El sucesor del viejo Vectra cumple seis años entre nosotros gozando de una excelente salud. Es el Insignia, un automóvil consolidado, con mucho futuro por delante, y como bien dice la propia casa alemana, ‘el mejor Opel jamás construido’. Razón no le falta, y no lo decimos nosotros, lo dicen los números: un coche no especialmente asequible, en un segmento decreciente y de un tamaño considerable para estos tiempos, ha vendido en España casi 8.000 unidades en todo 2014.
De acuerdo que mucha parte de ellas son matriculaciones para el canal empresas, pero el hecho de estar por delante de las demandas berlinas/familiares premium como los Audi A4 y BMW Serie 3, o de los pujantes generalistas franceses Peugeot 508/Citroën C5, y que únicamente el VW Passat lo supere por un mínimo margen, pone en valor lo bien que le ha sentado al Insignia su primer restyling (a finales de 2013). Principalmente los cambios afectan al rediseño del habitáculo interior, la dotación tecnológica a bordo y una oportuna puesta a punta en la línea de motores, tres puntos en los que nos centraremos a continuación.
Después de una semana a prueba con él, la sensación general es que el Insignia es un coche muy superior a la media del segmento D. A falta probarlas a fondo, seguramente las nuevas generaciones de Passat Variant y Ford Mondeo Sportbreak son sus dos grandes rivales, por tradición y posicionamiento de marcas. Pero visto su equipamiento, su tamaño y su precio, la carrocería familiar Insignia Sports Tourer (ST) bien podría ser una alternativa económica a sus equivalentes premium del segmento superior E: BMW Serie 5 Touring, Audi A6 Variant y Mercedes Clase E.Destaca por la calidad de sus materiales y su dotación tecnológica a bordo
Apenas han variado las dimensiones exteriores respecto al modelo inaugural, que hablan de un colosal carguero visto desde cualquier prisma. Su longitud se concreta en 4,91 metros y su anchura en 1,86 m, siendo la distancia entre ejes de 2,74 m. El ligero maquillaje frontal (parrilla más baja y ancha) acentúa su carácter elegante. Es un automóvil estatutario, ponga Opel o ponga lo que ponga en su parrilla. También resulta así en esta variante familiar, con unos tres cuartos trasero en los que una prominente moldura cromada une los nuevos faros traseros oscurecidos. Un toque distintivo que en nuestro acabado ‘Excellence’ se redondea con un chasis Sport rebajado y unos neumáticos más anchos 245/45 con llantas de 18 pulgadas.
a favor- Consumo muy bajo- Tecnología a bordo- Interior casi premiumen contra- Prestaciones ecoFlex- Rediseño muy suave- Relación tamaño/espacio
El precio oficial del Insignia ST 2.0 CDTI 140 ecoFLEX Excellence es de 32.395 €, que con la promoción actual de la marca de 2.557 € se queda por debajo de las psicológica cifra de los 30 mil: 29.838 €.
Eso sí, la factura real de nuestra unidad de prueba es muy superior: 8.500 más, como poco. Y es que como buen automóvil alemán los packs que pueden contratarse son de lo más variados, y nuestros amigos de comunicación de Opel no se han cortado a la hora de decorarlo: en materia de confort la ‘Tapicería de Cuero Brandy’ (asientos deportivos en cuero, extensión de banqueta o volante deportivo OPC) y ‘Pack Excellence Plus’ (faros de xenón adaptativos, calefacción en asientos, el Touchpad HMI para escribir con el dedo, control por voz, navegación, pantalla táctil a color de 8′, doble conexión USB y sensores de parking delanteros y traseros) y en lo relacionado con la seguridad, el ‘Pack Drive Assist’ (reconocimiento de señales, control crucero adaptativo, cambio automático de luces cortas/largas, avisador de cambio de carril involuntario, indicador de distancia de seguridad o alerta de colisión frontal) y el ‘Pack Park & Go’ (Avisador de cambio involuntario de carril, Cámara de visión trasera, Asistente avanzado de aparcamiento, Alerta de ángulos muertos y Alerta de tráfico transversal trasero).
Todo esto en un interior que necesitaba una remodelación, más que en la calidad de construcción (que sigue siendo muy buena), en la organización de los mandos y por lo tanto en su presentación. Se reduce significativamente el número de botones de la consola (ahora más refinada). Para albergar todas las tecnologías de última generación citadas se apuesta por una mayor digitalización, permitiendo a través de dos grandes pantallas (la central y otra, también de 8′, en el cuadro de relojes) la visualización de todas las informaciones, dejando su gestión en manos de la pantalla táctil o de los mandos del volante y el citado Touchpad HMI.La organización de las funciones mejora gracias a la reducción del número de botones
No negaremos que se requiera un pequeño tiempo de adaptación para asimilar tanta información (alguna duplicada entre las dos grandes pantallas), pero una vez superado, el placer de conducción es total. Al volante, el Insignia ST disfruta de un excelente bastidor que le confiere una pisada de familiar premium. El tacto de conducción, en comparación con otras opciones, es deportivo. El habitáculo disfruta de una insonorización excelente para realizar largos trayectos. La única pega dinámica, un tarado de suspensión variable ‘FlexRide’ algo firme que para los más quisquillosos no será la más confortable del mercado. Eso sí, en una conducción alegre, es activar el modo ‘Sport’, y la respuesta general se dinamiza, ofreciendo un comportamiento más atractivo y menos anodino.
Llegamos al motor diésel, el conocido bloque 2.0 CDTI aliado en esta ocasión con las siglas de eficiencia de Opel, ecoFLEX. La evolución de potencia es de 140 cv (hay otra menor de 120 cv), el cambio es manual de seis velocidades y, con esta carrocería, el consumo declarado es de 3,9 l/100 km. Números prometedores. Y la verdad que el Insignia es un rutero de postín. En autovía a ritmos alegres apenas sube de los 5,5 litros de media. Es fácil comprobar que este Insignia está sobradamente preparado para alargar las paradas en las gasolineras. Y tiene su mérito, porque juega en contra su elevado peso en vacío (1.733 kg) que se resiente más al viajar cargados.En autovía a ritmos alegres apenas sube de los 5,5 litros de media
Su hábitat natural es la carretera. Pero ojo, sin pedirle grandes derroches prestacionales. Las siglas ecoFLEX mandan y este Insignia está pensado para ahorrar y no para correr. Le cuesta ganar velocidad (los desarrollos del cambio son muy largos) y la respuesta a bajo régimen muy pobre (por ejemplo , en ciudad, tiende a calarse con facilidad si no estamos atentos al embrague cuando nos acercamos a un paso de cebra, siendo complicado retomar la marcha en segunda). Una vez lanzado, es un automóvil rápido, o por lo menos acorde a su potencia, pudiendo dispararse hasta los 200 km/h de velocidad máxima y con un régimen medio más aprovechable (350 Nm desde 1.750 rpm) para facilitar la respuesta ante la demanda del pie derecho sobre el acelerador.