Hyundai i20, Skoda Fabia, Opel Corsa… El segmento B vive un espectacular final de año plagado de novedades; la última tiene como protagonista al nuevo Mazda 2, que luce una esbelta silueta sobre una carrocería compacta (4,07 metros de longitud) de cinco puertas. Mientras que el anterior modelo estaba basado en el Ford Fiesta el nuevo se ha desarrollado sobre una hoja en blanco, un coche completamente distinto al que sustituye y con una personalidad muy marcada gracias al diseño KODO del que emanan todos los automóviles de última generación de la marca de Hiroshima (Mazda CX-5, Mazda 6, Mazda 3 y el venidero Mazda MX-5).
Mazda, que está presentando estos días el Mazda 2 en Barcelona, ha facilitado el precio de acceso a la gama, 13.250 euros, sin aplicar promociones o ayudas gubernamentales. Como siempre es un precio alto en relación a la mayoría de sus competidores, aunque no lo es tanto si se tiene en cuenta lo que ofrece. Empezando por un diseño exterior que luce parrilla delantera en forma de ala o unos grupos ópticos renovados con cuatro lámparas LED en círculo, al tiempo que ha experimentado un aumento de 8 centímetros la distancia entre ejes (ahora 2,57 m) y se montan unos voladizos más cortos que junto a las llantas de aleación de 15 ó 16 pulgadas con neumáticos más grandes confieren una imagen mucho más deportiva.El maletero crece de 250 a 280 litros
En el interior, que precisamente ofrece un mejor espacio para para cuatro ocupantes gracias a sus nuevas proporciones exteriores (la altura crece ligeramente), se apuesta por unos materiales, acabados y calidades poco frecuentes en la categoría. Calcada la disposición a la de su hermano mayor el Mazda 3, el nuevo Mazda 2 destaca por la elevada ergonomía para el conductor, incluido el Head-Up Display (acabados superiores) y la pantalla a color de 7′ (MZD Connect) situada sobre el salpicadero, controlada por un mando giratorio entre los dos asientos delanteros (al estilo i-Drive de BMW) o comandos por voz, y con funciones compatibles con terminales móviles. Por su parte, el maletero tiene mejoras en su apertura y aumenta su cofre de 250 a 280 litros, pudiéndose abatir los respaldos traseros para obtener una capacidad de carga total de 980 l.
En el apartado de la seguridad, destaca el sistema de seguridad activa i-ACTIVSENSE, con control de ángulo muerto, asistencia de frenada en ciudad, sistema de alerta de cambio de carril, sistema de control de luces de largo alcance… También cuenta con airbag frontales, laterales y de cortina. La ergonomía interior y la seguridad activa, dos apartados muy mejorados
Además de los airbags en materia de seguridad pasiva destaca una carrocería con una rigidez torsional 22% mayor que antes, y eso que el peso medio del nuevo Mazda 2 se ha rebajado en un 7% gracias a la utilización de más cantidad de materiales de acero de ultraalta resistencia (65% del total) en zonas clave de la carrocería. Además, la suspensión es más rígida y compacta, estrenando amortiguadores de un tarado más suave, y la dirección ofrece una desmultiplicación más baja, lo que en conjunto se traduce en un control más predecible sobre el vehículo en la totalidad de las circunstancias. Los frenos traseros siguen siendo de tambor, aunque Mazda habla de ‘unas prestaciones mejoradas’.
Las cuatro mecánicas disponibles, tres gasolina y un diésel, están basadas en bloques de 1.5 litros de cilindrada y cuatro cilindros en línea y combinados con el sistema de parada y arranque automático del motor. Los gasolina son atmosféricos y se ofertan con tres escalones de potencia: 75, 90 y 115 cv. El más básico y el intermedio se asocian a cambios manuales de cinco velocidades, pudiéndose combinar el de 90 con una transmisión automática de seis relaciones. El de 115 con caja manual de seis recorridos, que es el único que de serie incluye la frenada regenerativa i-ELOOP, destaca por una velocidad máxima de 200 km/h y una aceleración de 0-100 km/h de 8,7 segundos. Por su parte, el de 90 cv automático ofrece el consumo más bajo entre los gasolina, de 4,5 l/100 km. En ciclo diésel, la única opción es el 1.5 Skyactiv-D con turbocompresor y 105 cv de potencia, que es capaz de homologar un consumo de 3,4 l/100 km, equivalente a 89 g/km de emisiones de CO2.
La baja relación de compresión, clave para que los motores gasolina atmosféricos sean competitivos frente a los turboalimentados de la competencia