Hace tres años, coincidiendo con el Salón de París 2012, Lexus presentaba el prototipo LF-CC y anunciaba un giro hacia la deportividad en su política de producto. Sin perder la brújula del lujo ni apartarse de las coordenadas de la tecnología híbrida, Lexus tenía en mente el desarrollo de un automóvil que recuperase al público más entusiasta de la marca y que diese continuidad al superdeportivo LFA que acababa por aquel entonces de cesar su limitada producción.
Del embrión de 2012 nace a finales de 2014 un coupé de tamaño medio (4,70 metros de longitud) y dos puertas que se emancipa por diseño y filosofía de la berlina media de la casa IS con la que comparte plataforma, el nuevo Lexus RC F. En los tiempos actuales, una declaración de independencia en el seno de la marca que debe ser refrendada por los BMW M4 Coupé (2014) y Mercedes-AMG C 63 Coupé (2016) que establecen históricamente con sus generaciones precedentes el status quo del segmento.
Con el LFA en mente, y si no mirar el parecido razonable que guardan ambos habitáculos, el RC F tiene un posicionamiento menos exclusivo que aquel monstruo de calle con tecnología de F1 y un precio superior a 400.000 euros. El RC F parte de los 86.700 euros (acabado Executive) y alcanza en la versión más equipada los 102.700 euros (Luxury). Cantidades imposibles para el común de los mortales, pero que dentro de su categoría es un PVP razonable teniendo en cuenta la gran cantidad de elementos de serie que incluye.
No sólo por precio, también por diseño, el RC F difiere de aquel LFA. Si bien es cierto que el RC F Carbono Package (102.500 euros) añade una serie de aditamentos exteriores específicos que radicalizan su figura; en general el RC F es un coupé de estética elegante, no intimidante, aunque con destellos fascinantes que captan la atención de cualquier amante de los deportivos. El RC F Luxury destaca por su equipo de serie, con dos únicos opcionales, el techo solar eléctrico y la pintura metalizada
Entre todos los detalles estéticos destacan, la parrilla frontal escoltada por las aperturas de aire a cada extremo del paragolpes, por supuesto las referencias F, la sutil chimenea central del enorme capó para dejar respirar el V8, las branquias laterales para refrigerar los frenos delanteros Brembo de discos ventilados, las llantas de 19 pulgadas, las taloneras que nacen en los pasos de ruedas delanteros y descienden hasta casi alcanzar las ruedas traseras, el alerón posterior retráctil sobre la tapa de maletero, y por encima de cualquier otro elemento, la hipnótica distribución de la cuádruple salida de escape. Un impecable conjunto rematado por la pintura metalizada (1.300 euros) en azul eléctrico de la unidad de prensa.
a favor- Chasis imperturbable- Entrega de potencia y sonoridad del V8- Asombrosa calidad interioren contra- Caja de cambios en conducción sport- Ligero sobrepeso- Plazas traseras de uso limitado
El Lexus RC F que pasa por Autocity corresponde a un acabado Luxury que nos deja boquiabiertos por la calidad, no percibida, sino real de su interior. Nos subimos a bordo de un coupé con ganas de marcha que bien podría ser el habitáculo de una berlina de gran lujo. Si bien es cierto que te tiras, más que sentarte en los bajos asientos deportivos tipo baquet, éstos son el principio de todo este derroche de exquisitez. De pronunciadas sujeciones laterales y reposacabezas integrados, la calidad del cuero blanco y perforado (ventilación, calefacción, regulación eléctrica, memoria) te recoge el cuerpo como diciendo, ‘ahora, vete a buscar otros como yo a la competencia, y a este precio’.
Y es que estos baquets que nos han maravillado en la conducción más reposada y también en la más deportiva son de serie en el RC F Luxury, como también lo es el volante F en piel perforada con levas y ajuste eléctrico, o el brutal equipo de sonido Mark Levinson con 17 altavoces (¡17 altavoces en un habitáculo donde apenas hay hueco en la parte trasera para dos adultos algo creciditos!).
