Lo más habitual a la hora de decantarse por una berlina de representación es acudir a los Audi A6, BMW Serie 5 o Mercedes Clase E, y, evidentemente, quien elija una de estas tres posibilidades no se arrepentirá. Sin embargo, existen otras opciones que, además de ofrecer unos estándares de lujo y tecnología a la altura de estas tres berlinas alemanas, aportan un plus de estilo y distinción, como sucede con el nuevo Jaguar XF. El automóvil de origen británico levanta muchas miradas a su paso, al margen de porque lleve escasos meses en el mercado y todavía se han visto pocas unidades circulando, porque posee una carrocería muy atractiva, exclusiva y diferente. De hecho, este Jaguar XF es quizá más comprable por algunos aspectos al Mercedes CLS que a los tres rivales antes mencionados.
a favorEstética y detalles.Comportamiento dinámico.Gran empuje y bajos consumos.en contraVisibilidad trasera.Precio.
En Autocity probamos la versión que acapara la mayoría de las ventas, es decir, la que lleva motor diésel. En este caso se trata del propulsor V6 Biturbo de 2,7 litros desarrollado por los grupos PSA y Ford y ya estrenado en el anterior Jaguar S-Type o en los buques insignia de Peugeot y Citroen: el veterano 607 y el peculiar C6. Además escogimos el nivel de acabados más alto, el Premium Luxury, con el cual la berlina de Jaguar tiene un precio ya considerable: 58.870 euros.
Por este precio el XF ofrece un sinfín de exquisiteces, aunque para quien se conforme con alguna menos está disponible el XF Luxury, el cual cuesta 51.990 euros. Precisamente esta última cifra es la que hay que pagar –euro arriba, euro abajo- por las versiones diésel de algo más de 200 cv de los A6, Serie 5 y Clase E; aunque hay que resaltar que nuestra unidad de pruebas llevaba una serie de elementos de lujo que no ofrecen de serie ninguno de los tres alemanes, e incluso alguna cosa ni siquiera la tienen disponible ni como opción. Por su parte, el precioso Mercedes CLS sí es significativamente más caro que el Jaguar XF.
En las siguientes páginas vamos a analizar en detalle este Jaguar XF, pero como introducción vamos a dar unas pistas. En primer lugar podemos decir que se trata de un modelo de la nueva era Jaguar, es decir, con un chasis y una tecnología muy avanzados que permiten un comportamiento dinámico del más alto nivel. En segundo lugar, decir que el XF 2.7 D ofrece unas prestaciones y unos consumos muy buenos, pues con su motor de 207 cv es capaz de alcanzar los 229 km/h y acelerar de 0 a 100 km/h en 8,2 segundos, a la vez que sólo necesita 7,5 l/100 km de gasoil y no supera los 200 g/km de emisiones de CO2. Finalmente, a quien le gusten los detalles innovadores y originales el XF le encantará, pues nada más sentarse al volante ya nos sorprende con un botón de arranque que parpadea con luz roja a modo de latidos de corazón, con un curioso selector del cambio de marchas que se eleva en el momento de arrancar, o con unos aireadores del climatizador que se abren cuando se está en marcha y se cierran cuando se apaga el motor.
No es fácil romper con un estilo tan arraigado en una marca tan tradicional como Jaguar, pero con el paso del S-Type al XF se ha logrado cambiar totalmente la imagen con un resultado fantástico. Al margen de gustos y opiniones sobre si era más bonito aquel o lo es este (un tema personal en el que no debemos entrar), el nuevo XF abandona muchos detalles de los Jaguar de los últimos años y presenta un aspecto más deportivo, moderno y agresivo.
Aunque con el panorama actual de inversiones y desinversiones de los grupos automovilísticos uno ya casi se pierde al intentar determinar en qué manos está una marca (Jaguar ha pasado recientemente del Grupo Ford al magnate indio Mr. Ratan Tata), podemos decir que el diseño del XF nace del lápiz del escocés Ian Callum, diseñador jefe de Jaguar que ha trabajado para las marcas TWR, Ford o Aston Martin. Callum ha sabido combinar magistralmente la elegancia de una berlina de esta clase con la modernidad necesaria para convencer a un elevado número de clientes, y en especial a los jóvenes. El XF presenta un frontal agresivo con unos nuevos grupos ópticos y una llamativa parrilla cromada, una estampa lateral muy deportiva casi de coupe debido a la línea descendente del techo, y una trasera impactante y deportiva con unos pilotos que recuerdan a algún Aston Martin (no es por casualidad).
