Range Rover Evoque Coupé SD4 Prestige
Probamos a fondo uno de los vehículos más interesantes presentados en los últimos tiempos, al menos uno de los que más éxito han tenido entre el público y los amantes del automóvil. Se trata de nada menos que del más pequeño de la gama de Land Rover, el Range Rover Evoque, que con la denominación de su marca guardada para los vehículos más exclusivos podemos esperar los mayores lujos contenidos en una carrocería de diseño muy atractivo y futurista.
a favor-Motor muy potente y refinado-Espectacular diseño futurista-Interior exquisito y juvenilen contra-Suspensión demasiado firme-Precio disparado para un compacto-Escasa polivalencia y acceso incómodo en el 3 puertas
Nosotros nos subimos a la versión de tres puertas, más atractiva pero menos práctica que la de cinco, con un color muy juvenil y llamativo, el que ellos denominan verde lima. A grandes rasgos presenta un lujo similar al que podemos encontrar en cualquiera de sus hermanos mayores como el Range Rover y el Range Rover Sport, aunque con un toque mucho más moderno y juvenil y un tamaño mucho más contenido en el entorno de los 4,35 metros, al estilo del Nissan Qashqai o el BMW X1, aunque realmente brivaliza por precio y potencia con el Nissan Murano, el Audi Q5 o el BMW X3.
Uno de sus valores clave es lo impactante del diseño, así como la impresionantes posibilidades de personalización tanto de la apariencia exterior como del interior, mediante distintos colores de carrocería, contrastes con colores del techo así como interiores tan coloridos como lujosos. De hecho nuestra unidad incorporaba asientos realizados en alcántara que combinaban un elegante color gris intermedio con un original verde lima a juego con el color exterior.El diseño de la versión Coupé es exacto al del concept car LRX del Salón de Detroit de 2008
SUV de capricho
Todo es muy minimalista, derivado directamente del concept car LRX visto por primera vez en el Salón de Detroit de 2008 con trazos completamente fieles a los de aquel cargados de una gran deportividad a la que Land Rover no nos tiene tan acostumbrados. La versión de tres puertas presenta un lateral ascendente muy pronunciado hacia la zaga, aún más descarada que la de cinco puertas, que conjuntamente con un frontal y una trasera muy robustos, con unos paragolpes de tremendas dimensiones con formas que elevan la carrocería y unas llantas de aleación de 19 pulgadas de cinco radios dobles transmiten dinamismo a partes iguales. Las nuevas y originales ópticas rasgadas y de pequeño tamaño delante y detrás y las entradas de aire sobre el capó consiguen un aspecto muy agresivo y moderno. Destaca asimismo el techo de cristal panorámico que llena el habitáculo de luz natural.
Todo es muy minimalista, derivado directamente del concept car LRX visto por primera vez en el Salón de Detroit de 2008 con trazos completamente fieles a los de aquel cargados de una gran deportividad a la que Land Rover no nos tiene tan acostumbrados. La versión de tres puertas presenta un lateral ascendente muy pronunciado hacia la zaga, aún más descarada que la de cinco puertas, que conjuntamente con un frontal y una trasera muy robustos, con unos paragolpes de tremendas dimensiones con formas que elevan la carrocería y unas llantas de aleación de 19 pulgadas de cinco radios dobles transmiten dinamismo a partes iguales. Las nuevas y originales ópticas rasgadas y de pequeño tamaño delante y detrás y las entradas de aire sobre el capó consiguen un aspecto muy agresivo y moderno. Destaca asimismo el techo de cristal panorámico que llena el habitáculo de luz natural.
