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DINAMISMO Y SUAVIDAD
La llegada de la nueva generación del 9-3 ha supuesto un claro cambio estético respecto a la línea anterior de la berlina media de Saab. El 9-3 se encontraba visualmente muy anclado en los conceptos de diseño del viejo 99, cuya llegada al mercado se remonta a 1969. No obstante sus entrañas nada tenían que ver y por supuesto se traba de un coche moderno y con una tecnología cuando menos al día.
Ahora ya nada recuerda al veterano diseño sueco y el actual modelo es tan dinámico y elegante como los rivales a los que se enfrenta directamente. El interior ofrece una apariencia más germana y pierde en parte la personalidad que siempre ha caracterizado a los productos de la firma nórdica, pero los acabados siguen siendo excelentes.
Por su parte la mecánica turbo no busca una gran potencia (150 caballos) sino que es ante todo agradable y bastante económica. Esto encaja perfectamente con la puesta a punto de las suspensiones, que sin castigar con la dureza de una berlina deportiva permiten al conductor disfrutar de información precisa a cerca de lo que sucede en la carretera.
Saab propone un modelo que se desvía de sus estándares habituales y con el que pretende llegar al público de las berlinas germanas, que en su mayor parte no se planteaba la adquisición de un 9-3. ¿No has pensado cómo te sentaría este coche?
Texto:Carlos Lera,
Fotos:Jorge Rubio,
Autocity.
Fotos:Jorge Rubio,
Autocity.
7 Febrero de 2003.
ESTETICA NOVEDOSA
El aspecto exterior tiene línea en cuña y un tercer cuerpo marcado, pero más vertical que largo y por tanto con imagen de potencia y robustez. Como marcan las tendencias actuales de su segmento, hay mucha presencia de chapa y poco cristal, una característica que ya por sí sola aleja este modelo de sus antecesores lo mismo que el inclinado parabrisas; inclinado, al menos para la anterior doctrina de Saab.
El compacto tercer cuerpo tiene un aspecto muy actual pero la agraciada estética está reñida en este caso con la funcionalidad, pues la boca de carga del maletero es bastante justa, tanto en longitud como en anchura. La alta cintura de la carrocería deja mucho espacio inferior para crear una apariencia de ‘vuelo al ras’ dibujado por los amplios faldones y perfiles aerodinámicos.
De las tres versiones de acabado disponibles solamente la básica (Arc) carece de llantas de aleación, correspondiendo las que veis en la foto al tope gama (Vector). Las 17 pulgadas y los cinco grandes radios de aluminio ayudan definitivamente a potenciar la imagen lateral del coche, mientras que en la definición intermedia (Linear) se ofrecen unas llantas de 16′ y 10 radios que ofrecen un aspecto más elegante que musculoso y a efectos prácticos evitarán cuentas onerosas a la hora de cambiar los neumáticos.
Motor
MOTOR
El motor es un 2.0 litros biarbol (el 1.8 litros de la denominación es puro marketing) con un turbo dotado de ‘intercooler’ y dimensiones cuadradas (mismo diámetro que carrera de los pistones). Su funcionamiento se percibe sumamente silencioso desde el interior, y ni tan siquiera estirando hasta régimen máximo en marchas cortas llega a resultar molesto.
El funcionamiento es el típico de un turbo, con un bajo régimen anodino pero útil para ahorrar combustible circulando a ritmo sosegado y una rápida mejora de prestaciones entrado el medio régimen, que podría producirse más abajo de no ser por el bache que tras la irrupción de la sobrealimentación, en torno a las 2.000 revoluciones, sobreviene entre las 2.500 y las 3.000.
La caja de cambios, manual de cinco marchas ha mejorado respecto a las empleadas en la anterior generación 9-3, resultando ahora mucho más rápida, corta de desplazamientos y precisa. Se merece una nota muy alta y no solo por el manejo sino también por los desarrollos, que se muestran acertados.
Las prestaciones no presentan notables diferencias frente a otras berlinas competidoras de similar potencia, aunque el crucero en carretera abierta de este Saab figura entre los mejores y si no fuera por las limitaciones sería perfectamente admisible cubrir grandes distancias sin bajar de 180 km/h con seguridad activa y comfort, y sin que los consumos suban excesivamente. En trayectos mixtos a ritmos ‘legales’, alternando zonas de tráfico lento con otras despejadas, la media que realizamos se situó en unos excelentes 7,4 litros cada 100 kilómetros.
Comportamiento
COMPORTAMIENTO
Como reza el titular de esta prueba, ‘dinamismo y suavidad’ son las dos características del 9-3, al menos comparado con la anterior generación. No es muy original, ya lo sé, pero es que en ninguno de los dos apartados se queda atrás, aunque tampoco destaca especialmente. Más bien podríamos puntualizar que tratándose de una berlina muy cómoda, una de las que más, permite al tiempo un tacto de conducción cercano al de los competidores más prestacionales, al menos en carreteras con asfalto regular y buen trazado.
