Nissan Juke

A fondo

-Su rompedora estética oculta un utilitario
-Equipamiento de serie
-Tacto confortable y suave-Aspereza mecánica
-Puertas pequeñas y con poco ángulo de apertura
-Detalles en el acabadoDenominado por Nissan como SUV urbano deportivo, el Juke nace con unas altas pretensiones fruto del rotundo éxito de su hermano mayor, el crossover Nissan Qashqai. Sin embargo, este atractivo y elevado utilitario se emancipa de la plataforma del Qashqai, constituyéndose como un vehículo desconcertante desde diferentes prismas. Por ejemplo, su diseño, una mezcla de influencias de concept car, trazos barrocos y aspecto de coupé choca con su categorización de mini SUV, posicionándole prácticamente como una especie única, sin parangón en el mercado, aunque por dimensiones, equipamiento y aspiraciones comerciales se puede confrontar con el Suzuki SX4, Fiat Sedici, Toyota Urban Cruiser o Mini Countryman. Con la intención de desafiar los convencionalismos del mercado, este Juke apunta a captar la atención de clientes de lo más diverso, sin distinción de edades o sexo.

a favorSu rompedora estética oculta un utilitarioEquipamiento de serieTacto confortable y suaveen contraAspereza mecánicaPuertas pequeñas y con poco ángulo de aperturaDetalles en el acabado
Simpático y rompedor para sus admiradores y poco práctico para sus detractores, el Juke es un utilitario por mucho que desde algunos foros se le quiera catalogar como compacto. Su longitud, de 4,13 metros, es 18 centímetros más corta que la del Qashqai, ya de por si un SUV compacto de cotas bastante contenidas. Basado en el prototipo Qazana que adelantó sus líneas en 2009, el Juke no brilla ni por su habitabilidad y espacio –1,57 m de alto y 1,76 m de anchoni polivalencia y eso que las versiones más caras de la gama incorporan la tracción total All-Mode 4x4i-. Nuestra unidad de prueba, asociada al motor gasolina atmosférico de 1.6 litros y 117 cv, tampoco es el paradigma de la agilidad y suavidad mecánica funcionamiento algo áspero- ni de su capacidad de carga, con unos justos 251 litros (207 l en las versiones 4×4), ampliables a 830 litros con los asientos traseros abatidos, más los 40 litros de doble fondo.
Estéticamente la escultura final puede resultar un filón de ventas, atrayendo a un comprador potencial que no tenga muy claro qué quiere. En este terreno de la ambigüedad ni compacto, ni utilitario, ni SUV- nada mejor que un diseño cautivador, con un ADN rico en innovaciones gestuales. Empezando por su robusto frontal, con una línea de capó elevada, una calandra bien rematada y faros por allí y por acá: desde los redondos que recogen las funciones de luz de cruce y carretera (a la altura de la parrilla) hasta los rasgados, donde se ubican los intermitentes y la luz de posición (sobre el capó, en una posición elevada que permite visualizarlos desde el interior del habitáculo) o las luces antinieblas, montadas sobre las molduras inferiores. En la vista lateral, su marcada línea coupé contrasta con los abultadísimos pasos de ruedas, sucediéndose a partes iguales los trazos curvados con los rectilíneos. Además, los tiradores de las puertas traseras se camuflan en el pilar C. Este cuerpo sobredimensionado se cierra con una zaga muy bien integrada, con unos grupos ópticos en forma de boomerang que recuerdan a los de 370Z y que dotan al Juke de un aspecto más juvenil y deportivo.

Con nuestro acabado Tekna Premium -19.950 de precio base- accedemos al habitáculo con nuestra llave inteligente. Ya dentro, la primera sensación es de confortabilidad y calidad general, gracias a la agradable mezcla del color rojo eléctrico en puertas y consola- con plásticos duros de muy buen tacto muy bien ajustados- y un salpicadero en negro brillante que realza su personalidad. Sin embargo, el acabado final resulta un poco inferior al esperado. En los pequeños detalles este Nissan falla. Por ejemplo, el volante no es regulable en profundidad; se han olvidado de la luz de cortesía que ilumina las plazas traseras o la guantera; el sistema de navegación de serie- está poco integrado; el airbag del acompañante se destapa o carece de elevalunas automáticos que las ventanillas se abran o se cierren en un toque de dedo- en todas las plazas.La sensación global, con un rojo eléctrico en puertas y consola y un negro brillante en salpicadero, es extraordinaria, aunque en los pequeños detalles, tanto a la vista como de uso, pierde un poco
‘El equipamiento de serie es abundante, destacando una pantalla táctil de 5′ con cámara de visión trasera de ayuda al aparcamiento’El puesto de conducción es apto, con un volante multifunción revestido en cuero y unas pequeñas jorobas laterales en el asiento que nos sujeta a la perfección el cuerpo. Ante nosotros nos topamos con un cuadro de instrumentos con dos esferas analógicas y un cuadro digital que hace las veces de ordenador de a bordo: temperatura exterior, autonomía, consumo medio, instantáneo Más a la derecha, escoltada por un plástico negro lacado, queda la pantalla a color táctil de cinco pulgadas, con funciones de navegación, radio CD-MP3, Bluetooth e incluso una cámara de visión trasera de ayuda al aparcamiento. Todo de serie con nuestro acabado. Más abajo, queda una segunda pantalla a color más pequeña- con el climatizador multizona y el control de configuración dinámico (D-Mode), con los tres botones, Normal, Sport y Eco, a nuestro alcance para modificar la respuesta del acelerador, dirección y potencia del sistema de climatización. Por último la consola central en color rojo, inspirada en el depósito de combustible de una motocicleta, integra el pomo de la palanca de cambios ligeramente elevada- y el freno de mano mecánico.El equipamiento de serie es abundante, destacando una pantalla táctil de 5 con cámara de visión trasera de ayuda al aparcamiento
A nuestro juicio el otro gran inconveniente de este Juke es su espacio y habitabilidad, muy mermados especialmente en las plazas traseras. Allí, se descarta por completo que un adulto ocupe la zona central, muy estrecha y con poca altura libre hasta el techo. Sólo un niño podría ocupar esta plaza, como ocurre en la mayoría de los utilitarios y compactos del mercado. Además, el acceso y la salida al habitáculo quedan limitados por unas puertas muy pequeñas y por un ángulo de apertura algo estrecho y cerrado.