El interior es tan atractivo como el exterior, con unas terminaciones de lujo en nuestra versión Prestige propias de todos los modelos de la marca inglesa, entre las que destacan un salpicadero bajo, suave y elegante, todo forrado en piel en color gris medio, con una atractiva consola central en la que destaca una pantalla central táctil inclinada y encastrada de 8 pulgadas desde la que se manejan los sistemas de conectividad, confort, conducción y seguridad. Los llamativos asientos de piel bicolor ponen la guinda a un interior exquisito en este acabado. La ergonomía de las plazas delanteras es excelente, algo que cambia cuando accedemos a las dos plazas traseras, demasiado angostas lateralmente, aunque en la zona de las piernas el espacio es tremendo. El maletero es más que aceptable para un tres puertas, con una capacidad de 550 litros que pueden convertirse en 1.350 litros abatiendo los respaldos traseros.El equipamiento tecnológico de última generación es el propio de cualquier Land Rover de lujo, pero en tamaño contenido
El equipamiento es súper completo desde el acabado base Pure con cromados exteriores, cristales tintados, control de estabilidad, de tracción, de remolque, antivuelco, de arranque en pendientes y de frenada en curva, llantas de 17 pulgadas, isofix, freno de mano electrónico, leds traseros e intermitencia, 7 airbags incluido el de rodillas del conductor, pantalla central táctil, acabados de aluminio y piel en guarnecidos, asientos delanteros con ajuste eléctrico en tela y cuero, equipo de audio Meridian con 8 altavoces y entradas Aux y USB, climatizador y volante multifunción. Nuestro acabado Prestige 4×4 incorpora además retrovisores abatibles eléctricamente y antideslumbrantes, control de los modos de tracción, llantas de 19 pulgadas, faros de xenón y antiniebla, pantalla central de 8 pulgadas, asientos de piel con más ajustes eléctricos, equipo de audio Meridian con 11 altavoces, climatizador bizona y alarma.
Excelencia en todos los terrenos
El nuevo motor diésel de cuatro cilindros de 2.2 litros con turbocompresor de geometría variable, común con el de sus primos hermanos Jaguar, es otro de los grandes valores de este coche. Para la ocasión elegimos la escala de potencia superior de 190 cv de potencia a 3.500 rpm y un par motor de 420 Nm a tan sólo 1.750 rpm, asociado al cambio automático de 6 velocidades con posibilidad de cambio manual desde las levas del volante, que le permiten acelerar de 0 a 100 km/h en 8,5 segundos y alcanzar los 195 km/h, cifras de aceleración mejores que con el cambio manual. Los consumos por su parte tampoco se disparan a pesar de su tracción total y tipo de cambio, declarando un consumo medio combinado homologado de 6,4 litros a los 100 km y 169 gr/km de emisiones de CO2.
El nuevo motor diésel de cuatro cilindros de 2.2 litros con turbocompresor de geometría variable, común con el de sus primos hermanos Jaguar, es otro de los grandes valores de este coche. Para la ocasión elegimos la escala de potencia superior de 190 cv de potencia a 3.500 rpm y un par motor de 420 Nm a tan sólo 1.750 rpm, asociado al cambio automático de 6 velocidades con posibilidad de cambio manual desde las levas del volante, que le permiten acelerar de 0 a 100 km/h en 8,5 segundos y alcanzar los 195 km/h, cifras de aceleración mejores que con el cambio manual. Los consumos por su parte tampoco se disparan a pesar de su tracción total y tipo de cambio, declarando un consumo medio combinado homologado de 6,4 litros a los 100 km y 169 gr/km de emisiones de CO2.
Las sensaciones de conducción son fantásticas, combinando una gran suavidad de funcionamiento con una tremenda contundencia y dinamismo desde los regímenes más bajos. El cambio automático ofrece posibilidad de cambio manual desde el volante y la exquisita tracción total los típicos cuatro modos de adaptación del chasis mediante el sistema Terrrain Response, propia de Land Rover, que garantiza buenas capacidades todoterreno siempre con la máxima tracción.
Este comportamiento aún se perfecciona más si se adquiere el sistema Adaptative Dynamics con la suspensión Magnetic Ride, como en nuestra unidad, que consigue mayor equilibrio en conducción dinámica sin inclinaciones de ningún tipo y un gran compromiso entre suavidad y agilidad. Esta función se aprecia claramente cuando seleccionamos el modo Dynamic del Terrain Response, invadiendo el interior con una iluminación roja predominante.
El precio sin embargo es algo que nos echa un poco para atrás, puesto que para adquirir esta versión SD4 de 190 cv con tracción total hay que desembolsar un mínimo de 40.000 euros, bastante dinero si contamos con que realmente se trata de un compacto con el espacio justo. Eso sí, el Range Rover Evoque con el motor y acabado base, ya muy bien terminado y equipado no se dispara tanto en precio, con un valor de 35.760 euros para el 2.2 eD4 de 150 cv con tracción 4×2 y acabado Pure.las versiones altas de gama superan los 40.000 euros, aunque se puede adquirir desde unos 35.000 euros
En definitiva, un coche impresionante y caro que se compra más con el corazón que con la cabeza, pero eso sí, del que te enamoras perdidamente a primera vista por un diseño que no te puedes quitar de la cabeza.