Seat Toledo 2.0FSI

Inicio

ESPACIO, COMPORTAMIENTO Y ESTILO ATREVIDO

A favor tiene un espacio interior amplio, buen maletero, motor potente y económico, comportamiento ágil y al mismo tiempo noble. En contra acabados interiores de apariencia demasiado sencilla, -salvada en esta versión tope de gama Sport Up por el excelente aspecto de los asientos- y una concepción estética tan novedosa que puede echar atrás a algunos compradores.
p>   No hay duda. Al observar de frente el nuevo Toledo es imposible diferenciarlo del Altea. Lo que les distingue es sencillamente un maletero más grande en el caso de nuestro protagonista que redunda en un ligero aumento de la longitud total. Por lo demás se trata del mismo coche por dentro y por fuera, con los mismos acabados, equipamientos y espacio para los ocupantes. El comportamiento también es el mismo, porque bastidor, suspensiones, frenos y motores también lo son.
Pero lejos de ser un inconveniente, el que ambos coches compartan prácticamente todo es la garantía de que a pesar de que el Toledo entre de lleno en la categoría de las berlinas medias posee el comportamiento ágil y dinámico de un compacto.
p>El funcionamiento del motor 2.0 FSI merece el elogio. Si los primeros propulsores dotados de esta tecnología no resultaban completamente satisfactorios por consumo o rendimiento, hoy en día han avanzado mucho en ambos sentidos. Ofrece 150 brillantes caballos con un buen empuje desde regímenes bajos, estirando con alegría hasta la zona más alta del cuentavueltas. Como resultado las prestaciones no defraudan ni en velocidad ni en recuperaciones.
Carlos Lera, Autocity
Fotos: Jorge Rubio, Autocity
25 de Febrero de 2005.

Interior y equipamiento

INTERIOR Y EQUIPAMIENTO

La posición al volante es agradable y fácil de adaptar a los gustos del conductor. Pese a la apariencia exterior un poco masiva, lo cierto es que el puesto de conducción tiene más aspecto de berlina dinámica que de monovolumen y es que aunque en Seat no quieran oír habar de sus coches en esos términos ni en broma, la familiaridad estética es evidente. Sin embargo como digo en el interior la disposición del salpicadero es de auténtica berlina, con detalles deportivos como las esferas separadas de los relojes del cuadro de mandos, o la inclinada consola central.

Los materiales empleados gozan de buen aspecto visual y un diseño agradable pero los plásticos empleados en el salpicadero, los paneles de las puertas o la guantera central no refrendan esta sensación cuando se tocan. Son de un material duro y sencillo, que si bien no tiene porqué dar peor resultado (seguramente todo lo contrario) a largo plazo carecen del tacto cálido de los materiales empleados por ejemplo en la anterior generación del Toledo.
Las dimensiones interiores favorecen una correcta habitabilidad en distancia para las piernas en todas las plazas y en altura de la cabeza al techo, pero no así en anchura, donde la herencia compacta hace que las tres plazas de la fila trasera sean un poco justas. Para dos ocupantes en cambio resulta bueno, especialmente si el apoyabrazos central se baja y emplea como posavasos y guantera.
Ya que hablamos de guanteras, lo cierto es que no destaca tanto como podría parecer. La guantera central es cómoda pero no muy amplia (como ya hemos comentado la anchura limitada de la carrocería pasa factura en el interior), la que se encuentra frente al copiloto sí tiene una buena capacidad, y a la izquierda del conductor el salpicadero alberga un cajoncillo para pequeños objetos. Las puertas tiene amplias bolsas, con posibilidad de acoger botellas grandes, y en el piso de la consola central hay dos huecos para sujetar latas y espacio para poco más. Hasta aquí todo bien, pero de compartimentos en el piso o cosas por el estilo nada de nada, solo cajones bajo las butacas delanteras.
El motor 2.0 FSI está disponible en los dos acabados tope de gama. Ambos disponen de serie de control de estabilidad ESP, y se diferencian más en detalles de acabado que en equipamiento. El Sport Up es más deportivo en las inserciones interiores y el diseño de los asientos, pero el Stylance posee mayor elegancia. Las llantas los diferencian exteriormente, al ser de 16 pulgadas (205/55) en el Stylance y de 17′ (225/45) en el Sport Up. Aunque evidentemente las segundas son más atractivas, hay que tener en cuenta que por anchura y perfil trasmiten más baches y ruido, y que a la hora de sustituirlas serán más costosas.
La seguridad pasiva está bien cubierta. En caso de colisión se abren automáticamente los seguros de las puertas, se corta la bomba de alimentación de combustible y se para el motor. Seat ha reducido en un 30% el tiempo de respuesta de los sistemas de seguridad con nuevos sensores de presión. Posee seis airbag de serie: delanteros, laterales y de cortina.
Como detalles de equipamiento destaca que ambas versiones ofrecen climatizador de doble zona, mando a distancia y reproductor de radio y CD con MP3, pero los elevalunas traseros hay que montarlos con sobre precio, y teniendo en cuenta que no es precisamente barato ni dispone de unos acabados que justifiquen -al menos aparentemente- un nivel de calidad diferencial con la competencia, podrían haberse ‘estirado’ un poco más a la hora de equipar estas versiones tope de gama. El espejo interior fotosensible es una opción que apenas cuesta 60 euros, y podría incorporarse de serie, lo mismo que los espejos retrovisores térmicos, el cajón adicional bajo el asiento trasero (115,51 €) o los sensores de aparcamiento (263 euros, solo los traseros), especialmente útiles en coches que como el Toledo tienen una zaga muy maciza a la que es difícil tomarle la medida para aparcar.
El maletero es muy amplio, 500 litros, igual que en el anterior Toledo. Pero aporta la versatilidad extra de un espacio más compartimentado y configurable según las necesidades y el tamaño de la carga. Ofrece un práctico doble piso entre el espacio principal del cofre y el compartimento de la rueda de repuesto y un pequeño espacio aprovechando la propia bandeja, a la que se le ha practicado un doble fondo. Pero si a alguien le parece poco espacio, la fila trasera de asientos es totalmente abatible, quedando a la altura del maletero y llevando la capacidad de la zona de carga hasta 1440 litros.

