La seguridad, como ocurre en el CX-5, es otro de los grandes pilares de la tercera generación del Mazda 6, equipada de serie en toda la gama con el asistente de frenada en ciudad (a velocidades entre 4 y 30km/h) que puede detener el coche en caso de impacto inminente. También se estrenan en un Mazda 6 el control crucero adaptativo o la frenada de emergencia en carretera. Por su parte, se podrá equipar el Mazda 6 con tecnología avanzada (que no nueva, ni en el sector ni en la marca) como el sistema de iluminación frontal adaptativa con control automática de luces de largo alcance o la alerta/asistente de cambio de carril involuntario. En materia de confort y entretenimiento, cierra el círculo un nuevo sistema de navegación TomTom asociado a la pantalla táctil y a color de 5,8 pulgadas, con Bluetooth y conexiones externas para iPod y USB, así como un sistema de sonido BOSE con 11 altavoces.
Estos dos últimos motores son los que hemos conducido. El 175 con la carrocería familiar y cambio automático de convertidor de par de seis relaciones, y el 150 con la berlina y el manual de seis velocidades. En ambos casos hablamos de coches de alta calidad de construcción: el motor turbodiésel apenas se deja sentir y son neumáticos (por carreteras quebradas) y aire (retrovisores tirando a grandes) los que a velocidades ya muy elevadas lastran levemente el confort de la marcha. Esto es un punto a favor respecto al anterior “6”. El cambio automático con levas tras el volante nos convence más por suave que por rápido, muy cumplidor para largas rutas por autovías con grandes rectas. El manual es pata negra (la marca dice que es primo hermano que la palanca que utiliza el MX-5): no sé si es para tanto pero los recorridos del pomo son rápidos, exactos y aportan esa deportividad que ayuda a emocionarte y sacarte de la rutina de llevar una berlina o un familiar. El puesto de conducción, bajo y envolvente sobre uno mismo, también ayuda a la causa deportiva. La amortiguación se ha podido suavizar un poco respecto al anterior “6” en favor de un mayor confort de la marcha, sin embargo, son las suspensiones las que mantienen la firmeza suficiente como para sujetar un coche de 4,80/4,85 metros evitando balanceos (cabecea sólo si entras muy fuerte en curva) y permite que la zaga no se anticipe (es complicado ver parpadear el ESP en los relojes). Por su parte, la dirección, eléctrica, se endurece a altas velocidades, siendo precisa y rápida, aunque no todo lo informativa que esperábamos (el tamaño de neumático y llanta, de hasta 19”, no ayuda).
La gama se organiza en torno a dos niveles de acabado: “Style” y “Luxury”. Al primero y más básico se puede añadir el paquete “Confort” (+930 €) y sobre este se puede incorporar el “Safety” (+1.130 €), quedando siempre el navegador como opción (+520 euros). Al segundo y superior “Luxury” con navegador, cámara trasera, llave inteligente, llantas de 19” y equipo de sonido BOSE de serie, se puede ampliar con otros dos paquetes “Premium” (+1.540 €) que añade básicamente cuero por doquier y “Travel” (+1.030 €) exclusivo para el cambio automático con la frenada de emergencia en carretera y el control crucero adaptativo. Fuera de paquetes quedan la pintura metalizada (520 € y por 670 € el exclusivo color Soul Red Metallic).
Precios
Gama gasolina (Sedán / Wagon)
• Mazda6 2.0 l. 145 CV MT Style: 27.180 €
• Mazda6 2.5 l. 192 CV AT Luxury (incluye Pack Premium+Pack Travel): 36.000 €
Gama diésel (Sedán / Wagon)
• Mazda6 2.2 l. 150 CV MT Style: 29.430 €
• Mazda6 2.2 l. 150 CV AT Style: 31.430 €
• Mazda6 2.2 l. 150 CV MT Luxury: 32.980 €
• Mazda6 2.2 l. 150 CV AT Luxury: 34.980 €
• Mazda6 Sedán/Wagon 2.2 l. 175 CV AT Luxury (Pack Travel): 37.630 €
• Mazda6 Sedán/Wagon 2.2 l. 175 CV AT Luxury (Pack Premium+Pack Travel): 39.170 €