Mientras la mayoría de sus rivales del segmento C apuestan por motores de baja cilindrada y sobrealimentados por turbocompresor, Mazda no se baja del carro de las motorizaciones atmosféricas con un cubicaje relativamente grande dentro de la categoría con relaciones de compresión ultra altas de 14:1 en el caso del motor gasolina 2.0 litros Skyactiv-G de 120 cv de potencia y una transmisión manual más compacta, rápida y ligera de seis relaciones Skyactiv-MT, soportando un par motor de 210 Nm a 4.000 rpm en nuestra carrocería de cinco puertas.
Este punto romántico que ofrece Mazda, nuevamente, en la tercera generación de su compacto, y modelo más vendido de la marca japonesa en España, es el contrapunto perfecto dentro de la categoría de compactos familiares de cinco puertas donde el referente (VW Golf) marca la pauta y el resto (Hyundai i30, Kia Ceed, Toyota Auris, Peugeot 308 o Seat León) imitan la fórmula de la coca-cola, con excepciones como este Mazda3 o el nuevo Honda Civic.El Mazda3, el contrapunto perfecto en una categoría demasiado anodina
Nuestro Mazda3 sorprende por el alto agrado de conducción y las rápidas reacciones de una carrocería que raramente se insinúa ante la firmeza de la suspensión y la efectividad de una dirección (desmultiplicación de 14 a 1) neutra y precisa que favorecen las inclinaciones controladas en plena curva sin necesidad de la intervención del ESP. En definitiva, aumenta la rigidez torsional del Mazda3 5 puertas en un 31% en relación al modelo saliente, gracias en parte a una carrocería compuesta al 60% por aceros de alta resistencia y ultra alta resistencia para rebajar su peso total hasta los 1.205 kg, y un meritorio coeficiente aerodinámico del 0,27, asegurando una alta estabilidad a carretera abierta.
Lo mejor del nuevo Mazda3 sigue estando en su apartado dinámico, y también en la respuesta del motor, tan silencioso que al ralentí cuesta adivinar si el contacto está puesto. Quedamos sorprendidos gratamente con este bloque atmosférico 2.0 Skyactiv-G de 120 cv (hay una evolución de 165 cv) fundamentalmente por una aceleración más lineal (de 0 a 100 en 8,9 segundos) que en motorizaciones más pequeñas, con una curva de rendimiento más suave, y un extra de fuerza a regímenes altos (hasta los 195 km/h de velocidad punta), ideal para emprender largos trayectos por carretera. Sin perder demasiados bajos a pesar de la ausencia de turbo, esta entrega deportiva de la potencia congenia de maravilla con unos consumos reales por debajo de los 7 litros en una conducción mixta, y de 5,5 litros en autovía manteniendo velocidades de 130 km/h y con la aguja del cuentarrevoluciones girando a 3.500 rpm, contando con la inestimable ayuda del rápido y suave sistema de parada y arranque automáticos del motor (i-stop) en el entorno urbano.
Salirse de la norma tiene sus riesgos, y Mazda así lo ha demostrado en los diez años de historia de su Mazda3, que en 2004 sustituyó al 323. Cubierto siempre en ese halo de deportividad tan característico, Mazda a través de restyling o nuevos modelos ha ido compensando o disimulando parcialmente algunas carencias en relación a una competencia que, desde Alemania hasta Corea, han evolucionado hasta tal nivel sus compactos familiares que en la actualidad rozan los parámetros de excelencia de berlinas del segmento D.A pesar del tamaño del motor y la ausencia de turbo, los consumos son contenidos y la entrega de la potencial lineal y muy deportiva
Y aparte del comportamiento y las motorizaciones, ¿hasta dónde ha sido capaz de llegar el nuevo Mazda3? ¿Está a la altura de sus competidores en calidad y equipamientos? ¿Y el apartado de habitabilidad, la gran cuenta pendiente del Mazda II, ha habido una mejora? ¿Tiene algo que envidiar a los compactos europeos con más tradición? En resumen, ¿estamos ante el Mazda3 definitivo?
El Mazda3 de tercera generación sigue siendo un coche de gran tamaño (4,46 metros de longitud) dentro del segmento C, superando claramente a un Seat León/VW Golf 5 puertas (4,26/4,25 m.), Ford Focus (4,36 m.) y hasta un Opel Astra (4,42 m), y sin embargo no es de los más espaciosos, aunque claramente mejorado respecto al modelo que sustituye, siendo más bajo y ancho y sobre todo contando con seis centímetros más de distancia entre ejes. De esta manera, cuatro adultos viajarán más holgados que antes y el maletero crece hasta los 364 litros, cuando un León 5p con 20 centímetros menos de eslora –por citar un ejemplo- cubica 380 litros. Además, los respaldos de las plazas traseras se abaten configurando un espacio de carga total de 1.250 litros.
a favor- Respuesta agradable motor- Ergonomía interior mejorada- Tacto del cambio y direcciónen contra- Ruido de rodadura elevado- Relación tamaño/espacio- Suspensión seca en ciudad
En este equilibrio entre tamaño exterior/aprovechamiento interior el Mazda3 puede salir perjudicado por la decidida apuesta de la marca en favor de una estampa atractiva, deportiva, casi desafiante, con ese morro bajo en el que culmina una línea de capó alargada, junto a la posición retrasada de la cabina y una línea de techo y de cintura que imitan a un coupé, otorgándole en conjunto una apariencia similar al SUV compacto de la casa: CX-5.
El rediseño del interior es otro punto a su favor. Quizá estemos ante el compacto no alemán al que es más fácil y rápido adaptarse. La consola central se ha despejado de mandos; según la versión se incluye una pantalla a color de 7” en la zona alta del salpicadero con navegador que se gestiona por el mando giratorio y con cinco botones sobre el túnel de transmisión; y el nuevo panel de instrumentos derrocha gotas de deportividad como por ejemplo la aguja del velocímetro iluminada.
El Mazda3 5 puertas que pasa por la redacción de Autocity corresponde a un escalón intermedio-alto “Style” con un PVP de 20.600 euros más los pack “Confort” (cristales traseros oscurecidos, sensores de lluvia, luces y parking) y “Navi” (navegador de fábrica), valorados cada uno en 400 euros más que se suman a la pintura metalizada “Soul Red” por la que hay que desembolsar otros 600 euros más. En total, 22.000 euros en un compacto que incluye de serie llantas de aleación de 16”, retrovisores exteriores eléctricos, climatizador bizona, botón de arranque, bluetooth, volante forrado en piel con mandos multifunción, pantalla TFT de 7” táctil asociada al botón de gestión “HMI Commander”, entrada AUX y USB, y toda la dotación de serie de seguridad habitual que como principales novedades añade el sistema de asistencia a la frenada en ciudad (SCBS) y el asistente de arranque en pendiente (HHA).
Sin ser exquisito, la calidad del interior está asegurada, con una puesta en escena de sus mandos tan sencilla como deportiva