CONDUCCION

El motor FSI casi no suena al ralentí y tampoco hasta que no alcanza un régimen más o menos elevado de giro. Es una característica agradable para callejear y circular confortablemente que al aumentar el ritmo desaparece en parte, porque a partir de cierto régimen se aprecia en el interior un ruido mecánico moderado. En combinación con la caja de cambios manual de seis velocidades el resultado es muy agradable, tanto por suavidad de manejo como por las relaciones de cambio, pensadas para extraer el potencial del motor y gracias a la sexta velocidad no castigar los consumos ni el confort en autopista, aunque el gasto de combustible no es uno de sus puntos fuertes, pues según las cifras oficiales consume 1,2 litros más en ciclo combinado que el Golf equipado con el mismo motor 2.0 FSI.

Rinde 150 caballos a 6.000 revoluciones por minuto y 200 Nm de par a 3.500 rpm. Como indica el régimen, el empuje del motor es más que correcto, permitiéndole mover muy bien los 1.400 kilos de tara, responsable de que la aceleración no baje de 10 segundos de cero a cien, pero aun así una vez en marcha ofrece elasticidad y buena respuesta.
Si el motor tiene empuje, potencia y en definitiva alegría, la puesta a punto del bastidor -compartido con el Golf, el Octavia, el A3, por supuesto el Altea y ahora en parte con el novísimo Passat- es específica de Seat, que pretende con tarados exclusivos de amortiguadores, muelles y estabilizadoras, dotar de un comportamiento especialmente pasional a sus modelos. La verdad es que no defrauda y el Toledo, pese a lo que pueda parecer, se deja conducir como un coche con carácter deportivo. Y lo mejor es que las suspensiones son firmes pero nunca secas. Absorben bien los baches y filtran las vibraciones del asfalto en mal estado, quizá menos que otros modelos más ‘burgueses’, pero en contrapartida se inclina menos en curvas, lo que evita mareos.
Delante un sistema McPherson y detrás un eje multibrazo independiente se encargan de que la suspensión sea realmente buena, poco sensible a los baches en curva aunque algo reactiva cuando se descarga de golpe la presión sobre el acelerador. La dirección, muy directa para el tipo de coche de que se trata, tiene la dureza adecuada sin que llegue a resultar pesada y ofrece buena precisión para tratarse de un tracción delantera. Los cuatro discos de freno (ventilados delante) me parecieron eficaces y el pedal ofrece un tacto muy bueno.

This website uses cookies to improve your experience. We'll assume you're ok with this, but you can opt-out if you wish. Accept Read More

Privacy & Cookies Policy