La premisa fundamental para el desarrollo del nuevo 911 ha sido la combinación de las mejores cualidades de las anteriores generaciones con un aligeramiento general de la carrocería, empleando aceros de alta resistencia, aluminios fundidos y forjados en un 44%, así como el magnesio en un 2%, consiguiendo rebajar hasta en 45 kilos el peso del vehículo. De hecho, el 90% de las piezas que lo conforman son totalmente nuevas, optimizando las prestaciones y la conducción, mientras que se ha aumentado en un 25% la rigidez torsional, lo que garantiza una mayor estabilidad.