Batalla de asfalto
Deportividad visual
Interiores luminosos y funcionales
Lo más curioso de todo es la diferencia de precios de base para cada uno de los modelos, con una potencia y una deportividad muy similar entre ellos. Mientras que el Mazda 3 MPS se conforma con 27.950 euros, para adquirir el Audi S3 hay que soltar hasta 39.600 euros y para comprar el BMW 130i, nada más y nada menos que 38.200 euros con un equipamiento de serie muy inferior. Eso sí, si queremos cargarlo de opciones, el Mazda no nos lo permitirá, mientras que la lista de los modelos alemanes es interminable.
Agiles y divertidos
Propulsores sobresalientes
En cuanto a las sensaciones, a pesar de que todos transmiten unas sensaciones muy deportivas, es el Mazda el que se muestra más radical a la hora de empujar, puesto que sentimos como una explosión de rabia procedente del motor y nuestras manos han de hacer rápidos movimientos para sujetar a la fiera que comienza a tirar. Con todo, es el más lento de los 3 en acelerar hasta los 100 km/h aunque sólo por un segundo respecto al BMW, aunque las sensaciones y la realidad son bien distintas. En un término medio de radicalidad encontramos al Audi, que muestra un gran carácter pero no puede ser demasiado agresivo, por su concepto más Premium, ayudado en parte por la tracción total que sujeta mejor la máquina al suelo. El BMW empuja como una locomotora sin apreciarse ningún decaimiento hasta las 6.000 rpm, mostrándose a los sentidos como el más progresivo de esta comparativa. Aún así su deportividad en cualquier circunstancia está fuera de toda duda, puesto que como buen propulsión trasera aprovecha cada centímetro del terreno, regalándonos de vez en cuando algún deslizamiento lateral de la zaga, algo que nos hace disfrutar mucho.
Conclusiones