Mitsubishi ASX

A fondo

-Comportamiento de compactoe
-Consumo muy contenido
-Interior agradable y bien rematado-Altura libre hasta el suelo
-Suspensión seca para entrar en caminos
-Rivales de mucha entidadLa fórmula de levantar la carrocería del suelo, dotando a la unidad de un aspecto de todocamino, y al mismo tiempo mantener la funcionalidad de un turismo, goza cada vez de una mayor adaptación en el mercado español. Basta con comprobar el éxito del Nissan Qashqai. Mitsubishi, la marca de los tres rombos, no ha querido dejar pasar más tiempo y se ha unido a la fiesta de los crossover. No hay marca en la actualidad que quiera apartarse de esta tendencia. El ASX, como la mayoría de sus rivales más directos, es un coche concebido para el asfalto, aunque con ciertas credenciales para atravesar caminos sin asfaltar y zonas de campo. Su gran hándicap es su altura libre hasta el suelo, 17 centímetros. Sin embargo, sus reacciones y prestaciones, con este motor 1.8 litros diésel de 150 cv, son muy confortables, a lo que hay que unir un notable equipamiento y un interior sobrio pero muy bien rematado.

a favorComportamiento de compactoeConsumo muy contenidoInterior agradable y bien rematadoen contraAltura libre hasta el sueloSuspensión seca para entrar en caminosRivales de mucha entidad
Basado en un 70% de sus elementos en su hermano mayor, el Mitsubishi Outlander, este ASX confirma la pasión desenfrenada de las marcas por los SUV de dimensiones compactas. Así, Mitsubishi, que desde el nacimiento de este modelo lo ha querido ubicar en esta categoría de los SUV, acelera su estrategia comercial para detener el impacto del triunfante Qashqai. De hecho, su carácter más campero se agudiza con la opción de equipar la transmisión integral, aunque se trata de un dispositivo automático y no permanente. ¿Su sobreprecio? 3.000 euros. Por su polivalencia, las alternativas más naturales son el Ford Kuga, Hyundai ix35, Kia Sportage o VW Tiguan, mientras que un peldaño por debajo se quedan el Skoda Yeti o Dacia Duster.
Lo más trascendente en este crossover, lo que lo hace oportuno y codiciado para una potencial cartera de clientes amplia, es su mezcla de aspecto visual original y un interior amplio con posibilidades de usos variados, incluyendo el familiar. Si el planteamiento del ASX, dejando aparte su estilo peculiar, es paralelo al modelo de Nissan, las similitudes surgen también en las dimensiones, comportamiento, e incluso en los precios, algo más ajustadas en el Qashqai.
El diseño del ASX es una continuidad al lenguaje estético nacido con el Lancer y que después se aplicaron en otros modelos de la firma como el Colt. Su parrilla de nido de abeja, de diseño trapezoidal, grandes dimensiones y dispuesta en forma invertida, le confiere un aspecto genuino. En todo el conjunto se integran calandra, abertura del paragolpes y la propia matrícula, dejando en los extremos de la parte inferior los faros antinieblas, en una posición protegida por la defensa. Este frontal de tiburón se remata con unas ópticas rasgadas, desplegadas horizontalmente. La zaga está bien resuelta, recortada y afilada, para una longitud total de 4,29 centímetros, una de las más cortas del segmento: destacando una protección de plástico, justamente por encima de la salida de escape; a esta altura también encontramos dos reflectantes y la luz antiniebla. Lateralmente, una cintura ascendente y la ajustada altura libre hasta el suelo nos da una idea de su limitada movilidad fuera de asfalto.

