fotos de la prueba a fondo del Mazda3 2.0 120 cv 5p Style
La tercera generación del Mazda3 se presenta nuevamente con dos carrocerías, SportSedán, y la tradicional tipo hatchback de esta prueba, un compacto familiar de cinco puertas de diseño agresivo y un comportamiento dinámico de alto agrado deportivo.
Como en los Mazda CX-5 y Mazda6, el nuevo ‘3’ se desarrolla con el lenguaje de diseño KODO, que en la perspectiva frontal destaca por la prominente parrilla delantera sobremarcada por una moldura cromada que la recorre transversalmente hasta unir ambas ópticas delanteras.
El Mazda3 de tercera generación sigue siendo un coche de gran tamaño (4,46 metros de longitud) dentro del segmento C, y sin embargo no es de los más espaciosos, aunque claramente mejorado respecto al modelo que sustituye, siendo más bajo y ancho y sobre todo contando con seis centímetros más de distancia entre ejes.
El nuevo Mazda3 destaca por una estama exterior sumamente atrativa, deportiva, musculosa, casi desafiante, favorecida por ese morro bajo en el que culmina una línea de capó alargada, junto a la posición retrasada de la cabina y una línea de techo y de cintura con insinuaciones de coupé.
La silueta estirada del Mazda3 se prolonga hasta una zaga culminada en su parte superior por un pequeño alerón y unas formas en el portón más redondeadas y con una personalidad muy marcada gracias al rediseño de las ópticas traseras.
La tercera generación del Mazda3 aumenta la rigidez torsional, en el caso de la carrocería cinco puertas hasta en un 31% respecto al modelo saliente, lo que unido a una carrocería compuesta al 60% por aceros de alta resistencia y ultra alta resistencia que rebajan su peso hasta los 1.205 kg, y un un coeficiente aerodinámico del 0,27, le dotan en su conjutno de una alta estabilidad y aplomo a carretera abierta.
Mazda sigue firme en su apuesta por las motorizaciones atmosféricas con un cubicaje relativamente grande dentro del segmento C y que gracias a relaciones de compresión ultra altas de 14:1 en el caso del motor gasolina 2.0 litros Skyactiv-G de 120 cv de potencia y una transmisión manual más compacta, rápida y ligera de seis relaciones Skyactiv-MT, soportan o un par motor de 210 Nm a 4.000 rpm, permiten ajustar tanto consumos y prestaciones sin necesidad de recurrir al downsizing.
Quedamos sorprendidos gratamente con este bloque atmosférico 2.0 Skyactiv-G de 120 cv (hay una evolución de 165 cv) fundamentalmente por una aceleración más lineal (de 0 a 100 en 8,9 segundos) que en motorizaciones más pequeñas, con una curva de rendimiento más suave, y un extra de fuerza a regímenes altos (hasta los 195 km/h de velocidad punta), ideal para emprender largos trayectos por carretera.
La habitabilidad mejora gracias a una batalla que crece en seis centímetros, posibilitando que cuatro adultos viajen cómodamente en el interior del nuevo Mazda3, que a pesar de la mejora sigue siendo un coche que no destaca por su buen aprovechamiento del espacio en relación a sus cotas exteriores (mide 4,46 metros de longitud).
El rediseño del interior del Mazda3 es otro punto a su favor. Quizá estemos ante el compacto no alemán al que es más fácil y rápido adaptarse. La consola central se ha despejado de mandos; según la versión se incluye una pantalla a color de 7” en la zona alta del salpicadero con navegador que se gestiona por el mando giratorio y con cinco botones sobre el túnel de transmisión.
El maletero del nuevo Mazda3 crece hasta los 364 litros, que, con los respaldos de las plazas traseras abatidos, configuran un espacio de carga total de 1.250 litros.
El Mazda3 (tracción delantera) vuelve a brillar en el apartado dinámico, con un alto agrado de conducción y unas rápidas reacciones de una carrocería que raramente se insinúa ante la firmeza de la suspensión y la efectividad de una dirección (desmultiplicación de 14 a 1) neutra y precisa que favorecen las inclinaciones controladas en plena curva sin necesidad de la intervención del ESP.