Además el RC F presume de una ergonomía sobresaliente (eso sí, la superficie táctil en la consola para gestionar la pantalla superior de 7′ resulta algo engorrosa), un excelente gusto por los materiales de la mejor calidad (no sólo hay grandes paneles de piel o acolchados blandos en las partes más visibles; también cuenta con inserciones en fibra de vidrio) y un cuadro de instrumentos digital (con el cuentarrevoluciones siempre en posición central y predominante) que cambia según el modo de conducción elegido (incluida la posibilidad de poder mostrar un gráfico que mide las fuerzas G).Un habitáculo con gadgets a la altura de lo que uno espera de Lexus
Todas las pistas de corte deportivo mostradas en carrocería y habitáculo del Lexus RC F únicamente tienen un fin: apretar el botón de arranque que pone a bailar a los 477 CV (a 6.400 rpm) del motor atmosférico de ocho cilindros en V y 5 litros transmitidos mediante una caja de cambios automática de ocho velocidades a las ruedas traseras 530 Nm de par entre 4.800 y 5.600 rpm. Su velocidad máxima, 270 km/h, y su aceleración de 0 a 100 km/h en 4,5 segundos, son sus prestaciones absolutas.
El Lexus RC F cuenta con el sistema de gestión dinámica Drive Mode Select, el cual modifica parámetros como la respuesta del acelerador, del cambio, y la sonoridad del escape mediante cuatro programas prestablecidos (Eco, Normal, Sport y Sport+) a través de un selector circular en la consola. Al lado, los botones de desactivación del control de estabilidad, el que regula el funcionamiento del diferencial autoblocante activo (Torque Vectoring Differential) con tres niveles (Normal, Slalom o Track) y un tercer mando denominado Snow (para mejorar la tracción en circunstancias de baja adherencia).
El coupé japonés de altas prestaciones oficializa 1.765 kilogramos y un consumo mixto de gasolina (de 98 octanos, aunque Lexus dice que con 95 el rendimiento es el mismo) de 10,8 litros cada cien kilómetros. Son valores altos en relación, por ejemplo, a un M4 Coupé DKG, más ligero y eficiente. Además, la renuncia al turbo del RC F hace que ni incluso yendo a un ritmo tranquilo podamos acercarnos durante toda la semana al dato homologado. Más bien nos movimos en los márgenes de los 14 y 15 litros, con picos de 17.Aunque quizás sea lo menos importante para el cliente potencial, el RC F gasta incluso más de lo debido
El resto de elementos que intervienen directamente en la conducción son unos neumáticos Michelin Pilot Super Sport con medidas de 255/35 R19 delante y 275/35 R19 detrás, unas llantas de aleación forjada de 10 radios y 19′, los frenos Brembo con discos ventilados (380 milímetros delante y 345 mm detrás), la dirección de asistencia eléctrica y un esquema de suspensión independiente de paralelo deformable en ambos ejes.
¿CÓMO VA?
Seguramente estemos ante uno de los automóviles de conducción más exquisita; con una calidad de rodadura superlativa, estable y ágil al mismo tiempo como ningún otro deportivo de su categoría. Llega a ser hasta cómodo. Su mecánica V8 suena a lo que es: un motor gordo pero de melodía suave que sólo al activar el modo Sport+ toca acordes de heavy metal. Igualmente en una conducción normal (que no lenta), el cambio de convertidor de par es el socio perfecto para la forma progresiva y plena con la que el motor entrega toda su potencia.
Seguramente estemos ante uno de los automóviles de conducción más exquisita; con una calidad de rodadura superlativa, estable y ágil al mismo tiempo como ningún otro deportivo de su categoría. Llega a ser hasta cómodo. Su mecánica V8 suena a lo que es: un motor gordo pero de melodía suave que sólo al activar el modo Sport+ toca acordes de heavy metal. Igualmente en una conducción normal (que no lenta), el cambio de convertidor de par es el socio perfecto para la forma progresiva y plena con la que el motor entrega toda su potencia.
La puesta a punto del chasis lo refrenda como un gran turismo de lujo y deportivo, con unas suspensiones duras que no firmes y con buena capacidad de absorción de las irregularidades. Por supuesto, la rigidez torsional es alta y el peso de la dirección es elevado, pero son aspectos calibrados en su justa medida para casar con las curvas más cerradas y al mismo tiempo mostrar un aplomo imperturbable en línea recta y en las curvas más abiertas, donde rueda a altas velocidades sobre raíles y sin mermar el confort.La puesta a punto del chasis lo refrenda como un gran turismo deportivo
En contraposición a esta estabilidad a prueba de bombas, un ligero sobrepeso y un engranaje algo lento al subir y bajar de marchas manual o automáticamente en una conducción deportiva, son las mayores desventajas del RC F. Y lo son siempre y cuando estemos buscando limar hasta la última décima del cronómetro en circuito. En el resto de circunstancias, su motricidad es muy buena y los cambios de trayectoria pueden ser muy rápidos.