Seat 600

El Seat 600 fue para España lo que el Volkswagen Tipo 1 para Alemania. Coches populares que, hasta cierto punto, democratizaban el automóvil. Si el modelo alemán irrumpió a finales de los 30, en la antesala de la Segunda Guerra Mundial, el pequeño utilitario español lo hizo 20 años después, concretamente en 1957, en un país todavía marcado por una cruenta Guerra Civil, en mitad de una tortuosa dictadura, y con una economía deprimida que apenas mostraba signos de recuperación. Uno de los pocos vino de la mano de Seat (Sociedad Española de Automóviles de Turismo) y su icónico 600: el automóvil que provocó el despegue de la motorización española. El 600, un icono recordado con añoranza 40 años después de su desaparición, fue el automóvil que inició el despegue de la motorización española
El Seat 600 era un pequeño utilitario de apenas 3,30 metros de longitud, con una carrocería de dos puertas, que en los primeros años se abrían en sentido contrario a la marcha (puertas suicidas), y con un pequeño motor situado en la parte trasera, configurando el maletero de 68 litros en la zona delantera. Aquella simpática y añorada albondigilla que pesaba 600 kg y albergaba en su interior a toda la familia (con abuela y perro incluidos) empezó a popularizarse por las calles y carreteras españolas, y en 1958, un año después del inició de su comercialización, era todo un boom social: Seat se vio obligada a multiplicar por seis el ritmo de producción de su 600 en la factoría de la Zona Franca (Barcelona)
Regresando a aspectos técnicos, el Seat 600 apostaba por pequeños motores de cuatro cilindros de carburador vertical monocuerpo. El de acceso era un 633 centímetros cúbicos con potencias de 18 y 20 cv. Posteriormente se desarrolló una motorización de 767 cc con potencias de 25 y 28 cv, correspondiente a las versiones E, D y L-Especial. El 600, a propulsión, montaba un equipo de suspensiones independiente tanto en el eje delantero como posterior, frenos de tambor y una caja de cambios de cuatro velocidades.Motores de 633 y 767 centímetros cúbicos con potencias máximas de 28 cv
Para que os hagáis una idea de lo que han cambiado los tiempos, si comparamos al Seat 600 con el actual Seat Mii, el actual modelo del segmento A de la marca española que sucede a los 133, Panda, Marbella, Arosa, ahí van unos cuantos datos: el 600 alcanzaba los 115 km/h, necesitaba 45,5 segundos para cubrir los primeros 1.000 metros, y se conformaba con un consumo de 6,5 l/100 km; por su parte, el actual Mii (el 600 del Siglo XXI) con sus 3,55 metros de longitud y motores tricilíndricos de gasolina desarrolla potencias de 70 y 60 cv, con velocidades punta de hasta 172 km/h, tardando en en recorrer el primer kilómetro en 30,5 segundos, y unos consumos de 5,1 y 3,7 l/100 km que le otorgan una autonomía de 945 kilómetros.
Y sin embargo después de todo lo relatado, el 600 (que costaba 378 euros al cambio) era un automóvil para viajar por carretera hacia la playa con toda la familia, aprovechando hasta el último litro de volumen de su capacidad interior, y el Mii (7.000 euros) con carrocería de tres y cinco puertas y un maletero de 251 litros es un coche urbano al que no le vemos ninguna posibilidad más allá del estresante tráfico urbano. ¡Qué señoritos nos hemos vuelto!
El 600 era un coche ‘familiar’ utilizado para viajar; el Mii, con ESP, seis airbags de serie y 251 litros de maletero, es un urbano

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