Estos días pasa por el garaje de Autociy un Opel Mokka diésel. Concretamente, el único motor de gasóleo que en la actualidad monta el SUV compacto de Opel: el 1.7 CDTi de 130 cv de potencia, siempre con el Start and Stop de serie, salvo en las variantes automáticas, que no es el caso del vehículo de prueba que nos acompaña: con cambio manual de seis relaciones que transmite la potencia a las ruedas delanteras (4×2), renunciando a las versiones 4×4 que suponen un aumento medio a igualdad de equipamiento de 2.550 euros.
a favor- Conducción dinámica- Relación tamaño/espacio- Calidad interioren contra- Limitaciones 4×4- Motor diésel áspero – Anchura entre puertas
Este sobrecoste se justifica desde el punto de vista mecánico, y también desde la perspectiva fiscal, ya que el Mokka 1.7 CDTi 4×2 se ahorra el impuesto de matriculación –consume 4,5 litros a los 100 km, equivalente a unas emisiones de CO2 de 120 g/km- mientras que la misma motorización con tracción total tributa al 4,75%. El Mokka diésel 4×2, que gasta 4 décimas menos de combustible en ciclo mixto homologado, también es más rápido en alcanzar los 100 km/h (10,5 por 10,9 segundos) y más veloz (190 por 185 km/h de ‘punta’).
A pesar de contar con el control de descenso (de serie), la carrocería de nuestro Opel Mokka está configurada para una conducción off road por caminos bien asfaltados, pero no para más complicaciones ya que su altura libre hasta el suelo, de 15,8 centímetros, lo limita en exceso. La configuración de la suspensión, tipo McPherson delante y multibrazo detrás, es más firme que en algunos de sus rivales, demostrando un elevado aplomo en carreteras rápidas bien asfaltada. Esta firmeza puede traducirse en molestias si atravesamos una calzada significativamente irregular, por culpa de una amortiguación poco absorbente. Por su parte, la dirección transmite una alta información bajo los neumáticos.
El motor diésel 1.7 CDTi mueve con soltura al Mokka, y por prestaciones y consumos es más recomendable que la opción gasolina 1.4 Turbo 140 cv, muy sensible al incremento del gasto de combustible y penalizada –en la unidad de prueba- por el sobrepeso de la tracción integral. Como buen turbodiésel, el 1.7 CDTi tarda en responder hasta llegar a las 1.800-2.000 rpm, siendo entonces cuando salen a relucir sus 300 Nm de par motor. Esta circunstancia te obliga a estar pendiente del cambio manual, que por otra parte tiene unos encajes poco limpios y recorridos largos. A medio régimen es cuando el CDTi saca lo mejor de sí mismo, decayendo rápidamente por encima de las 3.000 rpm. Al terminar la semana de prueba, el ordenador de viaje marca unos gratificantes 6,2 l/100 km. de consumo medio real.Sin la tracción total, el motor 1.7 CDTi consigue unos buenos consumos, aunque sigue pecando de suavidad
Este motor siempre ha tenido la fama de ruidoso, y en el Mokka esa aspereza está muy presente, al igual que las vibraciones mecánicas –sobre todo al ralentí o cuando el motor no ha cogido temperatura- dentro del habitáculo son evidentes. Opel jubilará este bloque 1.7 CDTi, sustituyéndolo progresivamente por los nuevos 1.6 CDTi, ya estrenados en algunos modelos de la maca y que en unos meses llegarán al Mokka. También llegarán nuevas transmisiones, que relevarán a esta caja manual con seis relaciones excesivamente largas y con recorridos del cambio más precisos.
Mientras tanto disfrutamos de la semana a prueba con el Mokka 1.7 CDTi 130 cv Excellence (PVP de 24.390 euros). Mide 4,28 metros de longitud, 31 cm menos que el Antara, y por dentro está preparado para albergar cuatro adultos, con un maletero de 356 litros, tanto en las versiones de tracción simple como total. Derive o no de una plataforma B como el Corsa, lo cierto es que los materiales y las terminaciones del Mokka son muy superiores a aquél, y aunque comparte la escasa anchura entre puertas, las demás cotas interiores son mucho mejores.
El Mokka de pruebas gozaba de los exquisitos equipamientos del acabado “Excellence”, que van desde los seis airbags, el asistente de arranque en pendiente o los sensores de lluvia, luces y parking; hasta otros elementos opcionales como el navegador, los asientos AGR tapizados en cuero y con calefacción –también el volante de serie está forrado en piel y opcionalmente puede calefactarse-, la cámara de visión trasera al accionar la marcha atrás o los sistemas “FlexFix” de transporte de bicicletas y ‘OpelEye’ con alarma de colisión frontal.Muy bien equipado de serie, mejorado con los opcionales, y con unas terminaciones interiores de segmento superior
En un segmento con tantas variables a ponderar, donde el fundador Qashqai ha dado un salto de gigante para pelear con otros SUV de mayor tamaño, se busca al nuevo rey de la manada. Y en mitad de la jauría, el Opel Mokka destaca por un dignísimo comportamiento, un aprovechamiento del interior muy coherente en relación a su figura compacta, un precio razonable y una gama diversa con equipamientos avanzados y con versiones de tracción 4×4. Con estas características, el Mokka está más enfocado a competir con rivales como Nissan Juke, Skoda Yeti, Mitsubishi ASX o Dacia Duster que contra alternativas con aires más urbanos como Renault Captur o Peugeot 2008 con los que comparte su limitada altura libre al suelo. De aquí a finales de 2015, cuando eche el cierre Chevrolet en Europa, el Mokka tendrá un duro competidor en su primo hermano Trax, que con este motor diésel de 130 cv es 2.500 euros más asequible.