El motor atmosférico de 1.6 litros gasolina y que entrega 117 cv a las 6.000 vueltas es una mecánica equilibrada, ideal si no aspiramos a obtener grandes emociones al volante de nuestro Juke. Asociado a una transmisión manual de cinco velocidades, la mejor respuesta de esta mecánica se produce en un régimen elevado, y aunque es cierto que en régimen bajo y medio el coche sufre, le cuesta empujar, adelantar, gracias a unos recorridos cortos de sus marchas, notamos cierta viveza, un mejor rango de recuperación de 80-120 km/h que en otro coches de dimensiones y potencia similar en ciclo gasolina. A velocidad crucero, de 120 km/h, la aguja del cuentarrevoluciones marca 4.500 rpm, y nos tenemos que ir a más de 6.000 vueltas para alcanzar su velocidad punta, de 170 km/h. Con un funcionamiento algo áspero, este propulsor de 158 Nm de par máximo (a 4.000 rpm) queda a años luz del motor estrella de la gama Juke, un 1.6 litros gasolina de inyección directa turboalimentado y 190 cv de potencia.
‘El conjunto suspensiones, dirección, frenos y ESP nos transmite una calidad de rodadura estupenda, sin ruidos ni vibraciones apreciables’ Acústicamente, a parte de los ruidos mecánicos ya citados, no apreciamos vibraciones de materiales internos, ni una resistencia a la rodadura excesiva ni tampoco ruidos aerodinámicos, de hecho en este último aspecto el Juke está por encima de la media del segmento. Accionamos el botón de arranque y ya en marcha podemos calificarlo de una unidad silenciosa. A pesar de su altura, las cualidades dinámicas, como ya sucede con el Qashqai, son elevadas: los balanceos de la carrocería son inapreciables y las sensaciones al volante son de suma confortabilidad, propias de un compacto o incluso una berlina. Con una aceleración de 0-100 km/h de 11’5 segundos, el Juke se apoya en un esquema de suspensiones McPherson con muelles helicoidales en el eje delantero y barra de torsión y muelles multibrazo en el eje trasero. Sus apoyos y cambios de peso en zonas reviradas son correctos y con el ESP conectado su estabilidad global crece. El tacto del cambio manual es estupendo, y además nos reconforta contar con una dirección electroasistida de una precisión alta, como ocurre con unos frenos de disco, de 280×24 delante y de 292×9 detrás, si no hacemos barbaridades al volante.El conjunto suspensiones, dirección, frenos y ESP nos transmite una calidad de rodadura estupenda, sin ruidos ni vibraciones apreciables
Por último, este Nissan Juke incluye el mando de configuración dinámica Nissan Dynamic Control System, que permite modificar el funcionamiento de ciertos elementos del vehículo, como el acelerador, la dirección asistida y climatizador y también el cambio automático de variador continuo XTRONIC CVT en las unidades que lo equipen-, estableciendo tres programas diferentes: Normal, Sport y Eco. Este sistema se modifica a través de los mandos de la pantalla inferior de la consola central. En marcha notamos cómo la dirección se endurece sensiblemente en modo Sport, mientras que con este setting dinámico la respuesta del acelerador no se aprecia tanto como en otros coches que cuando activas su modo Sport, notas como un pequeño tirón, más fuerza al eje de transmisión. El funcionamiento global del sistema es bueno y los ingenieros de Nissan hablan de un 10% menos de consumo de combustible si circulamos en modo Eco. El consumo mixto homologado de este Juke es de 6,3 l/100 km, aunque este parámetro aumenta hasta los 7,6 l/100 en una situación real de conducción. Sus emisiones de CO2 son de 145 g/km.

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