Smart Fortwo CDI

Dada la cantidad ingente de coches que circulan por nuestras calles y carreteras, la mejor opción pasa actualmente por elegir un coche de pequeñas dimensiones para realizar los desplazamientos cortos que nos exige la vida diaria. Cierto es que esto es posible sólo cuando se puede recurrir a un vehículo de tamaño superior para realizar largos viajes en familia. Con estas condiciones, uno de estos pequeños coches perfectos para movernos por las grandes urbes es el original e innovador Smart, que desde que se lanzase hace ya 10 años de la mano de Mercedes-Benz no ha dejado de ganar adeptos hasta el punto de ver inundadas nuestras calles de este pequeño utilitario.

a favorMovilidad urbana.Materiales interiores de calidad.Consumo realmente bajo.en contraRestringido a un uso ciudadano.Suspensión y cambio automático algo bruscos.Precio elevado.
De la colaboración entre la marca de relojes Swatch y del fabricante de automóviles Mercedes-Benz surgió la marca MCC Smart (Micro Compact Car Swatch Mercedes Art) que crearon allá por el año 1994 su primer concepto de coche biplaza reducido. Tras un gran éxito en los salones europeos de aquellos años, en 1998 ya salían al mercado las primeras unidades del inicial Smart City-Coupé, precursor del Fortwo que hoy probamos. Este gran éxito dio lugar al desarrollo posterior de una serie de modelos de características muy distintas y cada cual más exclusivo, como el Forfour de cuatro plazas y el Roadster o Coupé, dos versiones deportivas de dos plazas con motores más dinámicos. Recientemente, estas últimas creaciones se han retirado del mercado por falta de demanda y de rentabilidad, puesto que toda recae sobre el modelo Fortwo.
Este Fortwo lleva ya varios años convirtiendo en privilegiados a los que se mueven habitualmente por las grandes urbes entre el tráfico urbano, permitiéndoles aparcar en “micro-espacios” en cualquier postura mientras brinda una gran habitabilidad para dos ocupantes. Todas estas ventajas se deben fundamentalmente a su original carrocería de 2,69 metros de longitud que le hacen pasar desapercibido entre los demás vehículos.
Dado el éxito que ha obtenido a lo largo de los años, la generación actual presenta gran variedad de propulsores y de acabados para diversificar su oferta. Entre todos los motores disponibles, tres de gasolina y uno diésel, hemos elegido este último para nuestra prueba por ser el que ofrece menores valores de consumo y una configuración bastante peculiar. Pero analizemos paso a paso todas las novedades que incorpora esta nueva generación del Fortwo…
El original diseño de este pequeñísimo utilitario es uno de los puntos clave de su éxito, con una innovadora carrocería de poco más de 2,5 metros compuesta por una célula de seguridad denominada Tridion, totalmente visible y que conforma el habitáculo, que se combina con cantidad de plásticos fácilmente intercambiables de multitud de colores a elegir que recorren la carrocería, perfectos para esos pequeños roces involuntarios que se originan en el tráfico urbano.

