Mercedes-Benz Clase SLS AMG GT3

La última variante del SLS AMG cumple con todos los requisitos que la FIA (Federación Internacional de Automovilismo) pide para participar en el campeonato europeo de GT3, en el que están incluidas unidades de tal calibre como el Porsche 911 GT3 R, el BMW Z4 GT3 o el tremendo Lamborghini Gallardo LP 570-4 Superleggera. La filial deportiva de Mercedes, AMG, que luce cada dos domingos el safety car de la F1, destaca una vez más por una construcción de espectacular diseño y eficaz tecnología de competición. Las entregas de las primeras unidades se prevén para otoño de este año, con lo que su participación en el campeonato que comienza el próximo 2 de mayo (con prueba incluida en el circuito del Jarama) no será posible. En secreto también está la máxima potencia de este vehículo, ya que la decidirá la FIA bajo el principio de equilibrio, y el peso.
Para este GT3 los ingenieros de AMG han escogido una caja de cambios secuencial de seis velocidades con levas en el volante y diferencial autoblocante integrado, situada en el eje trasero y unida a su motor V8 mediante un árbol de transmisión de fibra de carbono, al igual que en el SLS AMG. La suspensión mantiene los dobles triángulos superpuestos en ambos ejes, realizados en aluminio, y los diferentes reglajes de muelles, amortiguadores y barras estabilizadoras permiten adaptar el comportamiento del coche a cada circuito. Una de las grandes novedades del modelo es la inclusión de la dirección de cremallera con asistencia variable según la velocidad, en pos de unas reacciones más certeras, seguramente, también más bruscas.

El aspecto racing que transfiere este SLS AMG es abrumador, con unas modificaciones aerodinámicas a lo largo y ancho de su figura. Destaca el gran faldón delantero realizado en fibra de carbono y el morro del capó, con aberturas específicas para mejorar la ventilación del propulsor. En la vista lateral se levantan nuevas tomas de refrigeración, en este caso para los frenos, mientras que en la zaga crece, y de qué manera, un alerón regulable y un difusor inferior, ambos de vital importancia a la hora de minimizar la resistencia aerodinámica.
Por dentro el ambiente de competición continúa. Lo primero que percibimos es una cabina con jaula antivuelco de acero en la que se levanta un asiento de tipo bacquet con cinturón de seguridad de seis puntos de anclaje y el sistema Hans incluido, ya saben, la pieza que impide que los pilotos de F1 se rompan el cuello en caso de accidente. Claro parece que la seguridad del piloto está garantizada. También se ha reforzado el chasis, de aluminio, más rígido que en el SLS AMG. Además una pantalla multifunción, situada tras un volante específico abierto por arriba y con levas-, muestra información de velocidad, revoluciones del motor, temperaturas de funcionamiento, marcha engranada y tiempos por vuelta. En la consola aparecen el resto de funciones, como por ejemplo para arrancar el coche, ajustar el control de tracción, el repartidor de frenada, insertar la marcha atrás e incluso para activar el sistema de extinción de incendios.

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