Peugeot RCZ
Mojado pero igual de lustroso
Bajo la lluvia primaveral del centro de la península, antesala de un verano tremendamente caluroso, el Peugeot RCZ, el coupé 2+2 con el que la marca francesa pretende rivalizar con el deseado Audi TT, se presentaba en sociedad. Y no ante cualquiera, qué va. El asunto iba de tiros largos, mucha chica mona y los hombres más deseados de España, según la revista Mens Health. Entre tanto premio, tanto flash y revuelo por captar la mejor imagen del famoso de turno, a unos metros de todo aquel jolgorio, en un marco glamuroso y exclusivo como el Club de Campo Villa de Madrid, cuatro unidades del RCZ, que ya se produce en serie y que desde el pasado mes de abril se puede ver rodar por las carreteras españolas. El capricho será suyo por 27.000 euros en la versión de acceso, con un motor gasolina 1.6 THP (156 cv) desarrollado por BMW. Se completa la gama con otro propulsor de gasolina, el dos litros de 200 cv, y otro diésel, el 2.0 HDi de 163 cv de potencia. Sus medidas son de 4,29 metros de largo, 1,84 metros de ancho y 1,36 metros de alto.
El coche en sí presenta una figura realmente fluida, mezclando los rasgos más marcados de un frontal (el capó está fabricado en aluminio) con dos grandes grupos ópticos y una parrilla con tres láminas plateadas, con las formas más suaves en su lateral, donde la línea de techo (los arcos de la carrocería también son de aluminio) desciende armónicamente hacia unos abombados pasos de ruedas traseros, bajo los que asoman unas llantas multiradios, de 18 o 19 pulgadas, de tono deportivo. En la zaga el parecido con el TT es espectacular, con dos faros muy rasgados, una doble salida de escape en la zona izquierda, y eso sí, con el león como sello distintivo. Tiene un alerón trasero que se despliega manualmente o de forma automática en función de la velocidad. Esto no es un Audi, por mucho que se le parezca. La plataforma sobre la que se ha desarrollado el coche ha sido ensanchada de vías, el centro de gravedad se ha rebajado, se han montado barras estabilizadoras y frenos más grandes, con discos de hasta 340 mm de diámetro.
Es una unidad complicada de encajar en el mercado. Salvo el citadísimo TT, es difícil encontrarle más rivales. Quizá, el Nissan 370Z (éste biplaza). Quizás los coupés derivados de compactos, tipo Volkswagen Scirocco. O quizás, el Alfa Romeo GT. Lo que es indudable que este Peugeot, cuyas plazas traseras son prácticamente inservibles, incorpora un ADN mucho más racing que otros hijos predilectos de la casa francesa, como por ejemplo el 308 CC o 407 Coupé. Además, para ser un modelo de inspiración deportiva, el RCZ ofrece un maletero notable, de 384 litros, ampliable con los asientos traseros abatidos. Ideal, pues, para viajar dos personas con equipaje.
Basado en el prototipo 308 RCZ que Peugeot mostró en Frankfurt 2008, esta joya gala incluye, entre otros elementos, un equipamiento con el sistema WIN Com 3D, con conexión USB, lector de tarjetas, lector de DVD, navegación con mapas en 3D, pantalla de 7 pulgadas, disco duro de 40 Gb y conexión Bluetooth para el teléfono. Sin opción de incluir navegador, la firma del león apuesta por el servicio Peugeot Connect SOS, que contacta con el servicio de emergencia mediante una llamada telefónica y reconoce la posición mediante un sistema de localización por satélite instalado en el coche.
Deteniéndonos en las mecánicas, decir que la colaboración PSA-BMW sigue dando sus frutos. En esta ocasión, el resultado es producir el motor más potente de Peugeot: 200 cv. El Peugeot RCZ 1.6 THP 200 cv acelera de 0 a 100 km/h en 7,6 segundos, mientras que sus cifras de consumo y emisiones son muy contenidas: 5,9 l/100 km y 165 g/km de CO2, yendo asociado a un cambio manual de seis velocidades. Además, en verano llegarán las primeras transmisiones automática de seis velocidades. Ya en la calle están el motor diésel de dos litros, que ofrece un consumo de 4,5 l/100 km y unas emisiones de 139 g/km; y el gasolina de 156 cv, que desarrolla un par de 240 Nm, con unos consumos y unas emisiones de 6,7 l/100 km y 159 g/km, respectivamente.