Todas las marcas automotrices tienen un auto insignia, al cual le suelen llamar “buque insignia”. Ese auto suele expresar toda la visión del fabricante en cuanto a diseño, tecnología y desempeño. En ese caso podríamos pensar que el Ibiza es el elegido por SEAT para ser ese buque, sin embargo el representante de la marca española es su hermano mayor, el León Cupra.
Hablar de León es hablar de deportividad en su máxima expresión. Resulta difícil imaginarlo en un ambiente estático cuando su hábitat natural es “cazando presas”, claro que no nos referimos al rey de la selva, sino al hatchback que le ha otorgado a SEAT esa identidad para poder enfrentarse a los dueños del segmento.
Es cierto que el actual modelo del León es imponente y que su diseño está para dejar boquiabierto a cualquiera, nada se puede comparar a lo que las palabras León y CUPRA juntos pueden lograr en los sentidos de los amantes de este modelo.
CUPRA es un acrónimo para Cup Racing, siendo descrito por Jaime Puig, director de SEAT Sport como “el auto de lo que se hacen los sueños“. Te dices a ti mismo, “tengo un CUPRA”. Por su parte, Isidre López, responsable de la colección vintage de SEAT, cree que la llave del éxito del CUPRA es la combinación de la mejor tecnología y la pasión que imprimen los ingenieros y pilotos de la marca.
CUPRA vio la luz por primera vez en 1996, esto tras la victoria del Ibiza Kit Car en el WRC dentro de la categoría de motores de dos litros. Desde ese momento SEAT ha desarrollado hasta 15 versiones del CUPRA en los últimos 20 años, todos ellos bajo la misma filosofía: un auto de alta gama, lleno de carácter deportivo y con un gran nivel de calidad en el interior.
Actualmente SEAT ofrece uno de los modelos más potentes que el León CUPRA puede dar con 290 caballos de fuerza, el cual puede alcanzar una velocidad máxima de 250 km/h y topar los 100 km/h en apenas 5.6 segundos.