Inicio
POTENCIA Y DISCRECION
El gancho de la similitud con la versión WRC no es ni mucho menos el único atractivo de este checo; el motor TDI de 130 caballos es seguramente la razón más evidente para adquirir el Fabia RS… y al tiempo para complicar la decisión de compra ante la complicada elección entre él y su primo el Seat Ibiza dotado del mismo propulsor. Es curiosa la elección de esta planta motriz, más aun cuando las siglas que le sirven de distinción se emplean en su hermano Octavia asociadas a un motor de gasolina. En cualquier caso las prestaciones de que es capaz unidas a la compacta carrocería del utilitario dan como resultado un conjunto muy brillante en cualquier tipo de carretera, sin perder de vista que gasta una fracción de lo que sería necesario con un motor de gasolina de similares posibilidades.
El interior varía poco respecto de cualquier otro Fabia, pero la llamativa tapicería con el logo RSy otros detalles específicos sirven para otorgarle una cierta distinción, suficiente teniendo en cuenta que el concepto del coche no busca una deportividad sin concesiones, sino más bien un coche para cada día dotado de un dinamismo extra. El equipamiento de serie es el que cabe esperar de la versión más alta de la gama, en la que además de prestaciones se disfruta del máximo de extras. Por otro lado no podía ser menos, teniendo en cuenta que los 17.850 euros que cuesta sin extras deben compensar la diferencia de precio que existe con el Ibiza TDI Sport dotado del mismo motor (que muy pronto será sustituido por el FR TDI, con el mismo motor pero relaciones de cambio y suspensiones más deportivas).
El cambio de seis velocidades permite conservar el carácter que los propietarios esperan del coche sin por ello sacrificar el consumo ni la comodidad en viajes por autopista, medio en el que se encuentra muy a gusto a pesar de su tamaño por gozar de una estabilidad francamente buena, que junto a unas suspensiones suaves garantizan buenas sesiones de ‘carretera y manta’.
Carlos Lera, Autocity
1 de Abril de 2004
Comportamiento
COMPORTAMIENTO
El motor de 130 caballos es quizá el más equilibrado de la familia 1.9 TDI de Volkswagen. El sistema inyector-bomba reduce parcialmente el ruido que generan otros propulsores de desarrollo anterior y la elasticidad y respuesta lo hacen más agradable que la brusca y rabiosa versión de 150 caballos. Siempre hay potencia bajo el acelerador, siempre y cuando se conduzca como un diesel y se aproveche más el medio régimen que la zona alta del cuentarrevoluciones, que como en todos los TDI se termina demasiado pronto y súbitamente como para permitir un uso realmente agradable en conducción deportiva.
Eso sí, sin abandonar el medio régimen resulta muy eficaz gracias a un par muy elevado desde menos de 2.000 vueltas, nada menos que 310 Nm. El consumo está dentro de lo que cabe esperar, muy poco gasto para el rendimiento de que es capaz aunque lógicamente algo más que otros motores TDI menos poderosos. 6,5 litros medidos en un recorrido 80 % carretera y 20 % ciudad son más que agradables a la hora de tirar de la cartera. El cambio de seis velocidades posee unas relaciones bien escalonadas, que se seleccionan mediante una palanca similar al resto de la gama aunque recubierta en cuero como el volante. Su accionamiento es suave y bastante rápido, sin tachas. Los desarrollos son relativamente largos para así aprovechar el poder de empuje que caracteriza al motor, característica que se acrecienta en sexta, una marcha más para reducir el régimen del motor a alta velocidad en autopista, pues por debajo de 120 km/h no merece la pena subir de quinta por una evidente falta de respuesta.
Por lo demás, falta quizá un poco más de tacto deportivo en las suspensiones, blandas para el carácter del motor a pesar de contar con muelles supuestamente más rígidos que bajan la carrocería 10 milímetros respecto a otras versiones. El balanceo lateral por fortuna no es muy acentuado, pero la falta de energía en los conjuntos de suspensión propicia ligeras pérdidas de precisión en las trazadas así como una tracción precaria en un ambiente de constantes frenazos, giros y aceleraciones. Por fortuna cuenta con control de tracción y ABS de serie, aunque no se incluye el siempre recomendable ESP, que puede añadirse como opción a cambio de 490 euros (no es caro, en comparación con la competencia).
Para terminar con el comportamiento, tanto la dirección como los frenos cumplen perfectamente su cometido, apoyados ambos en un calzado coherente con los 9,6 segundos que necesita para pasar de 0 a 100 km/h y los 204 km/h de punta: 205/45 en llantas de aleación de 16 pulgadas.
Equipamiento
EQUIPAMIENTO
Pocas cosas específicas pero bien planteadas hacen que el RS cuente con un notable toque exclusivo frente a otros Fabia, sin abandonar por ello la tradicional discrección, marca de la casa checa. Exteriormente cuenta con paragolpes específicos más voluminosos e inspirados en la versión de Rallyes, con entradas de aire en el delantero para refrigerar los frenos. Desde la zaga se distingue gracias al alerón situado encima de la luneta y por la doble salida de escape cromada. Y por supuesto, tanto en la parrilla delantera como en el portón trasero luce las siglas RS.
Los asientos de dos tonos combinan negro y crema casi blanco. Seguro que serán muy sucios a la larga, así que con el coche es recomendable comprar un spray de limpieza en seco. Sujetan correctamente y ambos pueden regularse en altura. Bajo las butacas disponen de prácticos cajones que ayudan a incrementar la dotación de huecos interiores en un coche al que le empieza a pesar el paso los años. Eso sí, la guantera está refrigerada y aunque no sean muchos sí hay sitios en los que alojar los objetos que habitualmente nos acompañan en el coche.
Los detalles deportivos continúan en el pomo de cambio y el volante, ambos forrados con cuero agujereado de buen tacto, la instrumentación con brillos metálicos en los relojes, que por lo demás no cuentan con una dotación en absoluto especial pero correcta: cuentarrevoluciones, velocímetro, temperatura de agua y nivel de gasolina además del útil ordenador de viaje.
Además ofrece aire acondicionado, cierre centralizado con mando a distancia y elevalunas eléctricos en las cuatro puertas, detalles de confort que complementan un interior especialmente amplio entre los utilitarios, con cinco plazas posibles que son cuatro más que buenas y un bajo nivel de ruidos mecánicos para tratarse de un motor TDI. El maletero tiene 260 litros de capacidad, un volumen que está en la media de la categoría.
La seguridad pasiva se confía a cuatro airbags, dos frontales y dos laterales. También incorpora faros antiniebla delanteros y opcionalmente proyectores de Xenón para las luces de cruce (ojo si se elige este extra con el sobreprecio de muchos seguros a todo riesgo…).