El ASX tampoco es el SUV más alto (1,61 m) ni el más ancho (1,77 m). Sin embargo, su habitáculo es suficiente para albergar holgadamente a cuatro personas. Las plazas delanteras ofrecen un gran confort. La instrumentalización global del coche es bastante intuitiva y ergonómica, con una consola central dividida en dos niveles (audio y climatizador) y unos relojes deportivos, predominando la tonalidad roja. A la hora de lograr una cómoda postura al volante disfrutamos de una columna de dirección con regulación en altura y profundidad, aunque echamos de menos en el asiento del piloto un mejor agarre. En la hilera trasera de asientos, dos ocupantes viajan confortablemente, pero la zona central se descarta por completo para un tercero, como ocurre en la mayor parte de estos vehículos. Por su parte, el volumen de carga del maletero es de 442 litros, una cifra que podemos ampliar hasta los 1.193 litros si abatimos los respaldos traseros. Calidad, calidad japonesa en un habitáculo bien ajustado y rematado. Mitsubishi ha utilizado materiales muy buenos al tacto aunque algo más justos, por su sobriedad, a la vista. Muy atrás quedan ya aquellos modelos japoneses de deficiente presentación. Ahora nos encontramos con un ASX con unos plásticos bien utilizados y una sensación global de coche para toda la familia.El interior del coche es sobrio, pero está muy bien rematado: materiales ajustados e intrumentalización global nítida e intuitiva
Con el acabado Kaiteki, el de nuestra unidad de prueba, el equipamiento de este Mitsubishi es de lo más abundante. Por un precio base de 27.000 euros, tenemos el climatizador automático, los 7 airbags (incluido el de rodillas), los controles activos de estabilidad y tracción, el sistema de ayuda al arranque en pendientes, los sensores de lluvia y luz, el control de velocidad de crucero, el volante de cuero con mandos de audio, las llantas de aleación de 17 pulgadas, faros de xenón, conexión bluetooth, los cristales traseros tintados o los asientos de cuero. Para los elementos más refinados, navegador de 40 gigas, techo acristalado o cámara de visión trasera de asistencia al aparcamiento, hay que rascarse el bolsillo. El sistema de tracción integral 4WD, que cuesta algo más de 3.000 euros, sólo está disponible con las mecánicas superiores 200 DI-D.
‘Nuestra mecánica, 200 DI-D de 1.8 litros y 150 cv está fabricada en exclusiva por Mitsubishi, que apuesta por medidas eficientes como el star&stop o el indicador de recomendación de cambio de marcha’De las tres mecánicas con las que se vende este ASX, un gasolina 1.6 litros y 117 cv, un turbodiésel 1.8 litros y 116 cv, y el motor 200 DI-D de 1.8 litros y 150 cv, este último, el de nuestra unidad de pruebas, es el único diseñado y fabricado exclusivamente por la casa de los tres rombos, ofreciendo una mejora de prestaciones sustancial respecto al resto de motorizaciones. Se trata de un propulsor de cuatro cilindros en línea turbodiésel con alimentación por common rail y doble árbol de levas en cabeza (DOHC), que desarrolla sus 150 cv a las 4.000 revoluciones por minuto y alcanza su par máximo, de 300 Nm, a las 2.000 vueltas. Con esta mecánica la marca nipona rompe con la dependencia de otros fabricantes, especialmente del grupo Volkswagen y su motor tradicional 2.0 TDI de 140 cv. Asociado a una eficaz transmisión manual de seis velocidades, el ASX incorpora tres sistemas, el star&stop, el indicador de recomendación de cambio de marcha y el de recuperación de energía en fases de frenado y desaceleración, para optimizar sus consumos y emisiones de CO2: 5,7 l/100 km y 150 g/km, respectivamente.Nuestra mecánica, 200 DI-D de 1.8 litros y 150 cv está fabricada en exclusiva por Mitsubishi, que apuesta por medidas eficientes como el star&stop o el indicador de recomendación de cambio de marcha
De la colaboración Mitsubishi Motors con Mitsubishi Heavy Industries nace este motor, que en la práctica confiere un comportamiento realmente suave, gracias a una geometría de compresión de sólo 14,9:1 récord del segmento- y un sistema electrónico MIVEC de variación de alzada de válvulas. En marcha notamos que es un diésel algo especial, ya que ofrece un par relativamente limitado a bajo régimen para transmitir más alegría de la habitual circulando a altas vueltas. Su aceleración de 0-100 km/h es de 9,7 segundos.
Con el objetivo de ofrecer el máximo confort de marcha, las suspensiones formadas por un esquema tipo McPherson en el tren delantero y con un paralelogramo deformable en el trasero, ambos con barras estabilizadoras, filtran muy bien las irregularidades del asfalto. Además, una dirección servoeléctrica muy bien calibrada nos aporta una gran maniobrabilidad. En el plano prestacional, con una velocidad punta de 200 km/h, este ASX no es el más idóneo para una conducción deportiva, lastrado en parte por su balanceo lateral a causa de una altura mayor que la de un turismo convencional. Por caminos, como ocurre con la mayoría de sus competidores, la altura hasta el suelo es muy justa, quedando descartado por completo el atravesar pistas que no estén bien pisadas. Los caminos empedrados y con zanjas es asunto de los todoterreno.

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