A pesar de que casi no se aprecie visualmente, el Fortwo ha crecido 19,5 centímetros sobre todo en la zona frontal, algo que no ha mermado su versatilidad a la hora de aparcar pero sí ha mejorado ligeramente su capacidad de carga en el maletero, la habitabilidad en el interior y la protección a los peatones en caso de atropello. Su escasa longitud y la posición de su propulsor trasero bajo el espacio del maletero condicionan notablemente su imagen, con las ruedas ubicadas en los extremos y unos voladizos prácticamente inexistentes. La distancia entre ejes de sólo 1,867 metros muestra su evidente orientación al ámbito urbano, agilizando cada uno de los movimientos. Esta nueva versión, con su carrocería ligeramente alargada, nos permite guardar más objetos en sus 340 litros cuando llenamos hasta el techo, mientras que si respetamos la típica bandeja enrollable se queda en 220 litros. En cualquier caso se han ganado de 70 a 80 litros de capacidad.
Este nuevo Fortwo presenta nuevas ópticas mucho más modernas y rasgadas en ambos frentes que le dan un aire más distinguido y moderno, nuevas llantas de aleación con diferentes diseños, unas atractivas branquias de entrada de aire hacia el motor sobre las aletas traseras y un nuevo tirador de apertura de puertas horizontal en lugar de los de orientación vertical de la generación anterior. En grandes rasgos, se ha masculinizado su imagen desechando la imagen “fina y coqueta” de la anterior versión. El maletero continúa abriéndose en dos secciones, una superior de cristal para cargar el maletero en espacios reducidos y una inferior en forma de soporte que aguanta hasta 100 kg de peso.
Con el lifting de carrocería, el interior ha aumentado su capacidad y se presenta más colorido, en nuestra unidad con tonos rojos predominantes sobre los asientos, el salpicadero y los guarnecidos. El nuevo diseño fomenta la sensación de espacio y modernidad mediante una consola central menos intrusiva y con un nuevo sistema de climatización con las salidas de ventilación integradas, un salpicadero más profundo y recto y un nuevo cuadro de instrumentos con indicadores más atractivos, completando el cambio de look un volante deportivo de tres radios con levas incorporadas en nuestra versión Passion. Como siempre, el nuevo Smart conserva sus característicos tapizados sobre los paneles de las puertas y el salpicadero, los cinturones de seguridad integrados en los asientos y la típica llave de contacto en el túnel central tras la palanca de cambios.
La ergonomía está muy lograda, sobre todo para el conductor, que desde una posición elevada controla perfectamente el entorno a través de una gran superficie acristalada y con sencillos movimientos accede a todos los mandos relativos a la conducción y los sistemas de confort. El pasajero también goza de un espacio muy amplio, mientras que su asiento puede ser abatido para poder transportar una carga voluminosa. El equipamiento de serie de este “pequeño Mercedes” es bastante completo y tiene detalles propios del segmento premium, sobre todo en nuestro acabado “Passion”, con un volante y pomo del cambio en piel, techo panorámico realizado en policarbonato, llantas de 12 radios y 15 pulgadas, control de estabilidad ESP, ayuda al arranque en pendientes, climatizador, pantalla multifunción, inmovilizador electrónico, el cierre automático de los puertas iniciada la marcha, airbags frontales o asientos de tela en diferentes colores. Opcionalmente se puede completar con asientos de cuero calefactables, llantas más deportivas, sensores de luz y de lluvia, airbags laterales, alarma antirrobo, sistemas de audio de mayor calidad o navegador portátil con pantalla táctil.
Nuestro Smart Fortwo se mueve con un motor diésel CDI de 3 cilindros y casi 800 cc que desarrolla 45 cv y 110 Nm desde 1.800 rpm, combinado en nuestra versión alta de gama con el cambio manual robotizado con función automática Softouch, que permite cambiar manualmente con la palanca o con las levas ubicadas tras el volante, ideal para desplazarnos habitualmente por ciudad consiguiendo unos sorprendentes consumos de 3,3 litros a los 100 km. Es decir, con unos 34 euros llenamos un depósito de 33 litros, lo que nos deja una autonomía de hasta 1.000 kms. Además, la velocidad máxima no es demasiado escasa, pudiendo alcanzar los 135 km/h, aunque eso sí, no es un atleta plusmarca, dejando el 0 a 100 km/h en 19,8 segundos. En nuestra opinión, no nos parece del todo rentable la adquisición del diésel en lugar del gasolina, puesto que además de tener un motor algo más áspero y menos gratificante, no consume mucho menos que aquel y sí que es bastante más caro, separándolos más de 2.000 euros.
 
Con un chasis tan pequeño en longitud y anchura, una suspensión muy rígida formada por una amortiguación independiente McPherson delante y una semi-independiente con barra de torsión detrás, y un radio de giro de la dirección de tan sólo 8,75 metros, las reacciones son extremadamente vivas y directas, encontrando incluso algo de inestabilidad a altas velocidades, y la comodidad al afrontar obstáculos queda algo comprometida, convirtiéndose en una seña de identidad de la marca.

Para minimizar los riegos con una carrocería tan especial, se ha dotado de serie a todas las versiones de Smart de sistemas de seguridad activa como control de estabilidad ESP, que ayuda a mantener la trayectoria frenando una o más ruedas según sea necesario, servofreno de emergencia, que ayuda a la frenada cuando esta es repentina o el sistema ABS con repartidor electrónico de la fuerza de frenado EBD. Si el accidente no puede evitarse, entran en juego los sistemas de seguridad pasiva, con la resistente célula de seguridad Tridion a la cabeza que se complementa con los airbags delanteros, una columna de dirección colapsable y los cinturones con pretensores y limitadores de esfuerzo.
Con todo esto concluímos que este micro-coche ha nacido para la ciudad, ofreciendo las más grandes cualidades para desenvolverse entre el tráfico urbano con facilidad y rapidez. Además, esta versión diésel minimiza los consumos hasta hacerlos casi inexistentes. Teniendo en cuenta su orientación urbana, ¿quién no sustituye el confort y el espacio por aparcar en cualquier sitio, moverse con suma rapidez y no consumir ni una gota?

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