en un accidente es más seguro que tener cinturón’, no es cierto: ésta es una de las primeras causas de mortalidad.19. El calor excesivo aumenta el número de errores en la conducción, debilita los reflejos y perturba la tarea de conducción del vehículo. Diferentes pruebas han mostrado que con una temperatura ambiente de 30 grados, las salidas de carretera aumentaban el 32 por ciento con relación a una temperatura de 20 grados.

20. En 20 años el nivel de ruidos del motor y escape percibidos en el habitáculo se han dividido por cuatro. Todos estos avances son particularmente importantes para los niños que si no se encuentran a gusto se muestran turbulentos, lo que no favorece la concentración del conductor.

21. Todos los estudios realizados demuestran la existencia de un nexo entre el hecho de telefonear conduciendo y el incremento del riesgo de conducción. Globalmente se estima que el riesgo de accidente se multiplica por cuatro, incluso con sistemas manos libres. Y este aumento de riesgo se multiplica por seis durante los cinco primeros minutos de conversación. Además, el 75 por ciento de los conductores mientras atienden el teléfono se olvidan de ceder el paso a peatones ante pasos de cebra. Y por último, sólo un tercio presta atención a la señalización de la vía. Más datos: entre los conductores de más de 50 años, los efectos de desconcentración del teléfono móvil en la conducción es entre dos y tres veces mayor que entre los más jóvenes.

22. Entre un dos y un tres por ciento de los conductores al volante superan de media los límites de alcohol permitidos. Esta cifra llega hasta el 30 por ciento las noches del fin de semana: la situación es preocupante, máxime cuando en dos tercios de los accidentes con conductor alcoholizado, se ven implicados otros vehículos.

23. La eficacia del cinturón de seguridad es más grande a pequeña velocidad (menos de 50 km/h) que a partir de 130 km/h. La mayoría de los accidentes graves se producen a velocidades comprendidas entre 50 y 80 km/h.

24. A partir de 45 años, se reduce la visión para conducir con total seguridad. Esto se traduce en la aparición de la presbicia, pérdida de rapidez en la facultad para realizar la operación de enfoque cerca-lejos y viceversa, descenso de la agudeza visual sobre todo por la noche (a los 60 años necesitamos cuatro veces más luz que a los 20 años para ver bien). Los movimientos oculares pierden su agilidad, las zonas periféricas del campo visual se deterioran y sobre todo nos convertimos en más sensibles al deslumbramiento.

25. La información sonora constituye un sistema de alarma muy útil en casos de emergencia. A los 65 años, el 30 por ciento de las personas presenta problemas de audición. También en la tercera edad se ralentizan los reflejos, el tiempo de reacción aumenta, se ve más tarde el peligro y la respuesta tarda más en producirse, además de enturbiarse la capacidad de toma de decisiones.

26. Entre el tres y el cinco por ciento de los conductores se confiesan usuarios ocasionales o habituales de drogas. En las noches de fin de semana entre el 25 y el 30 por ciento de los accidentes graves tienen implicados a conductores bajo efectos de drogas.

27. Cuando hablamos de conducción no hay drogas blandas y todas producen efectos más importantes que los de una tasa de alcohol de 0,5 gramos en la sangre. Entre sus efectos destacamos la somnolencia, aumento de la torpeza, memoria enturbiada, lagunas en la concentración, percepción de distancias trastocada, mala recuperación tras un deslumbramiento, alucinaciones, sensación de ebriedad, sobreexcitación, agresividad o desinterés.

28. Un metabolismo medio elimina 0,15 gramos de alcohol por hora. Entre 0,3 y 0,5 g/l comienza la sensación de euforia con toma ligera de riesgos, ligeras perturbaciones en la visión, estimación errónea de distancias, visión menos nítida por los lados. Hasta 0,8 aumentan los tiempos de reacción, visión lateral borrosa, problemas para distinguir señales y peatones. A partir de 0,8 g/l aparecen dificultades en la toma de decisiones, coordinación y sincronización no controlables…

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