Son 4,96 metros de largo, 1,88 metros de ancho y 1,46 metros de alto, por lo que podemos decir que es considerablemente largo y ancho y relativamente bajo. El habitáculo es amplio, y las plazas delanteras permiten regular la postura de conducción de forma deportiva, es decir, con la banqueta bastante baja. Atrás hay espacio suficiente, aunque las personas de tallas muy altas (más de 1,80 metros) se verán perjudicadas por el bajo techo. Otro inconveniente de este diseño tan bonito y deportivo es la mala visibilidad hacia atrás, ya que la luneta deja poco que ver. Por lo que se refiere al maletero este es muy grande (540 litros), aunque la boca de llenado no es precisamente práctica.
El interior también está lleno de detalles que rompen con el diseño de su predecesor, pasando de clásico a moderno. El arranque es mediante botón, algo cada vez más habitual, pero lo que sorprende (aunque no deje de ser una tontería) es que dicho botón parpadea con luz roja “pidiendo vida para el corazón”. Damos marcha y continúan las sorpresas de este tipo. Los aireadores de la climatización –que estaban ocultos- se abren, y el selector de cambio –que es un mando a modo de ruleta– se eleva de su escondite. Estos pequeños detalles aportan al Jaguar XF un evidente aire de modernidad, casi futurista.
En cuanto al diseño del salpicadero, podemos decir que está muy cuidado y que es de muy alta calidad, aunque no hace ningún alarde y resulta más bien sencillo. Eso sí, en niveles de acabados como este Premium Luxury incluye, no sólo el volante y la tapicería de cuero, sino también toda la parte superior del salpicadero forrada en cuero, lo que le da un aspecto de vehículo de muy alta gama. También la luz de ambiente se ha cuidado especialmente, con varios puntos de luz en un tono azul claro.
Ya de serie esta versión XF 2.7 D Premium Luxury trae una buena cantidad de los elementos que puede llevar una berlina de representación. Por ejemplo cuenta con ayuda al parking trasero, navegador con pantalla táctil a color de 7”, tapicería de cuero perforado, asientos de regulación eléctrica, etc. Como principales extras podemos encontrar el sistema de ayuda al parking delantero, la cámara trasera o los faros de bixenón.
Un comportamiento excelente
Ya sucedió con el paso del anterior XJ al actual XJ, y lo mismo con el viejo XK y el de ahora. Los primeros eran muy bonitos y refinados, pero poco avanzados conceptualmente hablando; mientras que los segundos dieron un paso de gigante al estrenar ligeros chasis de aluminio que proporcionaban un comportamiento excelente. Lo mismo ha pasado con el paso del S-Type al XF, al avanzar nuestro protagonista significativamente hacia una plataforma moderna y unos sistemas de vanguardia que le permiten transmitir unas sensaciones de conducción de primera clase.
Para su tamaño, motor y segmento el Jaguar XF 2.7 D no es un coche pesado (1.771 kilos), lo que, unido a un acertado calibrado del sistema de suspensión, le permite practicar una conducción decidida sin apenas balanceos ni cabeceos, y todo ello sin necesidad de que los amortiguadores sean duros. También ayudan los enormes neumáticos en medida 245/45 R18 (en el acabado inferior son 235/55 R17), por lo que en conjunto se consigue una agradable sensación de aplomo a la vez que una gran suavidad y comodidad. Y para rizar el rizo, el nivel sonoro que llega al habitáculo es muy bajo.
En cuanto a respuesta mecánica se refiere, el Jaguar hace gala de una entrega constante y contundente, gracias tanto al poderío del motor como al eficaz cambio automático de seis velocidades. Su motor V6 biturbo de 2,7 litros lleva ya unos años en el mercado, pero gracias a sus 435 Nm de par y 207 cv de potencia se sigue mostrando perfectamente competitivo. Cierto es que sus rivales de Audi, BMW y Mercedes, con sus motores unos 20 cv más potentes, son un poco más rápidos, pero la verdad es que acelerar de 0 a 100 km/h en 8,2 segundos es una cifra más que notable para una berlina de estas características. En cuanto a consumos sí ofrece una cifra de las más bajas, con sólo 7,5 l/100 km de media. Y por lo que a emisiones de CO2 se refiere, al menos se queda por debajo de los 200 g/km (199 g/km).
Aquellos selectores en “J” tradicionales de Jaguar ya se han olvidado en este XF (toda la gama XF tiene cambio automático de serie), y la verdad es que no sólo es mejor el moderno por su mando o por la posibilidad de cambiar en modo secuencial a través de las levas ubicadas tras el volante, sino también porque el paso de una marcha a otra se produce de forma más suave y más rápida. En definitiva, que el Jaguar XF 2.7 D es una berlina de representación moderna y distinguida con un motor potente y refinado que proporciona unas prestaciones notables combinadas con unos ajustados consumos. Además, resulta cómodo y estable, por lo que su nota de funcionamiento no puede ser otra que la de sobresaliente.