Nissan Pathfinder 2.5 dCi
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TODOTERRENO DE VERDAD
El experimentado fabricante de vehículos 4×4 Nissan puso a la venta esta primavera un nuevo miembro en su extensa familia, el Pathfinder, que es algo así como una evolución del Terrano II 5p; aunque el veterano modelo va a seguir un tiempo más disponible en las listas de precios. El nuevo Pathfinder también se ensambla en la factoría de Barcelona, y presenta un aspecto imponente y agresivo unido a un espacioso y versátil habitáculo de siete plazas, excelentes aptitudes “off road” y un potente propulsor diesel de cuatro cilindros y 2,5 litros de cilindrada.
Por su aspecto y calidad de terminación alguien lo podría equiparar a los SUV de moda, pero lo cierto es que el Nissan Pathfinder es un todoterreno de los de verdad, del estilo al Land Rover Discovery, Toyota Land Cruiser, Mitsubishi Montero, Hyundai Terracan, Jeep Grand Cherokee o Ssang Yong Rexton. Y es que para luchar contra esta “hornada” de aclamados todocaminos, la marca nipona ya dispone del Murano en el segmento de lujo y del X-Trail en el más asequible.
Cuesta entre 33.500 y 43.000 euros según nivel de acabados, pesa bastante más de dos toneladas y es muy grande (4,74 metros de largo, 1,85 metros de ancho y 1,78 metros de alto), pero sus 174 cv le permiten alcanzar los 175 km/h y pasar de 0 a 100 km/h en sólo 12,3 segundos, con un consumo medio de 9,0 l/100 km. Su capacidad para superar obstáculos fuera del asfalto es admirable, y en carretera -aunque no llegue al nivel de los SUV- cumple sin problemas.
Nota: Agradecemos la participación en la prueba al monitor de 4×4 Javier Vicente, del circuito La Cartuja y Club Evasión 4×4.
br>Enrique Marco, Autocity.
8 de Julio de 2005
8 de Julio de 2005
DISEÑO Y EQUIPAMIENTO
El Pathfinder impone. Sin duda las proporciones y medidas de su carrocería no pasan desapercibidas. Los hay más grandes, pero la altura de éste y sus trazos rectos y pasos de rueda sobredimensionados, hacen que el nuevo TT de Nissan imprima robustez. Pero lo bueno es que a la vez lo combina con cierta modernidad y elegancia, por lo que estéticamente puede estar un poco en la línea de los afamados SUV.
Por lo que se refiere a su habitáculo, aunque la sobriedad tradicionalmente ha caracterizado los salpicaderos de los vehículos japoneses, en este caso observamos un diseño agradable junto a una alta calidad de los materiales y a algunos elementos de equipamiento (opcionales) muy vistosos, como la pantalla del navegador y cámara trasera para el aparcamiento perteneciente al Pack Plus, que con algunos extras más cuesta 2.900 euros.
Los asientos también son cómodos y con una tapicería negra de buena apariencia y tacto. Además la fila central se puede manipular fácilmente para acceder a la tercera fila, pudiendo acomodar en total a siete personas. Con esta disposición el maletero no pasa de 150 litros, pero llega a 515 litros con esta última fila abatida, y hasta más de 2.000 litros con las dos filas plegadas.
La gama parte de la versión básica XE, la cual está disponible en versión de 5 plazas por 33.920 euros, y lleva de serie todo lo imprescindible, como el control de estabilidad, los airbags frontales, laterales delanteros y de cortina para las dos primeras filas, el climatizador multizona, equipo de música y llantas de aleación. El Pathfinder que probamos fue el SE (37.970 euros) que ya permite siete plazas y algunos detalles de mayor refinamiento como el volante de cuero, sensor de lluvia o un mejor equipo de sonido entre otras cosas. La unidad que se puede ver en las fotos incluía el pack plus y pintura metalizada, por lo que supera ya los 41.000 euros. Por último el más completo LE (43.540 euros) añade como elementos principales los faros de xenón, la tapicería de cuero y el techo solar. Todos ellos pueden llevar cambio automático por 2.320 euros.
CONDUCCION
La frase coloquial de “sube al coche” se hace literal en el caso de acceder al Pathfinder, pues con semejante altura acomodarse en sus asientos requiere un claro movimiento de ascenso, tanto, que las personas de talla baja o de movilidad reducida lo podrían llegar a ver como un problema. Una vez dispuestos, la sensación de dominio es total, y la postura al volante es bastante cómoda y claramente dominante. Un “pero” que encontramos es que la regulación del volante sólo es posible en altura, y no en profundidad. Por lo demás, la versión probada (SE más el “pack plus” opcional que incluye navegador y cámara para el aparcamiento trasero) hace que aspecto del salpicadero sea óptimo, muy completo y con materiales de gran calidad.
Lo ponemos en marcha. Nuestra unidad llevaba la opción de llave inteligente, cuyo mando abre y cierra las puertas, pero para el arranque únicamente hay que llevarlo cerca, quedando la función del arranque para una “ruleta” fija. En marcha el sonido de su potente cuatro cilindros 2.5dCi delata potencia, lo cual comprobamos en los primeros compases de la prueba, y es que con 404 Nm de par a sólo 2.000 rpm -aun con sus 2.235 kilos de peso- el empuje es considerable. Supera en potencia a todos sus rivales de cuatro cilindros (Terracan, Montero y Land Cruiser), y eso que tiene menor cubicaje, pero no puede alcanzar el refinamiento de los V6 que montan los nuevos Grand Cherokee y Discovery, o del propulsor Mercedes cinco cilindros del Rexton.
Con 175 km/h de velocidad punta y 11,7 segundos en aceleración de 0 a 100 km/h, podemos decir que las prestaciones son muy buenas para un vehículo de su categoría, y además el consumo medio no es alto 9,0 l/100 km. En carretera el Pathfinder recupera y adelanta mejor que muchos turismos, pues le sobra poder, y sólo podemos recriminarle un nivel sonoro algo más elevado de lo normal en los modelos de última generación.
Su chasis monta suspensiones independientes tanto delante como detrás, y unido a un correcto tarado hace que el coche no se balancee en exceso en las curvas y que no resulte incómodo. Ahora bien, debido al alto centro de gravedad y a un planteamiento que prima el comportamiento en campo, el grado de confianza que transmite en carretera dista sensiblemente del de los modernos SUV, pero si lo enfrentamos a sus verdaderos rivales –los todoterrrenos puros y duros- sus aptitudes son correctas.
Llegamos al campo y aquí es donde nos damos cuenta por qué merece la pena hacerse con un Pathfinder. Nada hay que se le resista a este vehículo, y es que la tradición que posee Nissan en fabricar coches 4×4 le permite hacer gala de una capacidad extraordinaria. Su sistema de tracción se selecciona mediante una cómoda “ruleta” situada en el salpicadero con opciones de propulsión trasera, conectable automáticamente, conectada permanentemente, y 4×4 con reductora. Todo ésto, unido a una notable distancia libre al suelo, una buena caja de cambios manual de seis velocidades, y altas dosis de potencia desde bajas revoluciones, permiten lograr al Nissan Pathfinder 2.5 dCi una nota de sobresaliente en conducción “off road”.