La sensación de estabilidad es notable y la respuesta de la dirección precisa y directa. En autopista los baches se notan más que en los anteriores 9-3, pero es que la seguridad y el control son mucho mayores. Es el típico coche en el que no cuesta ningún esfuerzo rodar realmente deprisa, y requiere de vez en cuando una miradita de reojo al velocímetro para asegurarnos de que no nos estamos dejar llevar más de lo que las autoridades toleran.
La plataforma es común con el Opel Vectra y las suspensiones parecen hermanas de las del modelo alemán. Se anclan al bastidor mediante subchasis hidroformados que soportan a ambos trenes. Delante no hay nada nuevo: un MacPherson con estabilizadora como el de la inmensa mayoría de los coches que se venden actualmente; detrás incorpora un sistema multibrazo para cada rueda completamente independiente, salvo por la presencia de una barra estabilizadora. En ambos casos los amortiguadores son de gas, y a juzgar por su funcionamiento, de excelente calidad.
Si la dirección (hidráulica, no eléctrica) ya dijimos más arriba que ofrece un tacto excelente, lo mismo se puede decir de los frenos. Son potentes y dosificables (al menos con el calzado ‘gordo’ de nuestra unidad) y no acusan la fatiga por un uso intensivo. Donde menos cómodo se encuentra es en las carreteras muy viradas de montaña, con mal firme o bruscos cambios de dirección. En estas circunstancias el trabajo se acumula y sin dejar de trasmitir una excelente sensación de control se echa en falta un poco más de precisión y agilidad… y es que no se puede querer todo.
Interior
INTERIOR
Los acabados son muy buenos, aunque algunos elementos como el postizo paralelo a la original pero cuestionable palanca de cambios (una amiga que condujo el coche se atrapó el meñique al quitar el freno…) no parecen concordar con la impecable terminación sueca.
En cualquier caso he de reconocer que me influye el hecho de que la anterior textura del salpicadero de Saab me parecía simplemente la más agradable del mercado (entre los materiales plásticos, se entiende), y ahora pierde ese rasgo diferencial para adoptar un acabado rugoso… típicamente germano, por cierto.
Al volante debo dejar claro que enseguida se me acabaron los reproches, pues tanto la colocación de los mandos como la comodidad de sus como siempre fabulosos asientos invitan a dejar de un lado pequeños ‘peros’ y centrarse en disfrutar de un puesto de conducción racional, a medio camino entre la ergonomía aeronáutica y la distribución habitual de un turismo.
Los aireadores recurren al magnífico diseño de los estrenados en la anterior generación y empleados también en el 9-5, pero sorprendentemente, y hay que decir que por fortuna, ya no se bloquea la marcha atrás como sistema antirrobo, sino la columna de la dirección.
Para quien nunca haya conducido un Saab debo explicar cual era el engorroso inconveniente: sin la marcha atrás engranada no se podía sacar la llave de contacto. Conozco gente que se ha quedado horas intentando retirarla, así como la desconfianza que produce el dejar el coche cuesta arriba con la marcha atrás metida. Aunque la llave sigue en su original emplazamiento, ahora el bloqueo se lleva a cabo en el volante mediante un sistema electromagnético. Por cierto: la llave de contacto es de ultrasonidos, sin hoja metálica.
El espacio en las plazas traseras es correcto para dos ocupantes y simplemente tolerable para tres si el de enmedio es menudo, y por espacio para las piernas no plantea inconvenientes. No obstante la anchura a la altura de los hombros es de 1.402 milímetros y se queda un poco justa, aunque después a la altura de las rodillas el espacio se amplíe hasta 1.457 mm. Y si de capacidades hablamos destaca el volúmen del depósito de combustible, que es de 62 litros y por tanto permite una teórica auonomía de 837 kilómetros. No tan sorprendente es el maletero, que al inconveniente de una boca de carga muy estrecha suma una capacidad algo justa, 425 litros, que colocan el 9-3 entre los peor dotados de la categoría en cuestión de maletero.
Equipamiento
EQUIPAMIENTO
La categoría de las berlinas medias está muy reñida, y en ocasiones cuando crees que estás ante un modelo muy bien equipado de serie te das cuenta de que los rivales están cuando menos a la misma altura, y esto quiere decir que en realidad no es tan extraordinario, claro. Este es el caso del 9-3.
Lleva en todas las versiones los elementos de comodidad que se pueden pedir mas algunos otros, destacando el climatizador independiente para conductor y pasajeros, los airbag frontales, laterales y de cortina o la radio con reproductor de CD. El control de estabilidad ESP es opcional en toda la gama (el control de tracción TCS y el ABS son de serie), aunque no resulta excesivamente caro (550 €), mientras que las llantas de aleación van desde los 820 € de las de 15′ hasta 1.750 € en el caso de las que ves en las fotos, de 17′ más el chasis deportivo, con una puesta a punto ‘ágil’.